- Por Esteban Gallo
Hoy martes 10 de diciembre el presidente Javier Milei celebrará el primer aniversario de su gobierno en un evento cerrado organizado por la Sociedad Rural Argentina en el predio de Palermo. La jornada contará con la presencia de más de 400 delegados y dirigentes rurales de todo el país y culminará con un brindis de fin de año.
Mientras nos preparamos para otra bizarra función libertaria, y más allá de lo quieran decir y dibujar, los números de la economía no mienten y demuestran de manera apodíctica, que, a un año de la llegada de Milei a la Casa Rosada, no hay nada para festejar.
Hay sectores que sí festejan. Las grandes corporaciones mejoraron su rentabilidad, las empresas hidrocarburíferas están de parabienes. Con la desregulación del sector y los beneficios que les concedió el Gobierno, las empresas energéticas la juntan en pala, y claro, los especuladores financieros están de fiesta.
En la otra vereda, están las pequeñas y medianas empresas, que son las generadoras del 60% del empleo asalariado registrado del país, a las que Milei les prometió contenerlas y quitarles impuestos. No hizo ni una cosa ni la otra. En cambio, estableció el tristemente célebre RIGI, destinado a los grupos extranjeros que vendrán a la Argentina a hacerse la panzada con nuestros recursos y a dejarnos miseria.
Mientras tanto, la actividad económica en la Argentina cayó en el año un 4%. En la construcción la caída fue del 19,5%, en el comercio fue del 10.8% y la industria cayó el 12.4%.
También en la otra vereda están los trabajadores.
Para ilustrarlo con un ejemplo contundente. Señalamos que las empresas energéticas (EDENOR, EDESUR, METROGAS) han obtenido copiosas ganancias durante el primer año de gestión de Milei. ¿Cómo lo lograron? Muy simple: Desregulación del mercado, quita de subsidios y tarifazos descomunales que terminamos pagando todos los usuarios.
En síntesis, lisa y llanamente, una transferencia masiva de recursos desde los sectores populares hacia el capital concentrado.
Para que no queden dudas que la gran parte de la población conforma el grupo de perdedores en este primer año de gobierno libertario, un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), revela que los salarios de los argentinos se desplomaron olímpicamente.
Los sueldos de los trabajadores del sector público se redujeron en el último año un 17% y el salario mínimo cayó el 26%.
Estamos hablando de los que tuvieron la suerte de mantener sus empleos. Durante este año de gestión se perdieron 270 mil puestos de trabajo. Solo en la construcción se perdieron 66 mil empleos y en la industria manufacturera 29.600 puestos.
Dejemos de lado la frialdad de los números y pensemos en esos 270 mil trabajadores que se quedaron en la calle o en esas 270 mil familias que no tienen para comer, para vestirse o para estudiar.
No es la sensibilidad ni la empatía cualidades de este gobierno libertario. Tampoco lo desviven los temas que deberían preocupar a cualquier gobernante serio que pensara en el futuro de la república. Si no, no hubiese desmantelado a la ciencia, la educación o la cultura, sectores con los que parecería estar ensañado.
En el resumen, no puede quedar afuera el denigrante maltrato que Milei le aplicó a los jubilados desde el primer día-
En este primer año de gestión, este gobierno desalmado vetó la ley que modificaba la fórmula previsional, que habría mantenido la actualización mensual por inflación, hubiese otorgado un aumento acumulativo del 8,1%, y agregado aumentos anuales por encima de la inflación si la economía crecía y los salarios mejoraban. Hizo trizas esa posibilidad, comprando voluntades de legisladores y golpeando a los abuelos que se movilizaron en las calles.
Para coronar su hazaña, le quitó la gratuidad de los medicamentos a los jubilados que ganan más de 400 mil pesos, porque como dijo un legislador de su palo “No creo que los jubilados se mueran si no toman los medicamentos, deben tener parientes que los puedan ayudar”.
Tal vez, esto defina de la manera más triste y contundente lo que ha sido el gobierno de Milei en este primer año de gestión.
Hoy, a la hora de los balances, algunos preferirán taparse los ojos para no ver lo que no quieren ver. El, hablará maravillas de su gestión, se pondrá a la altura de los principales dirigentes políticos del mundo, no faltarán las payasadas a las que nos tiene acostumbrados y cerrará du discurso con su clásico y patético Viva la Libertad Carajo.
Y estamos los otros y las otras de este país, que, en medio de tanta desigualdad e impudicia, no tenemos nada para festejar.
