Bruno English, de Rada Tilly y descendiente de los primeros pobladores que habitaron las orillas del Río Futaleufú, frente al Parque Nacional Los Alerces, apuesta a un novedoso proyecto que propone “dormir bajo el cielo estrellado, rodeado de montañas” en un domo geodésico con una estructura particular, pensada en el respeto al medio ambiente. La experiencia de la estadía incluye camas sommier, baños privados, cocinas a leña y salamandras de combustión lenta.
“Esto es para nosotros es más que un proyecto; es una historia de familia, amor por la tierra y legado. Creamos este rincón especial en la costa del río, dentro de la chacra que perteneció a mis bisabuelos doña Dolena Solis y don Arturo Flores, pioneros de Los Cipreses”, sostuvo English quien explicó los detalles de esta iniciativa turística, ligada entrañablemente a lo familiar. Aclara que el emprendimiento de glamping y domos apunta a la sustentabilidad, la preservación de la historia y las costumbres del lugar, situado a solo treinta minutos de Trevelin.
El proyecto familiar es encabezado por Ángeles Amat y Bruno English, bisnieto de los primeros pobladores de esta zona donde el turismo crece a pasos agigantados. “Crecí acá escuchando las historias que mi abuela contaba sobre este lugar que marcó su infancia” cuenta Bruno quien pretende honrar el legado y hacer realidad el sueño de su abuela y bisabuelos, quienes forjaron sus vidas en estas tierras cuando solamente existía, su espíritu pionero. “Recibimos a turistas de todas partes del mundo. La gente lo disfruta muchísimo y es muy gratificante que se vaya feliz. Siempre vendí proyectos turísticos de otros, pero poder vender el propio es lo más difícil”, cuenta desde su rol de consultor que asesora en marketing y comunicación a empresas y destinos turísticos de distintas partes del mundo.
Bajo el nombre de “Nómade”, la idea surgió post pandemia y se focaliza muy cerca de Trevelin en el paraje Los Cipreses, a orillas del río Futaleufú, casi en la frontera con Chile, a solo una hora del aeropuerto de Esquel, y a tan solo diez minutos del famoso Campo de Tulipanes.
"El lugar tiene un microclima especial y está lleno de historias. Mis bisabuelos vivieron aquí durante ochenta años y nosotros queríamos honrar esa herencia".
La consigna es preservar la historia y las costumbres locales, apostando al turismo sustentable en el corazón de la Patagonia, en memoria a sus ancestros. La familia de English llegó hace más de ciento veinte años a la zona. Sus bisabuelos, se asentaron en ese pasaje fronterizo en tiempos donde la vida era autosustentable y en base a la cosecha de trigo y otras plantaciones. “En este lugar nacieron Esther, mi abuela e hija mayor del matrimonio, quien junto a Eusebio, su marido, nos inculcó el amor por ésta tierra a la que siempre añoraron volver. Crecí escuchando esas historias y visitando el lugar donde cada verano con mi familia íbamos a acampar”. Cuando mi madre heredó parte de la tierra, junto a su esposa, Ángeles Anmat, decidió transformar este rincón familiar en un destino turístico. Funciona desde el 2020 con un crecimiento constante. Hoy el espacio cuenta con seis domos operativos, un quincho común, un galpón para almacenamiento y una estructura de servicios autosuficientes que incluye pozos de agua y electricidad. "La idea final es tener ocho domos y sumar un concepto de tiny houses para adaptarnos mejor al invierno", adelantó English. Además, planean incorporar un pequeño viñedo e invernaderos con semillas puras, permitiendo a los visitantes vivir una experiencia auténtica y sostenible.
Al lugar llegaron argentinos que buscan “escaparse” de la rutina y el ruido de las grandes ciudades, conectándose con la naturaleza como extranjeros de lugares tan distantes como Estados Unidos, Canadá, Rusia o Alemania, atraídos por la cercanía a la Carretera Austral. "En octubre y Enero recibimos muchos visitantes nacionales, pero el resto del año tenemos una gran afluencia de extranjeros. Valoran la conexión con el entorno y la tranquilidad del lugar".
Ahí en el corazón de la Ruta 259, se observa el “Trono de Nubes” cercano a la represa Futaleufú, un microclima propio del valle, apto para la pesca en temporada (noviembre a mayo) y rodeado de atractivos como el Campo de Tulipanes y los viñedos Nant y Fall y Casa Yagüe.
"Queremos que quienes nos visiten se lleven algo más que un recuerdo: una experiencia que valore el cuidado del lugar y la preservación de las costumbres", resumió English, concejal mandato cumplido en Rada Tilly y referente turístico que decidió apostar a un proyecto turístico que es, a la vez, un homenaje a las raíces familiares; una apuesta al desarrollo sustentable y una vivencia única en uno de los parajes más paradisíacos de la Patagonia.
