La mayoría de los gobernadores recibieron con cautela al “Régimen de Extinción de Obligaciones Recíprocas”, una especie de plan para facilitar el “saneamiento” de las deudas provinciales con la Nación que el Gobierno nacional anunció el jueves en la voz del cada vez más influyente vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán, y el viernes publicó en el Boletín Oficial.
Desde la Casa Rosada dejaron entrever que la iniciativa busca hacer “borrón y cuenta nueva” en el tenso vínculo que el presidente Javier Milei viene teniendo con casi todas las provincias, algunas de las cuales han empezado a dar saltos mortales triples en el aire para tratar de caer bien parados ante el presidente. Sobre todo, las del norte del país, gobernadas por pseudoperonistas que ahora se autoperciben libertarios y coquetean con el líder libertario sin ruborizarse.
Lo que el Gobierno nacional ofrece con este nuevo Régimen son vías alternativas para pagar deudas que el Estado nacional mantiene con las provincias y viceversa. En el fondo, ese “borrón y cuenta nueva” es algo que necesitan todos: los gobernadores y Milei buscan mantenerse a flote y hacer una buena elección de medio término el año próximo. El Presidente, además, necesita que le aprueben el Presupuesto 2025. Como escribió Borges, “no los une el amor sino el espanto”.
Desactivando la bomba
En este contexto, Chubut viene jugando su propio juego y ha comenzado hace varios meses una negociación para compensar deudas con la Nación. El saldo da claramente desfavorable a Chubut, pero un ordenamiento cruzado le permitirá a la Provincia reubicarse en el mercado de capitales, al que hoy no puede acceder por el nivel de deuda que recibió la gestión de Mariano Arcioni, sobre todo con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, que el gobierno provincial anterior utilizó sistemáticamente para afrontar gastos corrientes, principalmente salarios de empleados públicos.
Las negociaciones están muy avanzadas desde hace meses. De hecho, el acuerdo que firmó Chubut el 8 de agosto pasado fue el puntapié para el régimen que se publicó el viernes para el resto de las provincias. “Nacho fue el primero que vino a patalear con el tema a Economía y le dimos bola porque era razonable para todas las partes lo que finalmente firmamos”, dijo una fuente del Gobierno nacional.
Pero esta semana habrá una nueva firma y una foto que será todo un gesto de convivencia política: ocurrirá el martes en el despacho del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que recibirá junto al secretario de Hacienda de la Nación, Carlos Guberman, al gobernador Torres y a su ministro de Economía, Andrés Meiszner. A cambio, el gobernador garantiza los votos de sus legisladores para ayudar a que el Presupuesto con “déficit cero” de Milei pueda salir sin tanta demora antes de fin de año.
Aunque los números finos no se conocen en detalle, la Provincia achicaría de manera considerable su deuda mediante una compensación que incluirá también desistir de los reclamos que hizo a principios de año ante la Corte Suprema por fondos nacionales que fueron pisados.
A partir de mayo de 2020, Chubut empezó a suscribir convenidos de financiamiento a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. Atosigado por la escasez de fondos, el entonces gobernador Arcioni fue sumando nuevos convenios (en octubre de 2020, junio de 2021, febrero de 2022 y septiembre de 2022), haciendo una pelota de deuda que, más temprano que tarde, alguien iba a tener que administrar.
En marzo del año pasado, Chubut firmó un nuevo acuerdo que englobaba todos los anteriores. Pero en mayo de ese año firmó otro más. Y uno final antes de dejar el mandato, el 9 de noviembre de 2023 (con Torres ya como gobernador electo), refinanciándolas en doce cuotas mensuales a partir de enero de 2024. Es decir, cuando ya gobernara Torres.
La deuda que suscribió Chubut mediante del Fondo Fiduciario era con actualización por CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia) e inflación, lo que hoy equivaldría a la friolera de $ 210 mil millones. Sin embargo, tras el acuerdo de agosto pasado, la deuda exigible a Chubut por ese concepto se cerró en algo más de $ 119 mil millones, sin que se sumen nuevos intereses.
En la negociación se incluyó también la enorme deuda que el Estado Nacional mantiene con el Instituto de Seguridad Social y Seguros (ISSyS), lo que ha motivado reclamos ante la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). Según ha dicho Torres más de una vez, son más de $ 60 mil millones a favor de Chubut que hasta esta gestión no se habían reclamado nunca.
Vuelve la obra pública
Lo más interesante es que Chubut podrá deducir de la deuda global de $ 119 mil millones los montos que gaste en la reactivación de obras públicas paralizadas por Nación que ahora financiará la Provincia. Hay varias en carpeta, pero la más simbólica es la finalización de la doble trocha entre Trelew y Puerto Madryn, paralizada por enésima vez e inconclusa desde que se iniciaron las obras el 1° de enero de 2008.
El plan del Gobierno provincia es destinar unos $ 17 mil millones de pesos en el Presupuesto 2025, que podrán ser descontados de la deuda con Nación. Hay más obras en carpeta, que incluirán rutas, viviendas y energía, entre otros.
Torres se enorgullece de haber “desactivado la bomba financiera” que le dejó Arcioni pero ahora necesita reimpulsar su gestión provincial y mostrar que Chubut puede seguir ordenándose más allá de la crisis macroeconómica que causó Milei.
Si hay algo que queda claro es que con “déficit cero”, inflación contenida, caída del riesgo país y dólar planchado, entre otras variables que vuelven (más) loco al Presidente, no se come, ni se cura, ni se educa.
Dicho sea de paso, si Raúl Alfonsín se levantara de la tumba, los radicales que comen asados o le votan todo a Milei deberían cubrirse con premura las nalgas.
