Los pueblos chicos también definen elecciones

02 AGO 2023 - 11:10 | Actualizado 02 AGO 2023 - 11:11

- Por Esteban Gallo

A la hora de analizar la contienda electoral del pasado fin de semana, surge como dato destacado la relevancia de las ciudades del Valle en el resultado que otorgó la victoria a Juntos por el Cambio.

“Nacho ganó por los votos de Trelew y Rawson” escuchamos y repetimos como loros, entre otras cosas porque “garpa” acreditarse un triunfo electoral, sobre todo, en una ciudad como Trelew que está necesitada de protagonismo.

Es cierto que con los 10.500 votos de diferencia que Torres sacó en su ciudad, más la brecha de 3.200 votos conseguidos en la Capital Provincial, el senador nacional equilibró la distancia que Juan Pablo sacó en Comodoro, que fue de 13 mil votos.

Establecida esa paridad, las ciudades de Madryn y Esquel asumían un rol fundamental. Arriba Chubut confiaba en los votos de Madryn por la presencia en la boleta del candidato a vicegobernador Ricardo Sastre. Allí triunfó el justicialismo, por dos mil votos de diferencia, la misma que logró Juntos por el Cambio en la principal ciudad de la Cordillera chubutense.

En resumen, Luque sacó 13 mil de diferencia en Comodoro. Nacho Torres lo empató con Trelew y Rawson. Y lo que sacó de ventaja el intendente de la ciudad petrolera en Madryn, lo compensó el senador con la diferencia que obtuvo en Esquel.

Resultado: empate.

Con ese panorama, la elección pasó a definirse en el interior provincial. Fueron los pueblos chicos los que le dieron la victoria a “Nacho Torres”, ahí donde está el 12 por ciento del electorado de la provincia.

Hubo zonas donde el respaldo a Torres fue muy importante, al contrario de lo que se creía, por ejemplo, en las localidades de la Cordillera. Para transmitirlo con ejemplos:

En el Maitén ganó por 428 votos, en el Hoyo por 767 votos, en Lago Puelo por 332 votos, en Trevelin por 500 votos. Ahí ya tenemos 2 mil votos y les recuerdo que Torres ganó por 5 mil votos en toda la provincia.

Además, también ganó en 28 de Julio, Aldea Beleiro, Aldea Epulef, Buen Pasto, Carrenleufú, Atilio Viglione, Corcovado, Dique Ameghino, Ricardo Rojas, Epuyen, Gobernador Costa, Lagunita Salada, Los Altares, Paso de Indios, Paso del Sapo, Puerto Pirámides, Rio Senguer y Telsen.

Claro, también venció en Gaiman, en Rada Tilly y sorpresivamente en Sarmiento, por 500 votos de diferencia.

Cuando sumamos los votos de acá y de allá, encontramos gran parte de la explicación del triunfo de Nacho Torres.

Quizá los encuestadores, consultores de imagen y otras yerbas, en el futuro tomen este dato de la realidad y dejen de pensar que las elecciones se definen exclusivamente en las grandes ciudades. Si Torres no hubiese caminado la provincia y reparado en la importancia electoral que representa cada pueblo del interior, seguramente no estaría festejando el triunfo que lo convierte en gobernador.

Lógicamente, cuando hablamos de los pueblos chicos no podemos medirlo solamente bajo los parámetros de estrategias e intereses electorales. Las localidades del interior deberían estar presentes en los discursos de campaña y mucho más que eso, los reclamos tienen que ser oídos y las necesidades deben ser atendidas.

“No hay pueblos chicos y pueblos grandes, hay chubutenses” decía Mario Das Neves, que también ganaba las elecciones con los votos de los poblados pequeños. Y Néstor Kirchner decía que el interior no podía seguir siendo el patio trasero de la Argentina.
Si algo quedó claro el domingo pasado, es que esos pueblos tienen voz y tienen voto. Ahora esperan que las autoridades electas, escuchen esa voz y honren ese voto.

