El fiscal Cristian Olazabal reveló que los cinco condenados por la Causa Emergencia Climática en Comodoro Rivadavia “habían convertido la Comisaría de Sarmiento en un lugar para hacer home office, algo que pocas veces hemos visto”. Según el investigador, a esa dependencia policial se ingresaron celulares, efectivo, heladeras, escritorio, sillas y notebook con acceso a internet. “Son elementos que a cualquier otra persona no se le permiten”, dijo. Aseguró que el jefe de la Comisaría, Daniel Mariquez, no estaba al tanto.
Olazabal reveló este dato al pedir la libertad de Abel Boyero, Roberto Monasterolo, José Morales, Cristian Lobos Rosas y Cristian Pérez. Fue durante una nueva audiencia de revisión. Los cinco estaban en prisión domiciliaria luego de que el 24 de diciembre, los jueces Carlos Richeri y José Luis Ennis les otorgaran el beneficio.
Los jueces Mariano Nicosia y Martín Cosmaro resolvieron, en consonancia con lo solicitado, la libertad de todos con tres presentaciones semanales ante la Oficina Judicial, más la prohibición de salir de Comodoro y de Rada Tilly sin autorización. Las defensas habían requerido sostener los arrestos domiciliarios.
El defensor de Boyero fue Guillermo Iglesias; de Morales y Lobos Rosas, Juan Bill; de Monasterolo, Fabián Gabalachis y de Pérez, Alejandro Fuentes.
La audiencia se inició accidentada: Olazabal está de licencia y lo reemplazaban dos funcionarios de Fiscalía. Pero por su jerarquía no están habilitados para actuar en esta parte del proceso. Tras un cuarto intermedio el fiscal fue ubicado.
Según Olazabal, en su detención en Sarmiento, los condenados “hicieron lo que quisieron y esto no puede pasar”. Y sobre las condiciones en la Comisaría, explicó: “No puedo depositar mi confianza en que se controle el cumplimiento de una medida en una dependencia policial sobre la cual no tengo poder de inspección”.
El fiscal explicó que como sus condenas no están firmes, por ahora los empresarios y exfuncionarios cumplen prisión preventiva para evitar que se fuguen. Pero si el fallo se confirma, el tiempo que pasaron detenidos se descontará de sus penas. Por eso y para un mejor control, prefiere que sigan libres. “De otro modo se desnaturaliza y se licúa la pena y se permite que paguen en cuotas”.
Iglesias, defensor de Boyero, advirtió que no había razón para alterar la prisión domiciliaria. “Se le quiere otorgar una libertad mentirosa, una presunta mejoría de su situación. Es un sometimiento y bajo estas condiciones no lo consiento”. Tras graficar la situación como un “te pego porque te quiero”, el defensor aclaró que la cúpula policial conocía las condiciones de detención en Sarmiento. Y consideró el cambio de postura de Olazabal “un subibaja de decisiones que cambian sobre la marcha”.
Bill, defensor de Morales y Lobos Rosas, también pidió que siga el arresto domiciliario. “Nada cambió y lo que pide el fiscal es una libertad a medias” y sugirió: “No parece el mismo fiscal que antes vino a pedir la medida más gravosa”.
Gabalachis, abogado de Monasterolo, mostró enojo en el Zoom: “Confieso que no es fácil ser defensor en esta causa y siguen pasando cosas muy raras que sorprenden”. Y tras hablar de “un universo de incoherencias que me hace sumamente difícil la defensa”, subrayó que a Olazabal “lo único que le interesa es el sufrimiento de los imputados y tratar de perjudicarles la vida”.
Imágenes: Ministerio Público Fiscal de Comodoro Rivadavia.
El fiscal Cristian Olazabal reveló que los cinco condenados por la Causa Emergencia Climática en Comodoro Rivadavia “habían convertido la Comisaría de Sarmiento en un lugar para hacer home office, algo que pocas veces hemos visto”. Según el investigador, a esa dependencia policial se ingresaron celulares, efectivo, heladeras, escritorio, sillas y notebook con acceso a internet. “Son elementos que a cualquier otra persona no se le permiten”, dijo. Aseguró que el jefe de la Comisaría, Daniel Mariquez, no estaba al tanto.
Olazabal reveló este dato al pedir la libertad de Abel Boyero, Roberto Monasterolo, José Morales, Cristian Lobos Rosas y Cristian Pérez. Fue durante una nueva audiencia de revisión. Los cinco estaban en prisión domiciliaria luego de que el 24 de diciembre, los jueces Carlos Richeri y José Luis Ennis les otorgaran el beneficio.
Los jueces Mariano Nicosia y Martín Cosmaro resolvieron, en consonancia con lo solicitado, la libertad de todos con tres presentaciones semanales ante la Oficina Judicial, más la prohibición de salir de Comodoro y de Rada Tilly sin autorización. Las defensas habían requerido sostener los arrestos domiciliarios.
El defensor de Boyero fue Guillermo Iglesias; de Morales y Lobos Rosas, Juan Bill; de Monasterolo, Fabián Gabalachis y de Pérez, Alejandro Fuentes.
La audiencia se inició accidentada: Olazabal está de licencia y lo reemplazaban dos funcionarios de Fiscalía. Pero por su jerarquía no están habilitados para actuar en esta parte del proceso. Tras un cuarto intermedio el fiscal fue ubicado.
Según Olazabal, en su detención en Sarmiento, los condenados “hicieron lo que quisieron y esto no puede pasar”. Y sobre las condiciones en la Comisaría, explicó: “No puedo depositar mi confianza en que se controle el cumplimiento de una medida en una dependencia policial sobre la cual no tengo poder de inspección”.
El fiscal explicó que como sus condenas no están firmes, por ahora los empresarios y exfuncionarios cumplen prisión preventiva para evitar que se fuguen. Pero si el fallo se confirma, el tiempo que pasaron detenidos se descontará de sus penas. Por eso y para un mejor control, prefiere que sigan libres. “De otro modo se desnaturaliza y se licúa la pena y se permite que paguen en cuotas”.
Iglesias, defensor de Boyero, advirtió que no había razón para alterar la prisión domiciliaria. “Se le quiere otorgar una libertad mentirosa, una presunta mejoría de su situación. Es un sometimiento y bajo estas condiciones no lo consiento”. Tras graficar la situación como un “te pego porque te quiero”, el defensor aclaró que la cúpula policial conocía las condiciones de detención en Sarmiento. Y consideró el cambio de postura de Olazabal “un subibaja de decisiones que cambian sobre la marcha”.
Bill, defensor de Morales y Lobos Rosas, también pidió que siga el arresto domiciliario. “Nada cambió y lo que pide el fiscal es una libertad a medias” y sugirió: “No parece el mismo fiscal que antes vino a pedir la medida más gravosa”.
Gabalachis, abogado de Monasterolo, mostró enojo en el Zoom: “Confieso que no es fácil ser defensor en esta causa y siguen pasando cosas muy raras que sorprenden”. Y tras hablar de “un universo de incoherencias que me hace sumamente difícil la defensa”, subrayó que a Olazabal “lo único que le interesa es el sufrimiento de los imputados y tratar de perjudicarles la vida”.
Imágenes: Ministerio Público Fiscal de Comodoro Rivadavia.