Por Esteban Gallo
El gobernador de Chubut, Nacho Torres, anunció que solicitará al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), la intervención de la Cooperativa de Servicios Públicos de Rawson. Para darle un marco institucional a la medida, acompañaron al mandatario el intendente de Rawson, Damián Biss, el ministro de Economía, Andrés Meiszner, y representantes de la distribuidora CAMMESA.
Fiel a su estilo, Torres no anduvo a medias tintas y señaló que las irregularidades que se han cometido en la entidad serán investigadas a fondo para que, en caso de ser comprobadas, los responsables terminen tras las rejas”.
El último escándalo que involucra a los conductores de la institución capitalina fue reflejada con lujo de detalles por Jornada y está relacionada con la firma de un convenio que se firmó con un estudio jurídico radicado en Mar del Plata, que se encargó de negociar la deuda con CAMMESA y por el que se pactó un pago de 40 millones de pesos mensuales durante 24 meses.
“¿Cuál es el sentido de firmar un convenio que le quita a la Cooperativa 600 mil dólares por absolutamente nada?", planteó con buen tino el gobernador y confirmó que, junto al intendente, presentarán una denuncia para esclarecer “quién fue la persona que trajo a estos delincuentes, con quienes se firmó un convenio leonino que le robó un montón de dinero a los vecinos de Rawson".
La investigación que propicia el mandatario de Chubut es clave para que, de una vez por todas, los encargados de manejar la plata de los usuarios de la Cooperativa paguen las consecuencias de las decisiones que tomaron. En este culebrón de los abogados, la comunidad de Rawson quiere saber si los directivos de la Cooperativa son solamente unos caídos del catre o si además actuaron con mala fe para obtener algún beneficio personal.
De esa investigación no deben quedar afuera los integrantes del Consejo de Administración, algún tercero que podría haber facilitado la negociación escandalosa con los letrados foráneos y tampoco los síndicos de la entidad, cuya tarea primordial es controlar y fiscalizar todos los actos de la institución. Acá se firmó un convenio totalmente descabellado que que puso en riesgo a la entidad, y los síndicos, encabezados por Mario Orellano, miraban para otro lado. La conducta de ellos también debe ser analizada.
Los vecinos de Rawson recordarán con claridad, porque ocurrió hace apenas un año atrás, el día que asumió el actual Consejo de Administración de la Cooperativa, con bombos y platillos, sacando por la ventana a las autoridades anteriores, anunciando cambios fenomenales, auditorías contables, números transparentes y la mar en coche.
Un mes y medio después sucedió lo del escándalo de las actas, que reflejamos en este medio, donde se comprobó el festival de nombramientos de cargos para beneficiar, bajo el disfraz de contratos de servicios de asesoramiento, a las personas que habían trabajado en la campaña a favor de la lista celeste y amarilla.
Desde ahí no pararon de hacer cagadas, incluidos los papelones internos que derivaron en el cambio de la presidencia en varias ocasiones. Primero Heladio Gómez, después Cinthia Sanz, más tarde Josefa Ávila.
En el medio, se produjo la sorpresiva huida de algunos de los principales mentores del paraíso prometido.
¿Dónde está el joven, impetuoso y parlanchín Maxi Valle, que fue la voz cantante de ese grupo que venía a salvar a la Cooperativa y que escapó como rata por tirante cuando el barco se hundía?
Él era el que posteaba profusamente en las redes sociales que iban a impulsar una auditoría administrativa y contable, que iban a mostrar en qué gastaba la plata la Cooperativa, cuánto costaban las obras, cuánto se destinaba a publicidad, a asociaciones sociales y deportivas, cuánto ganaban los miembros del consejo de administración y cómo se llegó a la crisis actual.
No hicieron nada de lo que prometieron y peor que eso, colocaron a la cooperativa patas para arriba, pusieron en riesgo la prestación de los servicios a la comunidad y obligaron al gobernador a pedir la intervención de la entidad.
De la decepción de la comunidad capitalina no les voy a decir nadar. Porque ese sentimiento no se describe con palabras. Solo diré que, en respuesta a ese desencanto colectivo, los que hundieron a la Cooperativa de Rawson, no se la pueden llevar de arriba.