Bruno English, de Rada Tilly y descendiente de los primeros pobladores que habitaron las orillas del Río Futaleufú, frente al Parque Nacional Los Alerces, apuesta a un novedoso proyecto que propone “dormir bajo el cielo estrellado, rodeado de montañas” en un domo geodésico con una estructura particular, pensada en el respeto al medio ambiente. La experiencia de la estadía incluye camas sommier, baños privados, cocinas a leña y salamandras de combustión lenta.
“Esto es para nosotros es más que un proyecto; es una historia de familia, amor por la tierra y legado. Creamos este rincón especial en la costa del río, dentro de la chacra que perteneció a mis bisabuelos doña Dolena Solis y don Arturo Flores, pioneros de Los Cipreses”, sostuvo English quien explicó los detalles de esta iniciativa turística, ligada entrañablemente a lo familiar. Aclara que el emprendimiento de glamping y domos apunta a la sustentabilidad, la preservación de la historia y las costumbres del lugar, situado a solo treinta minutos de Trevelin.
El proyecto familiar es encabezado por Ángeles Amat y Bruno English, bisnieto de los primeros pobladores de esta zona donde el turismo crece a pasos agigantados. “Crecí acá escuchando las historias que mi abuela contaba sobre este lugar que marcó su infancia” cuenta Bruno quien pretende honrar el legado y hacer realidad el sueño de su abuela y bisabuelos, quienes forjaron sus vidas en estas tierras cuando solamente existía, su espíritu pionero. “Recibimos a turistas de todas partes del mundo. La gente lo disfruta muchísimo y es muy gratificante que se vaya feliz. Siempre vendí proyectos turísticos de otros, pero poder vender el propio es lo más difícil”, cuenta desde su rol de consultor que asesora en marketing y comunicación a empresas y destinos turísticos de distintas partes del mundo.
Bajo el nombre de “Nómade”, la idea surgió post pandemia y se focaliza muy cerca de Trevelin en el paraje Los Cipreses, a orillas del río Futaleufú, casi en la frontera con Chile, a solo una hora del aeropuerto de Esquel, y a tan solo diez minutos del famoso Campo de Tulipanes.
"El lugar tiene un microclima especial y está lleno de historias. Mis bisabuelos vivieron aquí durante ochenta años y nosotros queríamos honrar esa herencia".
La consigna es preservar la historia y las costumbres locales, apostando al turismo sustentable en el corazón de la Patagonia, en memoria a sus ancestros. La familia de English llegó hace más de ciento veinte años a la zona. Sus bisabuelos, se asentaron en ese pasaje fronterizo en tiempos donde la vida era autosustentable y en base a la cosecha de trigo y otras plantaciones. “En este lugar nacieron Esther, mi abuela e hija mayor del matrimonio, quien junto a Eusebio, su marido, nos inculcó el amor por ésta tierra a la que siempre añoraron volver. Crecí escuchando esas historias y visitando el lugar donde cada verano con mi familia íbamos a acampar”. Cuando mi madre heredó parte de la tierra, junto a su esposa, Ángeles Anmat, decidió transformar este rincón familiar en un destino turístico. Funciona desde el 2020 con un crecimiento constante. Hoy el espacio cuenta con seis domos operativos, un quincho común, un galpón para almacenamiento y una estructura de servicios autosuficientes que incluye pozos de agua y electricidad. "La idea final es tener ocho domos y sumar un concepto de tiny houses para adaptarnos mejor al invierno", adelantó English. Además, planean incorporar un pequeño viñedo e invernaderos con semillas puras, permitiendo a los visitantes vivir una experiencia auténtica y sostenible.
Al lugar llegaron argentinos que buscan “escaparse” de la rutina y el ruido de las grandes ciudades, conectándose con la naturaleza como extranjeros de lugares tan distantes como Estados Unidos, Canadá, Rusia o Alemania, atraídos por la cercanía a la Carretera Austral. "En octubre y Enero recibimos muchos visitantes nacionales, pero el resto del año tenemos una gran afluencia de extranjeros. Valoran la conexión con el entorno y la tranquilidad del lugar".
Ahí en el corazón de la Ruta 259, se observa el “Trono de Nubes” cercano a la represa Futaleufú, un microclima propio del valle, apto para la pesca en temporada (noviembre a mayo) y rodeado de atractivos como el Campo de Tulipanes y los viñedos Nant y Fall y Casa Yagüe.
"Queremos que quienes nos visiten se lleven algo más que un recuerdo: una experiencia que valore el cuidado del lugar y la preservación de las costumbres", resumió English, concejal mandato cumplido en Rada Tilly y referente turístico que decidió apostar a un proyecto turístico que es, a la vez, un homenaje a las raíces familiares; una apuesta al desarrollo sustentable y una vivencia única en uno de los parajes más paradisíacos de la Patagonia.