Dios nos libre de los guanacos que nos gobiernan

29 FEB 2024 - 10:19 | Actualizado 29 FEB 2024 - 10:27

- Por Esteban Gallo

“En Chubut no vive nadie, no hay más que un millón de guanacos” dijo Patricia Bullrich, como siempre, muy suelta de cuerpo y sin ponerse colorada.

Esa fue la manera en la que irrumpió en los medios para defender a Javier Milei en el conflicto que el libertario mantiene con el gobernador Nacho Torres por la retención de fondos coparticipables.

Palabras más, palabras menos, lo que quiso decir es:-Que se dejen de joder, si son 4 gatos locos”.

En la entrevista habla también de la planicie chubutense, de la meseta inhabitada, que por supuesto, no conoce ni por fotos.

Su contacto con el campo de Chubut es la Península Valdés. Ahí, donde sus amigos terratenientes, los mismos que ponen tranqueras para que la gente común no pueda ingresar a las playas, cada vez que viene, la agasajan con un corderito patagónico cocinado al asador.

En la estancia sí que se vive bien. Para la señora, el resto es mierda.

Mejor dicho, es pura planicie y un millón de guanacos.

Pero, ¿por qué Bullrich habla de guanacos y no de personas? ¿Es de tarambana nomás que lo hace?

A los ojos de Bullrich la gente de Chubut no existe, y mucho menos los pobladores de la meseta que no entran en el foco de su mirada porteña.

Tiene lógica. A una provincia que tiene más guanacos que personas no hay que atenderla. ¿Para qué construir escuelas si los animales no necesitan instrucción? ¿Para qué invertir en hospitales si los guanacos viven y mueren en el campo? ¿Qué necesidad de construir rutas si estos bichos de ojos saltones no plantean requerimientos de esa índole?

Plantada en la polémica afirmación, la ministra también cree que una provincia que tiene más guanacos que personas no tiene derecho a exigir fondos coparticipables. Ni a chistar, si alguien se los recorta.

Defiende a Milei porque piensa igual que él.
-Recortémosle los fondos educativos y que se arreglen-
-Quitémosle el subsidio al transporte y que se la banquen-
-Hagamos lo mismo con la energía y que se jodan-

Con la misma visión centralista, dinamitan la obra pública de Chubut sin importarle un comino los miles de trabajadores que se quedaron en la calle ni las pequeñas y medianas empresas que quedaron al borde de la quiebra.

¿Vieron que no solo dice lo que dice de tarambana que es?

Bullrich representa a la perfección la mirada unitaria del país que aborrece el federalismo. Bullrich solo ve guanacos porque ignora a los chubutenses. Y como también los desprecia, los invisibiliza.

Pero como dice El Principito, lo esencial es invisible a los ojos

Y lo esencial es la gente de Chubut que Bullrich no quiere ver. Lo esencial son los ciudadanos que hacen patria en la agreste meseta chubutana.

Hay guanacos en Chubut, pero también hay una cultura y una historia. Y hay cientos de jóvenes, cargados de sueños, que aman su suelo, que quieren estudiar y que necesitan de un modelo productivo y federal que los contenga.

En el final quiero salir en defensa de nuestros carismáticos guanacos que sufren el desprecio de los Bullrich, los Milei y el ejército unitario que los acompaña.

Cuando se habla de una persona tonta o bruta se la referencia con la palabra guanaco. El diccionario de la lengua española señala que “guanaco es todo lo que es ridículo, vulgar y fuera de propósito”. Cuando alguien comete un acto bestial se dice que fue una guanaqueada.

Nuestros guanacos tienen mala prensa, pero no hacen daño y son bellísimos.

El problema son los guanacos que no viven acá, y que además nos gobiernan.

Dios libre a los chubutenses de esos guanacos.

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29 FEB 2024 - 10:19

- Por Esteban Gallo

“En Chubut no vive nadie, no hay más que un millón de guanacos” dijo Patricia Bullrich, como siempre, muy suelta de cuerpo y sin ponerse colorada.

Esa fue la manera en la que irrumpió en los medios para defender a Javier Milei en el conflicto que el libertario mantiene con el gobernador Nacho Torres por la retención de fondos coparticipables.

Palabras más, palabras menos, lo que quiso decir es:-Que se dejen de joder, si son 4 gatos locos”.

En la entrevista habla también de la planicie chubutense, de la meseta inhabitada, que por supuesto, no conoce ni por fotos.

Su contacto con el campo de Chubut es la Península Valdés. Ahí, donde sus amigos terratenientes, los mismos que ponen tranqueras para que la gente común no pueda ingresar a las playas, cada vez que viene, la agasajan con un corderito patagónico cocinado al asador.

En la estancia sí que se vive bien. Para la señora, el resto es mierda.

Mejor dicho, es pura planicie y un millón de guanacos.

Pero, ¿por qué Bullrich habla de guanacos y no de personas? ¿Es de tarambana nomás que lo hace?

A los ojos de Bullrich la gente de Chubut no existe, y mucho menos los pobladores de la meseta que no entran en el foco de su mirada porteña.

Tiene lógica. A una provincia que tiene más guanacos que personas no hay que atenderla. ¿Para qué construir escuelas si los animales no necesitan instrucción? ¿Para qué invertir en hospitales si los guanacos viven y mueren en el campo? ¿Qué necesidad de construir rutas si estos bichos de ojos saltones no plantean requerimientos de esa índole?

Plantada en la polémica afirmación, la ministra también cree que una provincia que tiene más guanacos que personas no tiene derecho a exigir fondos coparticipables. Ni a chistar, si alguien se los recorta.

Defiende a Milei porque piensa igual que él.
-Recortémosle los fondos educativos y que se arreglen-
-Quitémosle el subsidio al transporte y que se la banquen-
-Hagamos lo mismo con la energía y que se jodan-

Con la misma visión centralista, dinamitan la obra pública de Chubut sin importarle un comino los miles de trabajadores que se quedaron en la calle ni las pequeñas y medianas empresas que quedaron al borde de la quiebra.

¿Vieron que no solo dice lo que dice de tarambana que es?

Bullrich representa a la perfección la mirada unitaria del país que aborrece el federalismo. Bullrich solo ve guanacos porque ignora a los chubutenses. Y como también los desprecia, los invisibiliza.

Pero como dice El Principito, lo esencial es invisible a los ojos

Y lo esencial es la gente de Chubut que Bullrich no quiere ver. Lo esencial son los ciudadanos que hacen patria en la agreste meseta chubutana.

Hay guanacos en Chubut, pero también hay una cultura y una historia. Y hay cientos de jóvenes, cargados de sueños, que aman su suelo, que quieren estudiar y que necesitan de un modelo productivo y federal que los contenga.

En el final quiero salir en defensa de nuestros carismáticos guanacos que sufren el desprecio de los Bullrich, los Milei y el ejército unitario que los acompaña.

Cuando se habla de una persona tonta o bruta se la referencia con la palabra guanaco. El diccionario de la lengua española señala que “guanaco es todo lo que es ridículo, vulgar y fuera de propósito”. Cuando alguien comete un acto bestial se dice que fue una guanaqueada.

Nuestros guanacos tienen mala prensa, pero no hacen daño y son bellísimos.

El problema son los guanacos que no viven acá, y que además nos gobiernan.

Dios libre a los chubutenses de esos guanacos.


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