Por Esteban Gallo
El gobernador de Chubut, Nacho Torres, anunció que solicitará al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), la intervención de la Cooperativa de Servicios Públicos de Rawson. Para darle un marco institucional a la medida, acompañaron al mandatario el intendente de Rawson, Damián Biss, el ministro de Economía, Andrés Meiszner, y representantes de la distribuidora CAMMESA.
Fiel a su estilo, Torres no anduvo a medias tintas y señaló que las irregularidades que se han cometido en la entidad serán investigadas a fondo para que, en caso de ser comprobadas, los responsables terminen tras las rejas”.
El último escándalo que involucra a los conductores de la institución capitalina fue reflejada con lujo de detalles por Jornada y está relacionada con la firma de un convenio que se firmó con un estudio jurídico radicado en Mar del Plata, que se encargó de negociar la deuda con CAMMESA y por el que se pactó un pago de 40 millones de pesos mensuales durante 24 meses.
“¿Cuál es el sentido de firmar un convenio que le quita a la Cooperativa 600 mil dólares por absolutamente nada?", planteó con buen tino el gobernador y confirmó que, junto al intendente, presentarán una denuncia para esclarecer “quién fue la persona que trajo a estos delincuentes, con quienes se firmó un convenio leonino que le robó un montón de dinero a los vecinos de Rawson".
La investigación que propicia el mandatario de Chubut es clave para que, de una vez por todas, los encargados de manejar la plata de los usuarios de la Cooperativa paguen las consecuencias de las decisiones que tomaron. En este culebrón de los abogados, la comunidad de Rawson quiere saber si los directivos de la Cooperativa son solamente unos caídos del catre o si además actuaron con mala fe para obtener algún beneficio personal.
De esa investigación no deben quedar afuera los integrantes del Consejo de Administración, algún tercero que podría haber facilitado la negociación escandalosa con los letrados foráneos y tampoco los síndicos de la entidad, cuya tarea primordial es controlar y fiscalizar todos los actos de la institución. Acá se firmó un convenio totalmente descabellado que que puso en riesgo a la entidad, y los síndicos, encabezados por Mario Orellano, miraban para otro lado. La conducta de ellos también debe ser analizada.
Los vecinos de Rawson recordarán con claridad, porque ocurrió hace apenas un año atrás, el día que asumió el actual Consejo de Administración de la Cooperativa, con bombos y platillos, sacando por la ventana a las autoridades anteriores, anunciando cambios fenomenales, auditorías contables, números transparentes y la mar en coche.
Un mes y medio después sucedió lo del escándalo de las actas, que reflejamos en este medio, donde se comprobó el festival de nombramientos de cargos para beneficiar, bajo el disfraz de contratos de servicios de asesoramiento, a las personas que habían trabajado en la campaña a favor de la lista celeste y amarilla.
Desde ahí no pararon de hacer cagadas, incluidos los papelones internos que derivaron en el cambio de la presidencia en varias ocasiones. Primero Heladio Gómez, después Cinthia Sanz, más tarde Josefa Ávila.
En el medio, se produjo la sorpresiva huida de algunos de los principales mentores del paraíso prometido.
¿Dónde está el joven, impetuoso y parlanchín Maxi Valle, que fue la voz cantante de ese grupo que venía a salvar a la Cooperativa y que escapó como rata por tirante cuando el barco se hundía?
Él era el que posteaba profusamente en las redes sociales que iban a impulsar una auditoría administrativa y contable, que iban a mostrar en qué gastaba la plata la Cooperativa, cuánto costaban las obras, cuánto se destinaba a publicidad, a asociaciones sociales y deportivas, cuánto ganaban los miembros del consejo de administración y cómo se llegó a la crisis actual.
No hicieron nada de lo que prometieron y peor que eso, colocaron a la cooperativa patas para arriba, pusieron en riesgo la prestación de los servicios a la comunidad y obligaron al gobernador a pedir la intervención de la entidad.
De la decepción de la comunidad capitalina no les voy a decir nadar. Porque ese sentimiento no se describe con palabras. Solo diré que, en respuesta a ese desencanto colectivo, los que hundieron a la Cooperativa de Rawson, no se la pueden llevar de arriba.