Preservar a uno de los árboles más longevos del mundo y en peligro de extinción es un gran desafío. Investigadoras del Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) lograron mediante técnicas de cultivo de micropropagación en el laboratorio reproducir ejemplares de alerces (Fitzroya cupressoides).
Es un paso importante para preservar la especie, y a futuro seleccionar individuos con características especiales, tales como la capacidad de resistir a la sequía, al incremento de las temperaturas o a enfermedades.Esta innovación científico tecnológica realizada por un equipo de investigadoras del CIEFAP, se llevó adelante a partir de material genético extraído de semillas de árboles de alrededor de 2000 años del Parque Nacional Los Alerces (PNLA).
Este Parque es un área protegida y patrimonio mundial de la UNESCO ubicada en la región andina de la Patagonia, en la provincia de Chubut, Argentina, creada en 1937 para preservar el último refugio de uno de los árboles más longevos de la Tierra: el alerce o lahuán.
La Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza (IUCN) ha catalogado esta especie que forma bosques milenarios en peligro de extinción, por lo que su utilización y comercialización se encuentra prohibida.
Según relata el biólogo Martin Izquierdo, profesional del área de conservación del área protegida, esta especie ha sufrido en toda su área de distribución una fuerte retracción al ser talada, y en la actualidad, se han sumado amenazas como la modificación del ambiente por los efectos del cambio climático y la aparición de enfermedades emergentes. Una situación similar sucede con el Ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), otra especie de alto valor de los bosques patagónicos.
Ante este escenario la Dra. María Laura Vélez, la investigadora del área de Fitopatología y Microbiología Aplicada del CIEFAP, quien trabaja desde hace 5 años en colaboración con el equipo que lidera la Dra. Paloma Moncalean, del instituto Neiker de España, especialista en técnicas de micropropagación de coníferas, fue contactada por el equipo de profesionales del Parque Nacional para abordar problemas sanitarios y ampliar estrategias para la conservación de especies nativas.
La investigación
“Cuando surge esta demanda pensamos en que podríamos generar un gran aporte. Transferir nuestros conocimientos adquiridos y profundizar aquellos que permitan poner a prueba técnicas de micropropagación vegetativa para el alerce y el ciprés de la cordillera, especies de alto valor del bosque patagónico. Esta es la primera vez que esta técnica se aplica en coníferas nativas de Patagonia”, explica Vélez, quien agrega que en el proyecto de investigación ya se tienen resultados positivos.
Por su parte, la Ing. Yohana Mutio, quien lleva adelante su tesis de doctorado cofinanciada entre el CONICET y la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia del Chubut, destaca que, junto con la Dra. Vélez, han desarrollado protocolos de propagación con el objetivo de conservar el recurso genético de una de las especies más antiguas del mundo, a fin de multiplicarla dada su gran importancia tanto para la provincia del Chubut como a nivel global.
La micropropagación clonal permite obtener un gran número de individuos de calidad uniforme genéticamente idénticas a partir de un genotipo seleccionado, utilizando el cultivo in vitro de tejidos provenientes de la planta madre.
Dado que esta especie se encuentra en sitios de difícil acceso y que no se puede recolectar poco material al tratarse de una especie protegida, el equipo de CIEFAP optó por aplicar la técnica de organogénesis en esta especie.
“Utilizamos como material de partida el embrión contenido en la semilla madura, el que es incubado en medios de cultivo enriquecido con nutrientes y hormonas necesarias para inducir los brotes y la parte área de la planta. Luego los brotes se multiplican en otros medios, se dividen y se induce la formación de la raíz, para ser trasplantadas a macetas y aclimatadas en el vivero”, explica la Dra. Vélez.
La investigadora resalta que a partir de un embrión se obtienen varias plantas con el mismo conjunto de genes e información genética de esa semilla proveniente del alerce seleccionado.
“Lo que nosotros buscamos es reproducir individuos que seleccionamos de la naturaleza tratando de preservar sus características. La variabilidad genética no se pierde del todo porque lo hacemos a partir de semillas y si bien conocemos la procedencia del individuo materno en este caso, no conocemos la del individuo paterno. Entonces eso es lo que permite que la variabilidad no se pierda por completo” explica Mutio.
La especialista agrega que las especies nativas con las que trabajan les han planteado un gran desafío porque durante los ensayos identificaron que la viabilidad de las semillas (tejido con el que trabajan) es muy baja, especialmente para el caso del alerce en el que sólo 2 de cada 10 semillas son viables.
Luego de la fase de desarrollo in vitro las investigadoras trabajan de manera articulada con el equipo del área de Ecología de Ecosistemas Terrestres, quienes colaboran en ajustar la técnica para la fase de transición de la cámara de cultivo, al invernadero del Vivero Experimental de Especies Nativas del CIEFAP, y luego al exterior.