La mayoría de los gobernadores recibieron con cautela al “Régimen de Extinción de Obligaciones Recíprocas”, una especie de plan para facilitar el “saneamiento” de las deudas provinciales con la Nación que el Gobierno nacional anunció el jueves en la voz del cada vez más influyente vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán, y el viernes publicó en el Boletín Oficial.
Desde la Casa Rosada dejaron entrever que la iniciativa busca hacer “borrón y cuenta nueva” en el tenso vínculo que el presidente Javier Milei viene teniendo con casi todas las provincias, algunas de las cuales han empezado a dar saltos mortales triples en el aire para tratar de caer bien parados ante el presidente. Sobre todo, las del norte del país, gobernadas por pseudoperonistas que ahora se autoperciben libertarios y coquetean con el líder libertario sin ruborizarse.
Lo que el Gobierno nacional ofrece con este nuevo Régimen son vías alternativas para pagar deudas que el Estado nacional mantiene con las provincias y viceversa. En el fondo, ese “borrón y cuenta nueva” es algo que necesitan todos: los gobernadores y Milei buscan mantenerse a flote y hacer una buena elección de medio término el año próximo. El Presidente, además, necesita que le aprueben el Presupuesto 2025. Como escribió Borges, “no los une el amor sino el espanto”.
Desactivando la bomba
En este contexto, Chubut viene jugando su propio juego y ha comenzado hace varios meses una negociación para compensar deudas con la Nación. El saldo da claramente desfavorable a Chubut, pero un ordenamiento cruzado le permitirá a la Provincia reubicarse en el mercado de capitales, al que hoy no puede acceder por el nivel de deuda que recibió la gestión de Mariano Arcioni, sobre todo con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, que el gobierno provincial anterior utilizó sistemáticamente para afrontar gastos corrientes, principalmente salarios de empleados públicos.
Las negociaciones están muy avanzadas desde hace meses. De hecho, el acuerdo que firmó Chubut el 8 de agosto pasado fue el puntapié para el régimen que se publicó el viernes para el resto de las provincias. “Nacho fue el primero que vino a patalear con el tema a Economía y le dimos bola porque era razonable para todas las partes lo que finalmente firmamos”, dijo una fuente del Gobierno nacional.
Pero esta semana habrá una nueva firma y una foto que será todo un gesto de convivencia política: ocurrirá el martes en el despacho del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que recibirá junto al secretario de Hacienda de la Nación, Carlos Guberman, al gobernador Torres y a su ministro de Economía, Andrés Meiszner. A cambio, el gobernador garantiza los votos de sus legisladores para ayudar a que el Presupuesto con “déficit cero” de Milei pueda salir sin tanta demora antes de fin de año.
Aunque los números finos no se conocen en detalle, la Provincia achicaría de manera considerable su deuda mediante una compensación que incluirá también desistir de los reclamos que hizo a principios de año ante la Corte Suprema por fondos nacionales que fueron pisados.
A partir de mayo de 2020, Chubut empezó a suscribir convenidos de financiamiento a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. Atosigado por la escasez de fondos, el entonces gobernador Arcioni fue sumando nuevos convenios (en octubre de 2020, junio de 2021, febrero de 2022 y septiembre de 2022), haciendo una pelota de deuda que, más temprano que tarde, alguien iba a tener que administrar.
En marzo del año pasado, Chubut firmó un nuevo acuerdo que englobaba todos los anteriores. Pero en mayo de ese año firmó otro más. Y uno final antes de dejar el mandato, el 9 de noviembre de 2023 (con Torres ya como gobernador electo), refinanciándolas en doce cuotas mensuales a partir de enero de 2024. Es decir, cuando ya gobernara Torres.
La deuda que suscribió Chubut mediante del Fondo Fiduciario era con actualización por CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia) e inflación, lo que hoy equivaldría a la friolera de $ 210 mil millones. Sin embargo, tras el acuerdo de agosto pasado, la deuda exigible a Chubut por ese concepto se cerró en algo más de $ 119 mil millones, sin que se sumen nuevos intereses.
En la negociación se incluyó también la enorme deuda que el Estado Nacional mantiene con el Instituto de Seguridad Social y Seguros (ISSyS), lo que ha motivado reclamos ante la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). Según ha dicho Torres más de una vez, son más de $ 60 mil millones a favor de Chubut que hasta esta gestión no se habían reclamado nunca.
Vuelve la obra pública
Lo más interesante es que Chubut podrá deducir de la deuda global de $ 119 mil millones los montos que gaste en la reactivación de obras públicas paralizadas por Nación que ahora financiará la Provincia. Hay varias en carpeta, pero la más simbólica es la finalización de la doble trocha entre Trelew y Puerto Madryn, paralizada por enésima vez e inconclusa desde que se iniciaron las obras el 1° de enero de 2008.
El plan del Gobierno provincia es destinar unos $ 17 mil millones de pesos en el Presupuesto 2025, que podrán ser descontados de la deuda con Nación. Hay más obras en carpeta, que incluirán rutas, viviendas y energía, entre otros.
Torres se enorgullece de haber “desactivado la bomba financiera” que le dejó Arcioni pero ahora necesita reimpulsar su gestión provincial y mostrar que Chubut puede seguir ordenándose más allá de la crisis macroeconómica que causó Milei.
Si hay algo que queda claro es que con “déficit cero”, inflación contenida, caída del riesgo país y dólar planchado, entre otras variables que vuelven (más) loco al Presidente, no se come, ni se cura, ni se educa.
Dicho sea de paso, si Raúl Alfonsín se levantara de la tumba, los radicales que comen asados o le votan todo a Milei deberían cubrirse con premura las nalgas.