El 14 de abril de 1976, Romano fue detenido por un grupo de hombres identificados como miembros de la Policía Federal, en el Hotel Splendid, ubicado en Avenida Rivadavia al 950, barrio de Monserrat, Capital Federal. Quienes presenciaron su detención, luego convertida en secuestro y desaparición, cuentan que reaccionó ante los captores señalando con firmeza: “A mí no me esposan, yo no soy un criminal, soy un dirigente sindical peronista”.
Romano estuvo exiliado en Bolivia y regresó cuando Frondizi fue elegido presidente. En 1959 fue elegido Secretario General de la Fotia por la Lista Blanca con 43.302 votos, en comicios en los que participaron tres listas y emitieron su voto 57.000 trabajadores azucareros.
Fue Diputado Nacional en 1962, por Acción Provinciana, y fue reelecto en 1965. La pelea por la llegada de Onganía al poder y por el cierre de ingenios derivó en que fuera encarcelado durante un año y medio. También fue Prosecretario Gremial e Interior de la CGT de los Argentinos. Cuando se produjo el golpe militar de marzo del ’76, Romano cumplía funciones como Director Obrero de la Compañía Nacional Azucarera (Conasa).
Romano no fue la única víctima de la Dictadura. También fueron secuestrados sus hermanos, Domingo, hoy aún desaparecido, y Ramón quien luego fue liberado. Además, en varias oportunidades se allanó la casa de su madre, Ramona, que fue destruida y saqueada.
Luego de su secuestro, Romano fue torturado, acribillado a balazos y su cuerpo quemado para luego ser enterrado en una tumba de 50 centímetros bajo tierra. De sus restos solo se encontraron algunos huesos, gracias a los cuales se logró su identificación a través del trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Su sobrino Benito Vicente Romano, informó que los restos serán sepultados el día 17 de octubre en el cementerio Parque de la Gloria, en Buenos Aires. “Elegimos para su sepelio el día de la lealtad peronista, porque fue el más leal de los Peronistas Tucumanos, leal a sus principios y por sobre todo leal al Movimiento Obrero Azucarero Tucumano, entregando la vida por ellos”, dijo. /La Gaceta
El 14 de abril de 1976, Romano fue detenido por un grupo de hombres identificados como miembros de la Policía Federal, en el Hotel Splendid, ubicado en Avenida Rivadavia al 950, barrio de Monserrat, Capital Federal. Quienes presenciaron su detención, luego convertida en secuestro y desaparición, cuentan que reaccionó ante los captores señalando con firmeza: “A mí no me esposan, yo no soy un criminal, soy un dirigente sindical peronista”.
Romano estuvo exiliado en Bolivia y regresó cuando Frondizi fue elegido presidente. En 1959 fue elegido Secretario General de la Fotia por la Lista Blanca con 43.302 votos, en comicios en los que participaron tres listas y emitieron su voto 57.000 trabajadores azucareros.
Fue Diputado Nacional en 1962, por Acción Provinciana, y fue reelecto en 1965. La pelea por la llegada de Onganía al poder y por el cierre de ingenios derivó en que fuera encarcelado durante un año y medio. También fue Prosecretario Gremial e Interior de la CGT de los Argentinos. Cuando se produjo el golpe militar de marzo del ’76, Romano cumplía funciones como Director Obrero de la Compañía Nacional Azucarera (Conasa).
Romano no fue la única víctima de la Dictadura. También fueron secuestrados sus hermanos, Domingo, hoy aún desaparecido, y Ramón quien luego fue liberado. Además, en varias oportunidades se allanó la casa de su madre, Ramona, que fue destruida y saqueada.
Luego de su secuestro, Romano fue torturado, acribillado a balazos y su cuerpo quemado para luego ser enterrado en una tumba de 50 centímetros bajo tierra. De sus restos solo se encontraron algunos huesos, gracias a los cuales se logró su identificación a través del trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Su sobrino Benito Vicente Romano, informó que los restos serán sepultados el día 17 de octubre en el cementerio Parque de la Gloria, en Buenos Aires. “Elegimos para su sepelio el día de la lealtad peronista, porque fue el más leal de los Peronistas Tucumanos, leal a sus principios y por sobre todo leal al Movimiento Obrero Azucarero Tucumano, entregando la vida por ellos”, dijo. /La Gaceta