Preservar a uno de los árboles más longevos del mundo y en peligro de extinción es un gran desafío. Investigadoras del Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) lograron mediante técnicas de cultivo de micropropagación en el laboratorio reproducir ejemplares de alerces (Fitzroya cupressoides).
Es un paso importante para preservar la especie, y a futuro seleccionar individuos con características especiales, tales como la capacidad de resistir a la sequía, al incremento de las temperaturas o a enfermedades.Esta innovación científico tecnológica realizada por un equipo de investigadoras del CIEFAP, se llevó adelante a partir de material genético extraído de semillas de árboles de alrededor de 2000 años del Parque Nacional Los Alerces (PNLA).
Este Parque es un área protegida y patrimonio mundial de la UNESCO ubicada en la región andina de la Patagonia, en la provincia de Chubut, Argentina, creada en 1937 para preservar el último refugio de uno de los árboles más longevos de la Tierra: el alerce o lahuán.
La Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza (IUCN) ha catalogado esta especie que forma bosques milenarios en peligro de extinción, por lo que su utilización y comercialización se encuentra prohibida.
Según relata el biólogo Martin Izquierdo, profesional del área de conservación del área protegida, esta especie ha sufrido en toda su área de distribución una fuerte retracción al ser talada, y en la actualidad, se han sumado amenazas como la modificación del ambiente por los efectos del cambio climático y la aparición de enfermedades emergentes. Una situación similar sucede con el Ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), otra especie de alto valor de los bosques patagónicos.
Ante este escenario la Dra. María Laura Vélez, la investigadora del área de Fitopatología y Microbiología Aplicada del CIEFAP, quien trabaja desde hace 5 años en colaboración con el equipo que lidera la Dra. Paloma Moncalean, del instituto Neiker de España, especialista en técnicas de micropropagación de coníferas, fue contactada por el equipo de profesionales del Parque Nacional para abordar problemas sanitarios y ampliar estrategias para la conservación de especies nativas.
La investigación
“Cuando surge esta demanda pensamos en que podríamos generar un gran aporte. Transferir nuestros conocimientos adquiridos y profundizar aquellos que permitan poner a prueba técnicas de micropropagación vegetativa para el alerce y el ciprés de la cordillera, especies de alto valor del bosque patagónico. Esta es la primera vez que esta técnica se aplica en coníferas nativas de Patagonia”, explica Vélez, quien agrega que en el proyecto de investigación ya se tienen resultados positivos.
Por su parte, la Ing. Yohana Mutio, quien lleva adelante su tesis de doctorado cofinanciada entre el CONICET y la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Provincia del Chubut, destaca que, junto con la Dra. Vélez, han desarrollado protocolos de propagación con el objetivo de conservar el recurso genético de una de las especies más antiguas del mundo, a fin de multiplicarla dada su gran importancia tanto para la provincia del Chubut como a nivel global.
La micropropagación clonal permite obtener un gran número de individuos de calidad uniforme genéticamente idénticas a partir de un genotipo seleccionado, utilizando el cultivo in vitro de tejidos provenientes de la planta madre.
Dado que esta especie se encuentra en sitios de difícil acceso y que no se puede recolectar poco material al tratarse de una especie protegida, el equipo de CIEFAP optó por aplicar la técnica de organogénesis en esta especie.
“Utilizamos como material de partida el embrión contenido en la semilla madura, el que es incubado en medios de cultivo enriquecido con nutrientes y hormonas necesarias para inducir los brotes y la parte área de la planta. Luego los brotes se multiplican en otros medios, se dividen y se induce la formación de la raíz, para ser trasplantadas a macetas y aclimatadas en el vivero”, explica la Dra. Vélez.
La investigadora resalta que a partir de un embrión se obtienen varias plantas con el mismo conjunto de genes e información genética de esa semilla proveniente del alerce seleccionado.
“Lo que nosotros buscamos es reproducir individuos que seleccionamos de la naturaleza tratando de preservar sus características. La variabilidad genética no se pierde del todo porque lo hacemos a partir de semillas y si bien conocemos la procedencia del individuo materno en este caso, no conocemos la del individuo paterno. Entonces eso es lo que permite que la variabilidad no se pierda por completo” explica Mutio.
La especialista agrega que las especies nativas con las que trabajan les han planteado un gran desafío porque durante los ensayos identificaron que la viabilidad de las semillas (tejido con el que trabajan) es muy baja, especialmente para el caso del alerce en el que sólo 2 de cada 10 semillas son viables.
Luego de la fase de desarrollo in vitro las investigadoras trabajan de manera articulada con el equipo del área de Ecología de Ecosistemas Terrestres, quienes colaboran en ajustar la técnica para la fase de transición de la cámara de cultivo, al invernadero del Vivero Experimental de Especies Nativas del CIEFAP, y luego al exterior.