Raquel Seimandi, una ninfa de las artes

La artista compartió una charla exclusiva con Jornada en la que aborda su quehacer artístico, su concepción y convicción como artista y persona.

Raquel Seimandi, durante la inauguración de su Muestra “Ninfas” en el Centro Cultural Provincial.
26 DIC 2025 - 21:43 | Actualizado 26 DIC 2025 - 22:09

Por Pedro Méndez / Redacción Jornada

Artista visual, madre, escritora ocasional y observadora atenta de la vida, Raquel Seimandi desarrolla su práctica creativa desde la Patagonia argentina, donde reside desde 2007.Su vínculo con el arte se inició en la infancia. Su recorrido vital y artístico está marcado por una mirada poco convencional de la vida, el trabajo constante sobre sí misma y una búsqueda expresiva profundamente ligada a lo cotidiano. Desde 2019, el bordado se convirtió en su lenguaje principal y desde 2022, su obra integra exposiciones individuales y colectivas en diversos espacios culturales.

Con una mirada alternativa y consciente, su trabajo aborda lo emocional, lo cotidiano y el desafío permanente de crear desde la honestidad.
Entre los puntos altos del año que termina está su participación en el Concurso Artistas Jóvenes 2025 de la Feria de Arte BADA.
Raquel Seimandi destacó con su estilo artístico conformado de técnicas mixtas, collage, tinta y soportes textiles. Y por ello fue elegida, junto a Nika Seniora, Pilar Frelliaro, Melina Lluvia, ConcretBrothers y Jesica Pullo para tener un espacio destacado en la feria.

En noviembre presentó en el Salón de Artes Visuales del Centro Cultural Provincial, la muestra “Ninfas”. A propósito de la exhibición, Raquel Seimandi compartió una charla exclusiva con Jornada en la que aborda su quehacer artístico, su concepción y convicción como artista y persona.

- La Muestra Ninfas fue el broche de oro de tu actividad artística en 2025. Tengo entendido que no haces diferencia entre lo personal y lo artístico. Por lo tanto, ¿Ninfas fue el resultado esa coexistencia alcanzando un grado de expresión que sintetizó tu búsqueda y su desarrollo?

- Sí, durante esta muestra artística pude crear una especie de resumen de los dos años de investigación exterior, pero por sobre todo de la investigación interior. Pude ver que hubo una madurez en mi forma de “mostrar”, desde lo más académico en el manejo de las técnicas hasta el pulso casi inconsciente de expresión.

Trabajé muy a consciencia el rol que se requiere como curador de arte, primero para pararme delante de lo creado a través de mi desde una distancia objetiva y después para acompañar los procesos de otros artistas y creadores.
Me sumergí muy inocentemente a un desarrollo de personaje que recorrió desde el amor más profundo y real, al caos más tempestuoso.

Raquel Seimandi junto a una de sus obras en exhibición.

- El bordado y la pintura son dos expresiones distintas. ¿Qué aporta cada lenguaje al concepto general de Ninfas?.

- No hace mucho descubrí que, si bien las técnicas son distintas, porque la materialidad así lo es, la lógica detrás de ambas es la misma.Los tiempos y el mensaje que se manejan para una u otra fue una de las decisiones a tomar al plantear el concepto; En el caso del bordado y siendo aplicado en cuerpos vivos aporta para un ojo dispuesto la noción de construcción temporal, habla de la dedicación en la construcción de la obra por si misma, habla de lentitud, constancia, diálogo extendido, de lo “difícil de procesar”. Algo que la pintura le aporta es su opuesto complementario: rapidez, casi urgencia en plasmarse.

Acá, al momento de pintar y como muy bien lo resumió el curador de esta muestra Ariel Testino: “El tiempo en la pintura es acumulativo, es rápida porque ya es una técnica asimilada”. En las pinturas hubo una especie de revelación, de completitud en el ver.
A modo de síntesis (en esta muestra en particular) el bordado es emoción y la pintura es comprensión y entiendo que por eso hay pinturas bordadas y bordados pintados y ambos parten de un boceto.

