Por Francisco Caputo
A sus 31 Lucas Robles está cumpliendo su sueño de jugar el Regional. Le surgió una posibilidad en Huracán de Trelew, luego de mucho trajín y de mucho vivir.
Lo que hace que su historia sea aún más épica es que, además de ser futbolista, Lucas trabaja en una estación de servicio, donde su dedicación y esfuerzo son fundamentales para él.
"Mi llegada a Huracán fue por Isaías Aberasturi, que me había llamado ya hace un año para que fueraal club", recuerda Lucas."Es un club muy ordenado y con todas las comodidades que te facilitan el día a día", recalcó.
Su camino
Procede de Juan Manuel de Rosas, equipo con el que está identificada su familia.
Había jugadoanteriormente en las formativas de Independiente y Germinal, pero luego dejó el fútbol por temas laborales y lesiones. Hace tres años, volvió a jugar en Rosas, que fue el trampolín al “Globo” trelewense. En el "Violeta", hizo el triunfo por 1-0 ante J.J. Moreno el año pasado, en el Apertura.
"Siempre le decía que no a Isaías, pero a mitad de año me decidí para cambiar un poco de aire y para jugar el Regional, era un torneo que quería jugarlo", acotó Robles, quien conocía a “Napoleón” del “Rojinegro” y del “Verde” capitalino.

Fútbol y trabajo
Esta decisión ha marcado un antes y un después en la vida deportiva de Lucas, quien ahora se enfoca en dos objetivos claros: pasar de fase en el Regional y pelear la Liga del Valle hasta la última fecha.
En ese marco, logra equilibrar su trabajo en la estación de servicio con los entrenamientos y partidos de fútbol.
"Laburo en una estación de servicio, así que mis horarios son rotativos", explica. "A entrenar y jugar voy siempre que no me toque laburar en el turno de 14 a 22, ya los chicos y el cuerpo técnico lo saben. Les doy gracias por entender", resaltó.
“Les doy muchas gracias a mis compañeros y a mis jefes de la estación de servicio por la comprensión”, acotó.
La familia
Detrás de cada jugador de fútbol hay una familia que lo apoya incondicionalmente. Para Lucas, su familia es fundamental.
"Saludos para mi viejo Tomás que siempre que puede va a verme, sea donde sea. Y para mi mamá Daniela Donadel, mi hermano Tobías y para todos mis amigos y amigas que siempre están", indicó emocionado.
Este apoyo es lo que lo motiva a seguir adelante y a perseguir sus sueños.
El sueño pendiente
Enfocado al 110% en el “Globo”, uno de los sueños pendientes de Lucas es salir campeón con Rosas en la Liga del Valle. "En algún momento, meencantaría eso", sentenció.


Por Francisco Caputo
A sus 31 Lucas Robles está cumpliendo su sueño de jugar el Regional. Le surgió una posibilidad en Huracán de Trelew, luego de mucho trajín y de mucho vivir.
Lo que hace que su historia sea aún más épica es que, además de ser futbolista, Lucas trabaja en una estación de servicio, donde su dedicación y esfuerzo son fundamentales para él.
"Mi llegada a Huracán fue por Isaías Aberasturi, que me había llamado ya hace un año para que fueraal club", recuerda Lucas."Es un club muy ordenado y con todas las comodidades que te facilitan el día a día", recalcó.
Su camino
Procede de Juan Manuel de Rosas, equipo con el que está identificada su familia.
Había jugadoanteriormente en las formativas de Independiente y Germinal, pero luego dejó el fútbol por temas laborales y lesiones. Hace tres años, volvió a jugar en Rosas, que fue el trampolín al “Globo” trelewense. En el "Violeta", hizo el triunfo por 1-0 ante J.J. Moreno el año pasado, en el Apertura.
"Siempre le decía que no a Isaías, pero a mitad de año me decidí para cambiar un poco de aire y para jugar el Regional, era un torneo que quería jugarlo", acotó Robles, quien conocía a “Napoleón” del “Rojinegro” y del “Verde” capitalino.

Fútbol y trabajo
Esta decisión ha marcado un antes y un después en la vida deportiva de Lucas, quien ahora se enfoca en dos objetivos claros: pasar de fase en el Regional y pelear la Liga del Valle hasta la última fecha.
En ese marco, logra equilibrar su trabajo en la estación de servicio con los entrenamientos y partidos de fútbol.
"Laburo en una estación de servicio, así que mis horarios son rotativos", explica. "A entrenar y jugar voy siempre que no me toque laburar en el turno de 14 a 22, ya los chicos y el cuerpo técnico lo saben. Les doy gracias por entender", resaltó.
“Les doy muchas gracias a mis compañeros y a mis jefes de la estación de servicio por la comprensión”, acotó.
La familia
Detrás de cada jugador de fútbol hay una familia que lo apoya incondicionalmente. Para Lucas, su familia es fundamental.
"Saludos para mi viejo Tomás que siempre que puede va a verme, sea donde sea. Y para mi mamá Daniela Donadel, mi hermano Tobías y para todos mis amigos y amigas que siempre están", indicó emocionado.
Este apoyo es lo que lo motiva a seguir adelante y a perseguir sus sueños.
El sueño pendiente
Enfocado al 110% en el “Globo”, uno de los sueños pendientes de Lucas es salir campeón con Rosas en la Liga del Valle. "En algún momento, meencantaría eso", sentenció.
