Magdalena Nieto Alarcón, oriunda de Trevelin, vive una historia de superación. Creció en un contexto de vulnerabilidad, pero su vida dio un giro gracias al apoyo incondicional de sus amigos, especialmente de Viviana y Mario Luteral.
Con su ayuda, Magdalena pudo comenzar sus estudios secundarios en el prestigioso Instituto Adventista de Balcarce (IAB), una reconocida institución de la provincia de Buenos Aires.
En enero de 2025, Magui fue seleccionada para un viaje de estudios a Estados Unidos. Este logro fue el resultado de su sobresaliente rendimiento académico; sus notas le permitieron.
Este viernes, Magdalena culminó sus estudios secundarios en el IAB. Esta es una gran noticia y una muestra palpable de los frutos del esfuerzo, la perseverancia y la fe.
Junto a ella estuvieron sus amigos, Mario y Vivi, sus "ángeles" que la ayudaron a salir de un contexto que no le ofrecía futuro y que la exponía a condiciones de vida que ningún niño debería enfrentar.
Expresaron allí el deseo de que ojalá que en Argentina haya muchas más jóvenes como Magui, quienes con esfuerzo y valentía cambian el destino de sus vidas.
Y que también haya más personas como Viviana y Mario Luteral, quienes de manera silenciosa y desinteresada trabajan para transformar la vida de niños y niñas que sufren la falta de oportunidades.

Magdalena Nieto Alarcón, oriunda de Trevelin, vive una historia de superación. Creció en un contexto de vulnerabilidad, pero su vida dio un giro gracias al apoyo incondicional de sus amigos, especialmente de Viviana y Mario Luteral.
Con su ayuda, Magdalena pudo comenzar sus estudios secundarios en el prestigioso Instituto Adventista de Balcarce (IAB), una reconocida institución de la provincia de Buenos Aires.
En enero de 2025, Magui fue seleccionada para un viaje de estudios a Estados Unidos. Este logro fue el resultado de su sobresaliente rendimiento académico; sus notas le permitieron.
Este viernes, Magdalena culminó sus estudios secundarios en el IAB. Esta es una gran noticia y una muestra palpable de los frutos del esfuerzo, la perseverancia y la fe.
Junto a ella estuvieron sus amigos, Mario y Vivi, sus "ángeles" que la ayudaron a salir de un contexto que no le ofrecía futuro y que la exponía a condiciones de vida que ningún niño debería enfrentar.
Expresaron allí el deseo de que ojalá que en Argentina haya muchas más jóvenes como Magui, quienes con esfuerzo y valentía cambian el destino de sus vidas.
Y que también haya más personas como Viviana y Mario Luteral, quienes de manera silenciosa y desinteresada trabajan para transformar la vida de niños y niñas que sufren la falta de oportunidades.