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02 AGO 2023 - 11:10

- Por Esteban Gallo

A la hora de analizar la contienda electoral del pasado fin de semana, surge como dato destacado la relevancia de las ciudades del Valle en el resultado que otorgó la victoria a Juntos por el Cambio.

“Nacho ganó por los votos de Trelew y Rawson” escuchamos y repetimos como loros, entre otras cosas porque “garpa” acreditarse un triunfo electoral, sobre todo, en una ciudad como Trelew que está necesitada de protagonismo.

Es cierto que con los 10.500 votos de diferencia que Torres sacó en su ciudad, más la brecha de 3.200 votos conseguidos en la Capital Provincial, el senador nacional equilibró la distancia que Juan Pablo sacó en Comodoro, que fue de 13 mil votos.

Establecida esa paridad, las ciudades de Madryn y Esquel asumían un rol fundamental. Arriba Chubut confiaba en los votos de Madryn por la presencia en la boleta del candidato a vicegobernador Ricardo Sastre. Allí triunfó el justicialismo, por dos mil votos de diferencia, la misma que logró Juntos por el Cambio en la principal ciudad de la Cordillera chubutense.

En resumen, Luque sacó 13 mil de diferencia en Comodoro. Nacho Torres lo empató con Trelew y Rawson. Y lo que sacó de ventaja el intendente de la ciudad petrolera en Madryn, lo compensó el senador con la diferencia que obtuvo en Esquel.

Resultado: empate.

Con ese panorama, la elección pasó a definirse en el interior provincial. Fueron los pueblos chicos los que le dieron la victoria a “Nacho Torres”, ahí donde está el 12 por ciento del electorado de la provincia.

Hubo zonas donde el respaldo a Torres fue muy importante, al contrario de lo que se creía, por ejemplo, en las localidades de la Cordillera. Para transmitirlo con ejemplos:

En el Maitén ganó por 428 votos, en el Hoyo por 767 votos, en Lago Puelo por 332 votos, en Trevelin por 500 votos. Ahí ya tenemos 2 mil votos y les recuerdo que Torres ganó por 5 mil votos en toda la provincia.

Además, también ganó en 28 de Julio, Aldea Beleiro, Aldea Epulef, Buen Pasto, Carrenleufú, Atilio Viglione, Corcovado, Dique Ameghino, Ricardo Rojas, Epuyen, Gobernador Costa, Lagunita Salada, Los Altares, Paso de Indios, Paso del Sapo, Puerto Pirámides, Rio Senguer y Telsen.

Claro, también venció en Gaiman, en Rada Tilly y sorpresivamente en Sarmiento, por 500 votos de diferencia.

Cuando sumamos los votos de acá y de allá, encontramos gran parte de la explicación del triunfo de Nacho Torres.

Quizá los encuestadores, consultores de imagen y otras yerbas, en el futuro tomen este dato de la realidad y dejen de pensar que las elecciones se definen exclusivamente en las grandes ciudades. Si Torres no hubiese caminado la provincia y reparado en la importancia electoral que representa cada pueblo del interior, seguramente no estaría festejando el triunfo que lo convierte en gobernador.

Lógicamente, cuando hablamos de los pueblos chicos no podemos medirlo solamente bajo los parámetros de estrategias e intereses electorales. Las localidades del interior deberían estar presentes en los discursos de campaña y mucho más que eso, los reclamos tienen que ser oídos y las necesidades deben ser atendidas.

“No hay pueblos chicos y pueblos grandes, hay chubutenses” decía Mario Das Neves, que también ganaba las elecciones con los votos de los poblados pequeños. Y Néstor Kirchner decía que el interior no podía seguir siendo el patio trasero de la Argentina.
Si algo quedó claro el domingo pasado, es que esos pueblos tienen voz y tienen voto. Ahora esperan que las autoridades electas, escuchen esa voz y honren ese voto.


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