El contador Martín Sandoval cumplía la función de Director General de Desarrollo Social de la repartición y formuló la denuncia en junio del 2020. Recordó que todo surgió porque le quisieron hacer firmar dos expedientes de compra de módulos alimentarios para distribuir a distintos Municipios, y “me di cuenta que había sobreprecios”.
Entonces Sandoval le avisó a la subsecretaria Jaquelina Rodera que, aclaró, “visitaba Rawson esporádicamente dado que no residía en la provincia”, y la funcionaria le respondió que revisaría los expedientes, pero no lo hizo. Le planteó el tema a Torres Otarola, quien le dijo que “debía firmar sin fijarse en nada”.
No firmó y esa maniobra lo alertó. Pero además, “me quisieron involucrar en otro expediente, relacionado a becas que no se estaban pagando por orden de la Ministra, y en ese punto explotó todo, ya que en su época de diputada nos pedía retornos”.
En su relato el denunciante contó que dos años después de la compra con sobreprecios, un proveedor de El Maitén le preguntó si podía localizar el expediente, “porque lo había hecho desaparecer. El monto de la venta fue de $ 800 mil, y no pudo cobrarla”.
Presta nombres
El contador dio detalles de cómo eran las maniobras que se hacían “para desviar dinero a varias cuentas que manejaba Silvana Cañumil, que era la recaudadora y niñera de Torres Otarola”, afirmó. Señaló que “los imputados no eran asesores, sino que tenían asignados cargos y debían cumplir funciones, pero eran presta nombres que percibían el sueldo, se dejaban un porcentaje y el resto depositaban en determinadas cuentas”.
El contador Martín Sandoval cumplía la función de Director General de Desarrollo Social de la repartición y formuló la denuncia en junio del 2020. Recordó que todo surgió porque le quisieron hacer firmar dos expedientes de compra de módulos alimentarios para distribuir a distintos Municipios, y “me di cuenta que había sobreprecios”.
Entonces Sandoval le avisó a la subsecretaria Jaquelina Rodera que, aclaró, “visitaba Rawson esporádicamente dado que no residía en la provincia”, y la funcionaria le respondió que revisaría los expedientes, pero no lo hizo. Le planteó el tema a Torres Otarola, quien le dijo que “debía firmar sin fijarse en nada”.
No firmó y esa maniobra lo alertó. Pero además, “me quisieron involucrar en otro expediente, relacionado a becas que no se estaban pagando por orden de la Ministra, y en ese punto explotó todo, ya que en su época de diputada nos pedía retornos”.
En su relato el denunciante contó que dos años después de la compra con sobreprecios, un proveedor de El Maitén le preguntó si podía localizar el expediente, “porque lo había hecho desaparecer. El monto de la venta fue de $ 800 mil, y no pudo cobrarla”.
Presta nombres
El contador dio detalles de cómo eran las maniobras que se hacían “para desviar dinero a varias cuentas que manejaba Silvana Cañumil, que era la recaudadora y niñera de Torres Otarola”, afirmó. Señaló que “los imputados no eran asesores, sino que tenían asignados cargos y debían cumplir funciones, pero eran presta nombres que percibían el sueldo, se dejaban un porcentaje y el resto depositaban en determinadas cuentas”.