Los funcionarios de segunda línea que no ayudan al gobierno

24 JUN 2024 - 11:13 | Actualizado 24 JUN 2024 - 11:25

- Por Esteban Gallo

Un viejo precepto futbolero dice que la columna vertebral es la base de todo equipo. Arquero, marcador central, volante central, y número nueve es lo que necesita un equipo que quiera pelear un campeonato.

Si ese principio lo trasladáramos al ámbito gubernamental podríamos decir que todo Gobierno que intente ser exitoso debería tener buenos ministros de economía, educación, salud y seguridad.

Sin embargo, hay otras posiciones en la cancha, no tan rutilantes, que son claves para el funcionamiento de un equipo con aspiraciones. Por ejemplo, los laterales o marcadores de punta. Probablemente, un 3 o un 4 no te hagan ganar un torneo, pero sí podés perderlo sin jugadores decentes en ese lugar de la cancha. Tener un marcador de punta que no sea capaz de frenar a un wing puede ser fatal, y tener dos marcadores de punta de medio pelo, directamente te deja sin chance.

Lo mismo le pasa a un gobierno cuando no tiene segundas líneas de calidad, que complementen el trabajo de las primeras figuras del equipo. Algo de eso le está pasando al gobierno de Nacho Torres.

Nadie puede negar la impronta del gobernador y la buena imagen de su gobierno, ganada en estos seis meses de gestión. Recientemente, una encuesta nacional lo ubicó como el segundo gobernador con mejor imagen del país.

Sin embargo, algunas de sus segundas líneas (los marcadores de punta), están haciendo agua, y eso podría perjudicar el funcionamiento del gobierno y erosionar el concepto que los chubutenses tienen del mismo.

Algunos datos de la realidad que así lo demuestran.

La visita del secretario de Infraestructura Nicolás Cittadini a la Legislatura para hablar sobre las obras realizadas en las escuelas provinciales puso al descubierto una serie de desprolijidades que rozan el papelón.

Primero, la aparición de 10 calderas en el depósito de Obras Públicas de Esquel, que según el funcionario estaban escondidas y según la versión del director regional de Obras Públicas cordillerano, Hernán Valdez, estaban almacenadas e inventariadas.

O alguien está faltando a la verdad, o tenemos a un secretario de Infraestructura muy distraído o quienes están debajo de él, no le dan bola.

Segundo, la revelación que el funcionario hizo ante los legisladores sobre la conducta de un proveedor, que, enojado porque el gobierno anterior no le había pagado, decidió llevarse a su casa algunos componentes electrónicos de las calderas.

Ante la pregunta de si había denunciado al comerciante, Cittadini le dijo a los diputados que no y a los medios de prensa que sí. Demasiadas inconsistencias, que no solo desdibujan la imagen del funcionario sino también la del gobierno.

En el mismo sentido, el temporal acaecido la semana pasada en la zona sur de la provincia dejo muy mal parados a varios funcionarios.

Decenas de vehículos y más de 100 personas quedaron atrapadas en la ruta 3, tapados de nieve y muertos de frio durante 24 horas.

Nevaba copiosamente y regía una alerta naranja decretada por el servicio meteorológico nacional, situaciones que fueron ignoradas por el Subsecretario de Protección Ciudadana de la provincia.

¿Cómo no se percataron de la gravedad del asunto? ¿Por qué dejaron que los vehículos entraran en el ojo de la tormenta en vez de frenarlos en Garayalde?

Pero no fue solamente eso. Las tareas de rescate también despertaron críticas de los damnificados. No se actuó con celeridad y algunos funcionarios no tuvieron los reflejos que la emergencia exigía.

Un conocedor de los temas de protección civil me dijo hace unos días:

-Con José Massei esto no pasaba. Y con Evaristo Melo, menos-

Pero pasó. Y pasó porque las segundas líneas de este gobierno no están a la altura de las circunstancias.

La historia se repite en varias carteras.

Hay falta de territorialidad y de funcionarios que conozcan el manejo de la cosa pública, cualidad que nunca puede subestimarse.

Conocer la operatividad del Estado y de las personas que lo componen, para coordinar las tareas de manera eficiente, es lo que, que. al final, hará que las cosas funcionen.

Este gobierno tiene un gobernador virtuoso y algunos jugadores de calidad. El problema está en las segundas líneas. En lo que yo llamo los marcadores de punta del equipo.

No hace falta tener a un Negro Clausen“ o a un Loco Enrique en las bandas. Tampoco un Cafú o un Roberto Carlos.

Pero, si en el gobierno, los laterales no marcan, no anticipan, y no pasan al ataque, no solo no ganará campeonatos, sino que cuando quiera darse cuenta, estará peleando el descenso.