- Por Esteban Gallo
Hoy martes 10 de diciembre el presidente Javier Milei celebrará el primer aniversario de su gobierno en un evento cerrado organizado por la Sociedad Rural Argentina en el predio de Palermo. La jornada contará con la presencia de más de 400 delegados y dirigentes rurales de todo el país y culminará con un brindis de fin de año.
Mientras nos preparamos para otra bizarra función libertaria, y más allá de lo quieran decir y dibujar, los números de la economía no mienten y demuestran de manera apodíctica, que, a un año de la llegada de Milei a la Casa Rosada, no hay nada para festejar.
Hay sectores que sí festejan. Las grandes corporaciones mejoraron su rentabilidad, las empresas hidrocarburíferas están de parabienes. Con la desregulación del sector y los beneficios que les concedió el Gobierno, las empresas energéticas la juntan en pala, y claro, los especuladores financieros están de fiesta.
En la otra vereda, están las pequeñas y medianas empresas, que son las generadoras del 60% del empleo asalariado registrado del país, a las que Milei les prometió contenerlas y quitarles impuestos. No hizo ni una cosa ni la otra. En cambio, estableció el tristemente célebre RIGI, destinado a los grupos extranjeros que vendrán a la Argentina a hacerse la panzada con nuestros recursos y a dejarnos miseria.
Mientras tanto, la actividad económica en la Argentina cayó en el año un 4%. En la construcción la caída fue del 19,5%, en el comercio fue del 10.8% y la industria cayó el 12.4%.
También en la otra vereda están los trabajadores.
Para ilustrarlo con un ejemplo contundente. Señalamos que las empresas energéticas (EDENOR, EDESUR, METROGAS) han obtenido copiosas ganancias durante el primer año de gestión de Milei. ¿Cómo lo lograron? Muy simple: Desregulación del mercado, quita de subsidios y tarifazos descomunales que terminamos pagando todos los usuarios.
En síntesis, lisa y llanamente, una transferencia masiva de recursos desde los sectores populares hacia el capital concentrado.
Para que no queden dudas que la gran parte de la población conforma el grupo de perdedores en este primer año de gobierno libertario, un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), revela que los salarios de los argentinos se desplomaron olímpicamente.
Los sueldos de los trabajadores del sector público se redujeron en el último año un 17% y el salario mínimo cayó el 26%.
Estamos hablando de los que tuvieron la suerte de mantener sus empleos. Durante este año de gestión se perdieron 270 mil puestos de trabajo. Solo en la construcción se perdieron 66 mil empleos y en la industria manufacturera 29.600 puestos.
Dejemos de lado la frialdad de los números y pensemos en esos 270 mil trabajadores que se quedaron en la calle o en esas 270 mil familias que no tienen para comer, para vestirse o para estudiar.
No es la sensibilidad ni la empatía cualidades de este gobierno libertario. Tampoco lo desviven los temas que deberían preocupar a cualquier gobernante serio que pensara en el futuro de la república. Si no, no hubiese desmantelado a la ciencia, la educación o la cultura, sectores con los que parecería estar ensañado.
En el resumen, no puede quedar afuera el denigrante maltrato que Milei le aplicó a los jubilados desde el primer día-
En este primer año de gestión, este gobierno desalmado vetó la ley que modificaba la fórmula previsional, que habría mantenido la actualización mensual por inflación, hubiese otorgado un aumento acumulativo del 8,1%, y agregado aumentos anuales por encima de la inflación si la economía crecía y los salarios mejoraban. Hizo trizas esa posibilidad, comprando voluntades de legisladores y golpeando a los abuelos que se movilizaron en las calles.
Para coronar su hazaña, le quitó la gratuidad de los medicamentos a los jubilados que ganan más de 400 mil pesos, porque como dijo un legislador de su palo “No creo que los jubilados se mueran si no toman los medicamentos, deben tener parientes que los puedan ayudar”.
Tal vez, esto defina de la manera más triste y contundente lo que ha sido el gobierno de Milei en este primer año de gestión.
Hoy, a la hora de los balances, algunos preferirán taparse los ojos para no ver lo que no quieren ver. El, hablará maravillas de su gestión, se pondrá a la altura de los principales dirigentes políticos del mundo, no faltarán las payasadas a las que nos tiene acostumbrados y cerrará du discurso con su clásico y patético Viva la Libertad Carajo.
Y estamos los otros y las otras de este país, que, en medio de tanta desigualdad e impudicia, no tenemos nada para festejar.