Los dilemas de Iturrioz
- Por Esteban Gallo
Hèctor Iturrioz será el ministro de Seguridad del gobierno de Ignacio Torres y Diego Lapenna ocupará la cartera de Turismo de la provincia del Chubut a partir de diciembre. Esos nombres se suman a los de Jose Luis Punta, Fernando Álvarez de Céliz y Sergio Wisky, quienes estarán al frente de Educación, Infraestructura y Salud, respectivamente. En el caso de Wisky, primero deberá acreditar su residencia en la provincia, requisito ineludible para acceder al cargo para el que fue seleccionado.
La designación de Iturrioz no fue una sorpresa. Su oposición al peronismo y adhesión a la candidatura de Patricia Bullrich ha quedado reflejada sin eufemismos en las redes sociales, a través de sus posteos. Ahora podrá militar desde la función pública, sin que nadie lo señale con el dedo.
Iturrioz llegará al Ministerio de Seguridad con la ventaja de conocer las falencias que en materia de seguridad tiene la provincia. No necesita tomarse un tiempo para elaborar un diagnóstico de la situación. Lo conoce en detalle.
Su condición de fiscal, lo coloca en una situación inmejorable. Ha llevado adelante con eficiencia la tarea de proteger los intereses generales de la sociedad. Ha trabajado del lado de las víctimas, persiguiendo los delitos de acción pública. Ha promovido la acción penal contra los autores del delito, velando por la adecuada prestación del servicio de justicia.
Hace unos días, Jornada publicó los resultados de una encuesta que reveló que el 58.5% de los entrevistados considera que la Justicia es la principal responsable de la inseguridad en Chubut.
El funcionamiento del Poder Judicial no es ajeno al conocimiento de Iturrioz porque el forma parte de ese Poder, que la sociedad cuestiona. Tal vez, desde el lado de la política, encuentre las herramientas y los consensos que se necesitan para generar los cambios que los tiempos actuales exigen.
El Ministerio Público Fiscal, al que pertenece el futuro funcionario, ha reclamado a grito pelado la modificación del Código Procesal Penal. Cuando por fin los legisladores se pusieron las pilas, apareció la Asociación de Magistrados para expresar su disconformidad con las modificaciones propuestas. Probablemente sean los nuevos legisladores los que resuelvan esta cuestión y el gobernador “Nacho” Torres asuma un papel fundamental. En ese contexto de análisis y debate, el ministro Iturrioz debería asumir un rol preponderante, asesorando al gobierno y mediando entre los protagonistas de las discusiones.
Si hay que cambiar las leyes para mejorar la seguridad de los chubutenses, qué mejor que el gobernador tenga al lado a un hombre que conoce el paño, que esté preparado para sugerir las modificaciones que sean necesarias.
Cuando asuma, Iturrioz tendrá una fuerza de seguridad equipada, con un parque automotor recientemente renovado, 250 automóviles O KM en las comisarías, con indumentaria nueva y armamento en condiciones.
Las inversiones encaradas por gobernador Mariano Arcioni y el Ministro Miguel Castro también incluyeron una fuerte inversión en materia tecnológica con la adquisición de cámaras de videovigilancia y la correspondiente modernización de los centros de monitoreo.
En ese sentido, Iturrioz no se podrá quejar. No tendrá el problema de otros ministros, que, cuando asumieron el cargo, lo hicieron con una fuerza de seguridad totalmente desmantelada.
La llegada del fiscal al Ministerio de Seguridad también trae aparejada algunas dudas.
Iturrioz adelantó a este medio que su paso por la política será de un año y medio, lapso en el que ejecutará un plan de seguridad, para luego retornar al Ministerio Público Fiscal.
Surgen varias preguntas.
¿Es posible ejecutar en tan poco tiempo un plan de seguridad que logre los cambios profundos que reclama la sociedad?
¿Le sirve a los chubutenses tener en un cargo clave a una persona que, de antemano, avisa que en un año y medio se va?
Su eventual reemplazante, ¿Tendrá una visión parecida de las cosas como para asegurar que su plan tendrá continuidad y coherencia?
Y, por último, ¿de qué manera se verá condicionado como ministro cuando tenga que plantarse ante los popes del Poder Judicial, considerando que 18 meses después, serán nuevamente sus jefes?
Son los dilemas de Iturrioz, pero que no lo afectan solamente a él, sino a los 600 mil individuos que forman parte de esta provincia.
