El comunicado, difundido a través de la cuenta de Telegram de la Presidencia siria, hizo referencia a los rumores en torno a la marcha de al-Assad y el colapso de su gobierno luego de más de 13 años de conflicto civil.
Al-Assad insistió en que él no planeó la salida y permaneció en la capital del país hasta las primeras horas del 8 de diciembre, cumpliendo con sus responsabilidades.
Cuando los grupos milicianos entraron a Damasco, él se coordinó con "amigos rusos" para reubicarse a la provincia costera de Latakia, con el objetivo de continuar dirigiendo las operaciones militares desde ahí, añadió.
Sin embargo, a su llegada a la base aérea rusa de Hmeimim, al-Assad se dio cuenta de que todas las posiciones restantes del ejército sirio se habían derrumbado y que las fuerzas terrestres se habían retirado de las líneas del frente, mencionó el comunicado.
Ante el deterioro de la situación y los ataques con drones contra la propia base rusa, al-Assad explicó que Moscú organizó una evacuación inmediata hacia Rusia en la noche del 8 de diciembre.
Al-Assad afirmó que nunca había tenido la idea de pedir asilo o renunciar a su cargo, afirmando que su única opción había sido seguir luchando. Rechazó cualquier idea de que fuera a abandonar al pueblo de Siria, subrayando que había rechazado "acuerdos y tentaciones" durante toda la guerra.
Al-Assad indicó que permaneció en Damasco con su familia incluso durante los peores años del conflicto, haciendo frente a las repetidas amenazas de los avances milicianos durante más de 13 años.
El presidente destituido se describió a sí mismo como un líder que nunca aspiró al poder personal, considerando su papel como parte de un proyecto nacional apoyado por el pueblo sirio.
Con la caída del Estado en manos de lo que calificó como "terroristas" y sin capacidad para servir al pueblo, señaló que el cargo de presidente se convirtió en algo "sin sentido".
Aún así, al-Assad insistió en que su identidad nacional y su lealtad a Siria permanecen firmes, y expresó su esperanza de que algún día el país recupere la libertad y la independencia.
Una alianza de milicianos encabezada por el grupo Hayat Tahrir al-Sham emprendió una importante ofensiva desde el norte de Siria el 27 de noviembre y desde entonces avanzó arrasando hacia el sur a través de las áreas el poder del gobierno de al-Assad.
Luego de sus conquistas de territorios, incluida la captura de la capital Damasco, la alianza declaró el fin del régimen de al-Assad el 8 de diciembre.
Conversaciones sobre el futuro de las bases militares
Rusia continúa dialogando con la parte siria sobre el estatus que tendrán las bases militares rusas en el país, señaló este lunes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El portavoz indicó que no se tomaron decisiones finales sobre el asunto hasta ahora. "Estamos en contacto con los representantes de las fuerzas que tienen el control de la situación en el país.
Todo se determinará a través del diálogo", expresó en una conferencia de prensa al comentar sobre el futuro de las bases de Rusia en Siria. Rusia opera actualmente dos bases militares en Siria: una base naval en la ciudad portuaria de Tartús y una base aérea cerca de Jableh.
El comunicado, difundido a través de la cuenta de Telegram de la Presidencia siria, hizo referencia a los rumores en torno a la marcha de al-Assad y el colapso de su gobierno luego de más de 13 años de conflicto civil.
Al-Assad insistió en que él no planeó la salida y permaneció en la capital del país hasta las primeras horas del 8 de diciembre, cumpliendo con sus responsabilidades.
Cuando los grupos milicianos entraron a Damasco, él se coordinó con "amigos rusos" para reubicarse a la provincia costera de Latakia, con el objetivo de continuar dirigiendo las operaciones militares desde ahí, añadió.
Sin embargo, a su llegada a la base aérea rusa de Hmeimim, al-Assad se dio cuenta de que todas las posiciones restantes del ejército sirio se habían derrumbado y que las fuerzas terrestres se habían retirado de las líneas del frente, mencionó el comunicado.
Ante el deterioro de la situación y los ataques con drones contra la propia base rusa, al-Assad explicó que Moscú organizó una evacuación inmediata hacia Rusia en la noche del 8 de diciembre.
Al-Assad afirmó que nunca había tenido la idea de pedir asilo o renunciar a su cargo, afirmando que su única opción había sido seguir luchando. Rechazó cualquier idea de que fuera a abandonar al pueblo de Siria, subrayando que había rechazado "acuerdos y tentaciones" durante toda la guerra.
Al-Assad indicó que permaneció en Damasco con su familia incluso durante los peores años del conflicto, haciendo frente a las repetidas amenazas de los avances milicianos durante más de 13 años.
El presidente destituido se describió a sí mismo como un líder que nunca aspiró al poder personal, considerando su papel como parte de un proyecto nacional apoyado por el pueblo sirio.
Con la caída del Estado en manos de lo que calificó como "terroristas" y sin capacidad para servir al pueblo, señaló que el cargo de presidente se convirtió en algo "sin sentido".
Aún así, al-Assad insistió en que su identidad nacional y su lealtad a Siria permanecen firmes, y expresó su esperanza de que algún día el país recupere la libertad y la independencia.
Una alianza de milicianos encabezada por el grupo Hayat Tahrir al-Sham emprendió una importante ofensiva desde el norte de Siria el 27 de noviembre y desde entonces avanzó arrasando hacia el sur a través de las áreas el poder del gobierno de al-Assad.
Luego de sus conquistas de territorios, incluida la captura de la capital Damasco, la alianza declaró el fin del régimen de al-Assad el 8 de diciembre.
Conversaciones sobre el futuro de las bases militares
Rusia continúa dialogando con la parte siria sobre el estatus que tendrán las bases militares rusas en el país, señaló este lunes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El portavoz indicó que no se tomaron decisiones finales sobre el asunto hasta ahora. "Estamos en contacto con los representantes de las fuerzas que tienen el control de la situación en el país.
Todo se determinará a través del diálogo", expresó en una conferencia de prensa al comentar sobre el futuro de las bases de Rusia en Siria. Rusia opera actualmente dos bases militares en Siria: una base naval en la ciudad portuaria de Tartús y una base aérea cerca de Jableh.