El éxito del PREVIAJE y la necesidad de mantenerlo como política de Estado
- Por Esteban Gallo
Aunque la letra chica del proyecto se conocerá después de las PASO y aún se desconoce la fecha exacta de su implementación, fuentes del Ministerio de Turismo de la Nación confirmaron la realización del PREVIAJE 5, que se realizaría entre septiembre y octubre.
PreViaje es un programa de preventa turística que reintegra el 50% del valor del viaje en crédito, para viajar a todos los destinos de Argentina y del 70% para los afiliados al PAMI.
Entre las actividades que forman parte del plan se encuentran, hotelería, agencias de viaje, transporte y excursiones, centros turísticos, alquiler de automóviles y equipamiento, y la gastronomía.
El programa se implementó por primera vez en 2020, con el objetivo de reactivar el sector turístico, arrasado por la pandemia del COVID-19.
Algunos distraídos no registran, aunque sucedió hace poco tiempo, el calibre del golpe que la pandemia asestó al turismo. Es fácil caer en el olvido, porque ninguna otra industria del país se recuperó de aquella tragedia con la velocidad que lo hizo el sector turístico. Pero los resultados no se lograron por arte de magia, sino porque las autoridades implementaron políticas valientes y efectivas que permitieron afrontar la crisis con inteligencia.
La herramienta clave de ese proceso iniciado hace tres años fue el PREVIAJE.
Para no quedarnos solamente con las sensaciones y podamos medir el impacto de esta política nacional en números, que es lo que importa, permítanme puntualizar algunos de los beneficios:
A lo largo de sus cuatro ediciones, el programa creado por el Ministro de Turismo de la Nación, Matías Lammens, alcanzó a más de siete millones de turistas e inyectó $500 mil millones para las economías regionales.
Uno de los destinos más elegidos, junto a Bariloche, Puerto Iguazú, El Calafate y Ciudad de Buenos Aires, fue Puerto Madryn.
1 millón de turistas disfrutaron la cuarta edición de PreViaje durante el momento del año que, históricamente, tiene menor actividad turística. El mayor impacto económico se produjo en la Patagonia.
20% de los viajes de la cuarta edición de PreViaje corresponde a personas afiliadas al PAMI.
Durante las cuatro ediciones del programa se generaron 65 mil empleos.
20 mil establecimientos se inscribieron en PreViaje en sus cuatro etapas.
56% de los gastos iniciales de PreViaje fue en agencias de viajes, el rubro que más sufrió la pandemia.
173 mil locales del sector recibieron pagos con la tarjeta en las primeras tres ediciones.
13 millones de operaciones se realizaron con la tarjeta PreViaje en las primeras tres ediciones.
Y un dato más, que es de gran relevancia: millones de argentinos pudieron vacacionar gracias a este programa.
El objetivo inicial del PREVIAJE fue el de reactivar la actividad en el momento más difícil de su historia, lo que se cumplió con creces, pero además, como si fuera poco, colaboró con la promoción del empleo formal y ayudó a reducir el impacto de la baja estacionalidad que es uno de los grandes desafíos de los centros turísticos del país.
Es notable que se hayan logrado números superiores a la prepandemia y que el turismo se consolidara como la industria líder en la recuperación de empleo, creación de empresas y crecimiento de la actividad económica.
No es verso cuando se dice que Previaje es la política pública más relevante de la historia del turismo argentino. Y eso explica la razón por la cual las cámaras del sector pidan por la continuidad del programa. El presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Alfredo González, dijo hace poco que el PreViaje debe consolidarse con formato de Ley y que debe ser una política de Estado gobierne quien gobierne.
El pedido tiene lógica. Los funcionarios cambian, los prestadores turísticos quedan, y la industria quiere tener certeza de que las políticas públicas que han cambiado la historia del sector permanezcan como políticas de Estado. Alguna vez deberíamos ser capaces de mantener políticas públicas sin importar del sector político desde donde surgieron esas políticas.
Hay acciones que por su efectividad y trascendencia deberían superar cualquier grieta política.
Si queremos tener un crecimiento coherente y sostenible, necesitamos políticas de Estado. Y eso se logra cuando los dirigentes que nos gobiernan, dejan de lado los intereses particulares, para defender las políticas que benefician al conjunto de la sociedad.