- Por Esteban Gallo
Hèctor Iturrioz será el ministro de Seguridad del gobierno de Ignacio Torres y Diego Lapenna ocupará la cartera de Turismo de la provincia del Chubut a partir de diciembre. Esos nombres se suman a los de Jose Luis Punta, Fernando Álvarez de Céliz y Sergio Wisky, quienes estarán al frente de Educación, Infraestructura y Salud, respectivamente. En el caso de Wisky, primero deberá acreditar su residencia en la provincia, requisito ineludible para acceder al cargo para el que fue seleccionado.
La designación de Iturrioz no fue una sorpresa. Su oposición al peronismo y adhesión a la candidatura de Patricia Bullrich ha quedado reflejada sin eufemismos en las redes sociales, a través de sus posteos. Ahora podrá militar desde la función pública, sin que nadie lo señale con el dedo.
Iturrioz llegará al Ministerio de Seguridad con la ventaja de conocer las falencias que en materia de seguridad tiene la provincia. No necesita tomarse un tiempo para elaborar un diagnóstico de la situación. Lo conoce en detalle.
Su condición de fiscal, lo coloca en una situación inmejorable. Ha llevado adelante con eficiencia la tarea de proteger los intereses generales de la sociedad. Ha trabajado del lado de las víctimas, persiguiendo los delitos de acción pública. Ha promovido la acción penal contra los autores del delito, velando por la adecuada prestación del servicio de justicia.
Hace unos días, Jornada publicó los resultados de una encuesta que reveló que el 58.5% de los entrevistados considera que la Justicia es la principal responsable de la inseguridad en Chubut.
El funcionamiento del Poder Judicial no es ajeno al conocimiento de Iturrioz porque el forma parte de ese Poder, que la sociedad cuestiona. Tal vez, desde el lado de la política, encuentre las herramientas y los consensos que se necesitan para generar los cambios que los tiempos actuales exigen.
El Ministerio Público Fiscal, al que pertenece el futuro funcionario, ha reclamado a grito pelado la modificación del Código Procesal Penal. Cuando por fin los legisladores se pusieron las pilas, apareció la Asociación de Magistrados para expresar su disconformidad con las modificaciones propuestas. Probablemente sean los nuevos legisladores los que resuelvan esta cuestión y el gobernador “Nacho” Torres asuma un papel fundamental. En ese contexto de análisis y debate, el ministro Iturrioz debería asumir un rol preponderante, asesorando al gobierno y mediando entre los protagonistas de las discusiones.
Si hay que cambiar las leyes para mejorar la seguridad de los chubutenses, qué mejor que el gobernador tenga al lado a un hombre que conoce el paño, que esté preparado para sugerir las modificaciones que sean necesarias.
Cuando asuma, Iturrioz tendrá una fuerza de seguridad equipada, con un parque automotor recientemente renovado, 250 automóviles O KM en las comisarías, con indumentaria nueva y armamento en condiciones.
Las inversiones encaradas por gobernador Mariano Arcioni y el Ministro Miguel Castro también incluyeron una fuerte inversión en materia tecnológica con la adquisición de cámaras de videovigilancia y la correspondiente modernización de los centros de monitoreo.
En ese sentido, Iturrioz no se podrá quejar. No tendrá el problema de otros ministros, que, cuando asumieron el cargo, lo hicieron con una fuerza de seguridad totalmente desmantelada.
La llegada del fiscal al Ministerio de Seguridad también trae aparejada algunas dudas.
Iturrioz adelantó a este medio que su paso por la política será de un año y medio, lapso en el que ejecutará un plan de seguridad, para luego retornar al Ministerio Público Fiscal.
Surgen varias preguntas.
¿Es posible ejecutar en tan poco tiempo un plan de seguridad que logre los cambios profundos que reclama la sociedad?
¿Le sirve a los chubutenses tener en un cargo clave a una persona que, de antemano, avisa que en un año y medio se va?
Su eventual reemplazante, ¿Tendrá una visión parecida de las cosas como para asegurar que su plan tendrá continuidad y coherencia?
Y, por último, ¿de qué manera se verá condicionado como ministro cuando tenga que plantarse ante los popes del Poder Judicial, considerando que 18 meses después, serán nuevamente sus jefes?
Son los dilemas de Iturrioz, pero que no lo afectan solamente a él, sino a los 600 mil individuos que forman parte de esta provincia.