- Por Esteban Gallo
“Hay que reconocer cuando cometemos errores", dijo el Dr. Andrés Arbeletche y agregó en el mismo tono: "Prefiero equivocarme haciendo cosas".
Al abordar el tema de la reapertura del acceso a Bahía Cracker, el funcionario provincial admitió a “Mañana G” que "desde la Secretaría de Pesca tuvimos la mejor intención de tratar de ordenar, de buscar un mecanismo, que la verdad, resultó equivocado”.
Finalmente, después de valorar el posicionamiento adoptado por los periodistas del Grupo Jornada, aseveró: “La Justicia, con un fallo ejemplar, corrigió ese error que cometimos” y añadió que no solamente la sentencia no será apelada, sino que además la Secretaría a su cargo sancionará a los propietarios del campo si deciden cerrar la tranquera e impedir el acceso de la gente a la costa.
Impecable, por donde se lo mire. E inusual también. Tan extraordinaria fue la intervención del Secretario de Pesca provincial que, en 35 años de carrera periodística, es la primera vez que escucho a un funcionario de primera línea, tomar un micrófono y decir: “me equivoqué, vamos para atrás, empezamos de nuevo”.
Reconocer los errores constituye un acto de humildad, que es la cualidad que permite a las personas aprender de los demás, aceptar las críticas constructivas y reconocer que siempre hay espacio para mejorar. Es exactamente lo contrario a la soberbia, que es la actitud del individuo que cree tener una posición de superioridad frente a los demás y que al mismo tiempo esconde detrás de su arrogancia, la inseguridad, la inferioridad o la falta de confianza que tiene.
Es también uno de los grandes males de la política y la razón por la que a los argentinos nos cuesta tanto establecer canales de diálogo y acuerdos constructivos.
He aquí, un funcionario que elige otro camino para zanjar una cuestión de interés público pero que además transmite con su accionar un mensaje aleccionador para todos aquellos y todas aquellas que ocupan un espacio de poder.
La historia del cierre de Bahía Cracker y su feliz reapertura, tiene varios protagonistas destacados. En primer lugar, los clubes de pesca de Trelew, Rawson y Puerto Madryn, la Asociación de Pescadores Artesanales, más un grupo de vecinos y vecinas de la zona que se movilizaron a favor de defender el derecho constitucional de acceder a un espacio público, que estaba siendo cercenado. Los asesoró el Dr. Daniel Gómez Lozano, un calificado abogado madrynense, que además es un ferviente militante de las causas populares.
Del fallo ejemplar de la jueza Florencia Cordón hemos hablado profusamente en este espacio. La Defensora del Pueblo de Chubut, Claudia Bard también cumplió un papel proactivo a favor de la reapertura de la playa y el Procurador Fiscal de la Provincia, Jorge Miquelarena, una vez que se conoció la sentencia judicial, se expidió sobre el asunto aconsejándole al Superior Tribunal de Justicia que rechace la queja de Estancia Bahía Cracker.
De la tarea de estos periodistas y del Grupo Jornada opinarán oyentes y lectores. No corresponde que saquemos chapa por algo que tenemos la obligación de hacer.
Retomando el tema central de esta editorial, las afirmaciones realizadas a este medio por parte del Dr. Arbeletche son significativas no solamente porque ponen punto final a un episodio en particular. Al mismo tiempo, establece un cambio de rumbo en la política de la Secretaria de Pesca en relación a nuestras costas. Ahora, hay grandes expectativas de que se puedan recuperar otros espacios públicos, como El Pedral o Punta Pardelas, que fue el reclamo primigenio, que motorizó a pescadores, a vecinos y a estos periodistas.
Por último, así como subrayamos con fruición el gesto de grandeza del Secretario de Pesca provincial, debemos destacar la postura del gobierno provincial en el mismo sentido.
Un secretario no toma una decisión si no tiene el aval de un ministro y del propio gobernador.
Nacho Torres es el mandatario provincial con mejor imagen positiva del país. Conduce un Poder Ejecutivo fuerte, que goza de un alto acompañamiento popular.
Sin embargo, no se regodea en el éxito, ni se sube al caballo, ni se cree infalible, ni hace oídos sordos a las críticas.
Asumir errores y pegar un volantazo cuando la realidad lo exige no es un signo de debilidad. Al contrario, habla de un gobierno que está en permanente transformación, que abre la cabeza y acepta las disidencias.
Para gobernar, hay que saber escuchar. Los gobiernos que escuchan son los que hacen la diferencia.