- Por Esteban Gallo
Aunque la letra chica del proyecto se conocerá después de las PASO y aún se desconoce la fecha exacta de su implementación, fuentes del Ministerio de Turismo de la Nación confirmaron la realización del PREVIAJE 5, que se realizaría entre septiembre y octubre.
PreViaje es un programa de preventa turística que reintegra el 50% del valor del viaje en crédito, para viajar a todos los destinos de Argentina y del 70% para los afiliados al PAMI.
Entre las actividades que forman parte del plan se encuentran, hotelería, agencias de viaje, transporte y excursiones, centros turísticos, alquiler de automóviles y equipamiento, y la gastronomía.
El programa se implementó por primera vez en 2020, con el objetivo de reactivar el sector turístico, arrasado por la pandemia del COVID-19.
Algunos distraídos no registran, aunque sucedió hace poco tiempo, el calibre del golpe que la pandemia asestó al turismo. Es fácil caer en el olvido, porque ninguna otra industria del país se recuperó de aquella tragedia con la velocidad que lo hizo el sector turístico. Pero los resultados no se lograron por arte de magia, sino porque las autoridades implementaron políticas valientes y efectivas que permitieron afrontar la crisis con inteligencia.
La herramienta clave de ese proceso iniciado hace tres años fue el PREVIAJE.
Para no quedarnos solamente con las sensaciones y podamos medir el impacto de esta política nacional en números, que es lo que importa, permítanme puntualizar algunos de los beneficios:
A lo largo de sus cuatro ediciones, el programa creado por el Ministro de Turismo de la Nación, Matías Lammens, alcanzó a más de siete millones de turistas e inyectó $500 mil millones para las economías regionales.
Uno de los destinos más elegidos, junto a Bariloche, Puerto Iguazú, El Calafate y Ciudad de Buenos Aires, fue Puerto Madryn.
1 millón de turistas disfrutaron la cuarta edición de PreViaje durante el momento del año que, históricamente, tiene menor actividad turística. El mayor impacto económico se produjo en la Patagonia.
20% de los viajes de la cuarta edición de PreViaje corresponde a personas afiliadas al PAMI.
Durante las cuatro ediciones del programa se generaron 65 mil empleos.
20 mil establecimientos se inscribieron en PreViaje en sus cuatro etapas.
56% de los gastos iniciales de PreViaje fue en agencias de viajes, el rubro que más sufrió la pandemia.
173 mil locales del sector recibieron pagos con la tarjeta en las primeras tres ediciones.
13 millones de operaciones se realizaron con la tarjeta PreViaje en las primeras tres ediciones.
Y un dato más, que es de gran relevancia: millones de argentinos pudieron vacacionar gracias a este programa.
El objetivo inicial del PREVIAJE fue el de reactivar la actividad en el momento más difícil de su historia, lo que se cumplió con creces, pero además, como si fuera poco, colaboró con la promoción del empleo formal y ayudó a reducir el impacto de la baja estacionalidad que es uno de los grandes desafíos de los centros turísticos del país.
Es notable que se hayan logrado números superiores a la prepandemia y que el turismo se consolidara como la industria líder en la recuperación de empleo, creación de empresas y crecimiento de la actividad económica.
No es verso cuando se dice que Previaje es la política pública más relevante de la historia del turismo argentino. Y eso explica la razón por la cual las cámaras del sector pidan por la continuidad del programa. El presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Alfredo González, dijo hace poco que el PreViaje debe consolidarse con formato de Ley y que debe ser una política de Estado gobierne quien gobierne.
El pedido tiene lógica. Los funcionarios cambian, los prestadores turísticos quedan, y la industria quiere tener certeza de que las políticas públicas que han cambiado la historia del sector permanezcan como políticas de Estado. Alguna vez deberíamos ser capaces de mantener políticas públicas sin importar del sector político desde donde surgieron esas políticas.
Hay acciones que por su efectividad y trascendencia deberían superar cualquier grieta política.
Si queremos tener un crecimiento coherente y sostenible, necesitamos políticas de Estado. Y eso se logra cuando los dirigentes que nos gobiernan, dejan de lado los intereses particulares, para defender las políticas que benefician al conjunto de la sociedad.