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24 JUN 2024 - 11:13

- Por Esteban Gallo

Un viejo precepto futbolero dice que la columna vertebral es la base de todo equipo. Arquero, marcador central, volante central, y número nueve es lo que necesita un equipo que quiera pelear un campeonato.

Si ese principio lo trasladáramos al ámbito gubernamental podríamos decir que todo Gobierno que intente ser exitoso debería tener buenos ministros de economía, educación, salud y seguridad.

Sin embargo, hay otras posiciones en la cancha, no tan rutilantes, que son claves para el funcionamiento de un equipo con aspiraciones. Por ejemplo, los laterales o marcadores de punta. Probablemente, un 3 o un 4 no te hagan ganar un torneo, pero sí podés perderlo sin jugadores decentes en ese lugar de la cancha. Tener un marcador de punta que no sea capaz de frenar a un wing puede ser fatal, y tener dos marcadores de punta de medio pelo, directamente te deja sin chance.

Lo mismo le pasa a un gobierno cuando no tiene segundas líneas de calidad, que complementen el trabajo de las primeras figuras del equipo. Algo de eso le está pasando al gobierno de Nacho Torres.

Nadie puede negar la impronta del gobernador y la buena imagen de su gobierno, ganada en estos seis meses de gestión. Recientemente, una encuesta nacional lo ubicó como el segundo gobernador con mejor imagen del país.

Sin embargo, algunas de sus segundas líneas (los marcadores de punta), están haciendo agua, y eso podría perjudicar el funcionamiento del gobierno y erosionar el concepto que los chubutenses tienen del mismo.

Algunos datos de la realidad que así lo demuestran.

La visita del secretario de Infraestructura Nicolás Cittadini a la Legislatura para hablar sobre las obras realizadas en las escuelas provinciales puso al descubierto una serie de desprolijidades que rozan el papelón.

Primero, la aparición de 10 calderas en el depósito de Obras Públicas de Esquel, que según el funcionario estaban escondidas y según la versión del director regional de Obras Públicas cordillerano, Hernán Valdez, estaban almacenadas e inventariadas.

O alguien está faltando a la verdad, o tenemos a un secretario de Infraestructura muy distraído o quienes están debajo de él, no le dan bola.

Segundo, la revelación que el funcionario hizo ante los legisladores sobre la conducta de un proveedor, que, enojado porque el gobierno anterior no le había pagado, decidió llevarse a su casa algunos componentes electrónicos de las calderas.

Ante la pregunta de si había denunciado al comerciante, Cittadini le dijo a los diputados que no y a los medios de prensa que sí. Demasiadas inconsistencias, que no solo desdibujan la imagen del funcionario sino también la del gobierno.

En el mismo sentido, el temporal acaecido la semana pasada en la zona sur de la provincia dejo muy mal parados a varios funcionarios.

Decenas de vehículos y más de 100 personas quedaron atrapadas en la ruta 3, tapados de nieve y muertos de frio durante 24 horas.

Nevaba copiosamente y regía una alerta naranja decretada por el servicio meteorológico nacional, situaciones que fueron ignoradas por el Subsecretario de Protección Ciudadana de la provincia.

¿Cómo no se percataron de la gravedad del asunto? ¿Por qué dejaron que los vehículos entraran en el ojo de la tormenta en vez de frenarlos en Garayalde?

Pero no fue solamente eso. Las tareas de rescate también despertaron críticas de los damnificados. No se actuó con celeridad y algunos funcionarios no tuvieron los reflejos que la emergencia exigía.

Un conocedor de los temas de protección civil me dijo hace unos días:

-Con José Massei esto no pasaba. Y con Evaristo Melo, menos-

Pero pasó. Y pasó porque las segundas líneas de este gobierno no están a la altura de las circunstancias.

La historia se repite en varias carteras.

Hay falta de territorialidad y de funcionarios que conozcan el manejo de la cosa pública, cualidad que nunca puede subestimarse.

Conocer la operatividad del Estado y de las personas que lo componen, para coordinar las tareas de manera eficiente, es lo que, que. al final, hará que las cosas funcionen.

Este gobierno tiene un gobernador virtuoso y algunos jugadores de calidad. El problema está en las segundas líneas. En lo que yo llamo los marcadores de punta del equipo.

No hace falta tener a un Negro Clausen“ o a un Loco Enrique en las bandas. Tampoco un Cafú o un Roberto Carlos.

Pero, si en el gobierno, los laterales no marcan, no anticipan, y no pasan al ataque, no solo no ganará campeonatos, sino que cuando quiera darse cuenta, estará peleando el descenso.


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