Gustavo Fita: del dicho al hecho hay mucho trecho

15 NOV 2024 - 10:08 | Actualizado 15 NOV 2024 - 10:56

- Por Esteban Gallo / Especial para Jornada

El 9 de diciembre de 2023, el día de la asunción de las nuevas autoridades legislativas, el diputado Gustavo Fita posteó en sus redes sociales lo siguiente: “Un honor volver a la Honorable Legislatura del Chubut como diputado provincial representando al Justicialismo y al movimiento obrero en el bloque Arriba Chubut. Gracias a todos los que confiaron en mí con su voto. Al igual que en 2015-2019, trabajaremos para sacar adelante leyes que mejoren la vida de los chubutenses”.

Por lo pomposo del mensaje parecería el preludio de alguien que llega a la Legislatura a imponer una impronta de trabajo, a cumplir un rol protagónico, a colocarse en el centro de la discusión, a presentar proyectos trascendentes. Alguien que llega para ser figura y comerse la cancha. Pero en estos 9 meses de actividad parlamentaria, Fita no ha hecho nada de lo que prometió. No ha cumplido ni con los peronistas ni con los trabajadores a los que dice que representa.

El dato nuevo que motiva este comentario es la prolongada ausencia del legislador comodorense del recinto en el último tiempo, que ha provocado indignación en la comunidad y también entre sus pares.

Se lo vio por última vez en el recinto en la sesión del 10 de octubre pasado. Ese día, fiel a su estilo, llegó tarde y se fue temprano, probablemente para tomar el avión que lo llevó hasta España, donde supuestamente participó de un encuentro de dirigentes sindicales.

Se ve que el congreso se estiró bastante, porque el hombre no volvió más, lo que consolida la versión de que, tras el supuesto cónclave, el diputado aprovechó para tomarse unas largas vacaciones por el viejo continente.

Las malas lenguas hablan de suntuosas compras en el Corte Inglés y exquisitos cochinillos asados en famosos restaurantes.

No hace falta entrar en detalles. Lo central es que mientras el señorito recorre el mundo muy forondo, los demás diputados trabajan todos los días y se queman las pestañas para tratar de mejorar la vida de los trabajadores, que él abandona.

No faltará el que diga que todo buen cristiano se merece unas buenas vacaciones. Es cierto. Pero también es verdad que los diputados no tienen un régimen laboral como el de los trabajadores a los que representan. Un legislador responsable organiza su descanso para enero o febrero que son los meses de menor actividad legislativa. De marzo a diciembre un diputado tiene que trabajar en comisión, que es donde se discuten los proyectos y luego estar en el recinto que es donde se defienden las ideas.

La tarea de Fita en la Legislatura no es deplorable solo porque “se las tomó en esta época del año”. Llega a las sesiones a la hora que quiere, se va cuando se le da la gana, habla poco, no participa en las comisiones.

Su condición de presidente del Partido Justicialista tampoco lo conmueve demasiado. Si fuera así, por la imagen del partido al que representa y la importancia del cargo que ostenta, se preocuparía por hacer buena letra.

Claro que la culpa no solo es del chancho sino también del que le da de comer. Fita llegó a la presidencia del partido con el apoyo de senadores, intendentes, ex intendentes, diputados provinciales y referentes del peronismo de todas las ciudades de la provincia.

Muchos de ellos, ahora se agarran la cabeza, pero deberían hacerse cargo de la decisión que tomaron, porque lo único que le falta al peronismo es que quien lo conduce haga agua por todos lados.

“Un honor volver a la Legislatura” dijo Fita hace 11 meses atrás.

Sr. Diputado, honre ese honor. Y también a los trabajadores a los que dice defender.

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15 NOV 2024 - 10:08

- Por Esteban Gallo / Especial para Jornada

El 9 de diciembre de 2023, el día de la asunción de las nuevas autoridades legislativas, el diputado Gustavo Fita posteó en sus redes sociales lo siguiente: “Un honor volver a la Honorable Legislatura del Chubut como diputado provincial representando al Justicialismo y al movimiento obrero en el bloque Arriba Chubut. Gracias a todos los que confiaron en mí con su voto. Al igual que en 2015-2019, trabajaremos para sacar adelante leyes que mejoren la vida de los chubutenses”.

Por lo pomposo del mensaje parecería el preludio de alguien que llega a la Legislatura a imponer una impronta de trabajo, a cumplir un rol protagónico, a colocarse en el centro de la discusión, a presentar proyectos trascendentes. Alguien que llega para ser figura y comerse la cancha. Pero en estos 9 meses de actividad parlamentaria, Fita no ha hecho nada de lo que prometió. No ha cumplido ni con los peronistas ni con los trabajadores a los que dice que representa.

El dato nuevo que motiva este comentario es la prolongada ausencia del legislador comodorense del recinto en el último tiempo, que ha provocado indignación en la comunidad y también entre sus pares.

Se lo vio por última vez en el recinto en la sesión del 10 de octubre pasado. Ese día, fiel a su estilo, llegó tarde y se fue temprano, probablemente para tomar el avión que lo llevó hasta España, donde supuestamente participó de un encuentro de dirigentes sindicales.

Se ve que el congreso se estiró bastante, porque el hombre no volvió más, lo que consolida la versión de que, tras el supuesto cónclave, el diputado aprovechó para tomarse unas largas vacaciones por el viejo continente.

Las malas lenguas hablan de suntuosas compras en el Corte Inglés y exquisitos cochinillos asados en famosos restaurantes.

No hace falta entrar en detalles. Lo central es que mientras el señorito recorre el mundo muy forondo, los demás diputados trabajan todos los días y se queman las pestañas para tratar de mejorar la vida de los trabajadores, que él abandona.

No faltará el que diga que todo buen cristiano se merece unas buenas vacaciones. Es cierto. Pero también es verdad que los diputados no tienen un régimen laboral como el de los trabajadores a los que representan. Un legislador responsable organiza su descanso para enero o febrero que son los meses de menor actividad legislativa. De marzo a diciembre un diputado tiene que trabajar en comisión, que es donde se discuten los proyectos y luego estar en el recinto que es donde se defienden las ideas.

La tarea de Fita en la Legislatura no es deplorable solo porque “se las tomó en esta época del año”. Llega a las sesiones a la hora que quiere, se va cuando se le da la gana, habla poco, no participa en las comisiones.

Su condición de presidente del Partido Justicialista tampoco lo conmueve demasiado. Si fuera así, por la imagen del partido al que representa y la importancia del cargo que ostenta, se preocuparía por hacer buena letra.

Claro que la culpa no solo es del chancho sino también del que le da de comer. Fita llegó a la presidencia del partido con el apoyo de senadores, intendentes, ex intendentes, diputados provinciales y referentes del peronismo de todas las ciudades de la provincia.

Muchos de ellos, ahora se agarran la cabeza, pero deberían hacerse cargo de la decisión que tomaron, porque lo único que le falta al peronismo es que quien lo conduce haga agua por todos lados.

“Un honor volver a la Legislatura” dijo Fita hace 11 meses atrás.

Sr. Diputado, honre ese honor. Y también a los trabajadores a los que dice defender.


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