Esta abuela uruguaya espió para los ingleses en la Guerra de Malvinas

Durante el conflicto, Ruth Morton operó en Mar del Plata, donde su misión consistió en observar y reportar los movimientos de submarinos de la Armada Argentina.

23 DIC 2025 - 11:02 | Actualizado 23 DIC 2025 - 11:03

Ruth Morton, una mujer uruguaya de 97 años, ha sorprendido al mundo al revelar que fue reclutada por los servicios de inteligencia del Reino Unido en 1982 para realizar tareas de espionaje durante la Guerra de Malvinas. Nacida en Uruguay, hija de padres británicos, Morton mantuvo su historia en secreto durante más de cuatro décadas, hasta contarla recientemente en una entrevista periodística con la BBC.

Durante el conflicto, Morton operó en Mar del Plata, donde su misión consistió en observar y reportar los movimientos de submarinos de la Armada Argentina. Desde un edificio abandonado frente a la base naval, recopilaba información que luego era transmitida a los servicios británicos, en un contexto de extrema tensión y riesgo personal.

La mujer provenía de una familia con antecedentes de colaboración con la inteligencia británica, incluso desde la Segunda Guerra Mundial, lo que facilitó su reclutamiento. Su testimonio, revelado recién ahora, expone una faceta poco conocida de la guerra de 1982 y vuelve a poner en debate el uso del espionaje en países de la región durante el conflicto del Atlántico Sur.#

(Fuentes consultadas: BBC/La Nación/ICN Diario)

23 DIC 2025 - 11:02

Ruth Morton, una mujer uruguaya de 97 años, ha sorprendido al mundo al revelar que fue reclutada por los servicios de inteligencia del Reino Unido en 1982 para realizar tareas de espionaje durante la Guerra de Malvinas. Nacida en Uruguay, hija de padres británicos, Morton mantuvo su historia en secreto durante más de cuatro décadas, hasta contarla recientemente en una entrevista periodística con la BBC.

Durante el conflicto, Morton operó en Mar del Plata, donde su misión consistió en observar y reportar los movimientos de submarinos de la Armada Argentina. Desde un edificio abandonado frente a la base naval, recopilaba información que luego era transmitida a los servicios británicos, en un contexto de extrema tensión y riesgo personal.

La mujer provenía de una familia con antecedentes de colaboración con la inteligencia británica, incluso desde la Segunda Guerra Mundial, lo que facilitó su reclutamiento. Su testimonio, revelado recién ahora, expone una faceta poco conocida de la guerra de 1982 y vuelve a poner en debate el uso del espionaje en países de la región durante el conflicto del Atlántico Sur.#

(Fuentes consultadas: BBC/La Nación/ICN Diario)