- Por Esteban Gallo
“Hay que reconocer cuando cometemos errores", dijo el Dr. Andrés Arbeletche y agregó en el mismo tono: "Prefiero equivocarme haciendo cosas".
Al abordar el tema de la reapertura del acceso a Bahía Cracker, el funcionario provincial admitió a “Mañana G” que "desde la Secretaría de Pesca tuvimos la mejor intención de tratar de ordenar, de buscar un mecanismo, que la verdad, resultó equivocado”.
Finalmente, después de valorar el posicionamiento adoptado por los periodistas del Grupo Jornada, aseveró: “La Justicia, con un fallo ejemplar, corrigió ese error que cometimos” y añadió que no solamente la sentencia no será apelada, sino que además la Secretaría a su cargo sancionará a los propietarios del campo si deciden cerrar la tranquera e impedir el acceso de la gente a la costa.
Impecable, por donde se lo mire. E inusual también. Tan extraordinaria fue la intervención del Secretario de Pesca provincial que, en 35 años de carrera periodística, es la primera vez que escucho a un funcionario de primera línea, tomar un micrófono y decir: “me equivoqué, vamos para atrás, empezamos de nuevo”.
Reconocer los errores constituye un acto de humildad, que es la cualidad que permite a las personas aprender de los demás, aceptar las críticas constructivas y reconocer que siempre hay espacio para mejorar. Es exactamente lo contrario a la soberbia, que es la actitud del individuo que cree tener una posición de superioridad frente a los demás y que al mismo tiempo esconde detrás de su arrogancia, la inseguridad, la inferioridad o la falta de confianza que tiene.
Es también uno de los grandes males de la política y la razón por la que a los argentinos nos cuesta tanto establecer canales de diálogo y acuerdos constructivos.
He aquí, un funcionario que elige otro camino para zanjar una cuestión de interés público pero que además transmite con su accionar un mensaje aleccionador para todos aquellos y todas aquellas que ocupan un espacio de poder.
La historia del cierre de Bahía Cracker y su feliz reapertura, tiene varios protagonistas destacados. En primer lugar, los clubes de pesca de Trelew, Rawson y Puerto Madryn, la Asociación de Pescadores Artesanales, más un grupo de vecinos y vecinas de la zona que se movilizaron a favor de defender el derecho constitucional de acceder a un espacio público, que estaba siendo cercenado. Los asesoró el Dr. Daniel Gómez Lozano, un calificado abogado madrynense, que además es un ferviente militante de las causas populares.
Del fallo ejemplar de la jueza Florencia Cordón hemos hablado profusamente en este espacio. La Defensora del Pueblo de Chubut, Claudia Bard también cumplió un papel proactivo a favor de la reapertura de la playa y el Procurador Fiscal de la Provincia, Jorge Miquelarena, una vez que se conoció la sentencia judicial, se expidió sobre el asunto aconsejándole al Superior Tribunal de Justicia que rechace la queja de Estancia Bahía Cracker.
De la tarea de estos periodistas y del Grupo Jornada opinarán oyentes y lectores. No corresponde que saquemos chapa por algo que tenemos la obligación de hacer.
Retomando el tema central de esta editorial, las afirmaciones realizadas a este medio por parte del Dr. Arbeletche son significativas no solamente porque ponen punto final a un episodio en particular. Al mismo tiempo, establece un cambio de rumbo en la política de la Secretaria de Pesca en relación a nuestras costas. Ahora, hay grandes expectativas de que se puedan recuperar otros espacios públicos, como El Pedral o Punta Pardelas, que fue el reclamo primigenio, que motorizó a pescadores, a vecinos y a estos periodistas.
Por último, así como subrayamos con fruición el gesto de grandeza del Secretario de Pesca provincial, debemos destacar la postura del gobierno provincial en el mismo sentido.
Un secretario no toma una decisión si no tiene el aval de un ministro y del propio gobernador.
Nacho Torres es el mandatario provincial con mejor imagen positiva del país. Conduce un Poder Ejecutivo fuerte, que goza de un alto acompañamiento popular.
Sin embargo, no se regodea en el éxito, ni se sube al caballo, ni se cree infalible, ni hace oídos sordos a las críticas.
Asumir errores y pegar un volantazo cuando la realidad lo exige no es un signo de debilidad. Al contrario, habla de un gobierno que está en permanente transformación, que abre la cabeza y acepta las disidencias.
Para gobernar, hay que saber escuchar. Los gobiernos que escuchan son los que hacen la diferencia.