- Tu formación es una declaración de principios de una artista en el aspecto más integral. ¿El arte te sirve para ordenar, sanar o comprender tu vida? ¿O es más una forma de diálogo con algo más grande?.

- Algo que tuve que asimilar en este proceso es que no soy canalizadora de un arte decorativo, aunque sea profundamente estética, aunque busque incansablemente la belleza, que no toda mi obra va a ser colgada por “linda”, pero a nivel interno el arte logra en mí una expansión tal, que muchas veces no logro verbalizar sin caer en el arte de la palabra: “es como una puerta de vidrio espejado.
Para atravesarla, primero debo verme, entonces también es la llave de acceso a la realidad que no percibo con tanta facilidad en el cotidiano y es una puerta que sé, debo cruzar porque en ese ir, logro de alguna manera, el recurso de ayuda a otros, un puente. En ese recorrido y en ese “otro” está lo más grande. ¡La respuesta es sí, a todo!.”

- Al ver cómo manifestas tu quehacer artístico, involucrando varios lenguajes, me recuerda a la filosofía de la estética de Benedetto Croce. El arte es intuición pura y expresión. Y la obra de arte es una visión única y perfecta del espíritu, identificándose la creación artística con la expresión lingüística misma. ¿Te sentís familiar con estas acotaciones?

- Con Benedetto compartimos los orígenes y las formas, considero que filosofar es el modo sano de habitar la vida.Coincido con el pensamiento de que la expresión artística y la expresión lingüística son una unidad de creación.

Desde nuestro nacimiento se nos habilita un mundo de formas que es captado por los ojos y se lo moldea con palabras que le dan sentido, este sentido es para cada individuo una coherencia entre la sensación primaria de forma y sentimiento de la palabra, como habitar una especie de frecuencia. Este concepto que acabo de inventar puede entenderse si apelamos a recordar el momento en que la palabra “amor” no pudo contener el sentimiento que nos habitaba ante una vivencia de plenitud extrema. Muchos son los que aseveran que por eso mismo nace la poesía.

No me fui lejos de Croce, para él el arte se rige por un principio de unidad, coherencia y esto en una obra le da el carácter de vital y como tal no es para todos, por suerte porque habilita tanto arte como coherencias existan.

Alma Mater, la obra con la que ganó en el Concurso Artistas Jóvenes 2025 de la Feria BADA.

- Para completar nuestra charla. ¿Qué te enseñó Ninfas sobre vos misma que no sabías antes?

- Esta muestra vino a que descubra, comprenda, vea. Siempre tuve la certeza de no saberme y por eso creo que insisto en abrir las puertas.
Hasta el momento es la muestra más personal que he realizado y atraviesa hebras muy profundas de mi persona, no puedo contener las lágrimas al mencionar aspectos que parecen banales, por eso mismo acudí a la ayuda paciente y consciente de mi Curador que cedió voz a la tarea.El aprendizaje fue mucho y por momentos muy doloroso.

Trabajé cara a cara con mi sobra y ver en primera persona la potencia que se guarda por error de perspectiva es por momentos abrumador.
Entre lo más obvio que puedo nombrar está el no saber de la fuerza que me habitaba, durante este recorrido la obra me acompañó a transitar varios duelos, algunos reales y otros simbólicos: como la muerte física de mi padre y de un amigo de mi alma Joaquín, mi antigua “identidad”.

Pude reconocer y rectificar la necesidad de ver mis límites, reconocerme sostenida, sentirme intensamente amada y protegida.El paralelismo entre Ninfas y la crítica a las industrias me obligó a habitar mi coherencia, una que no conocía, y ese movimiento me dio poder, uno real que nace de la rendición ante “ALGO” que todavía estoy simbolizando.
Pero principalmente antes no sabía que mi quehacer acompañaría a otros a animarse a sumergirse a sus profundidades, por la certeza de emerger más reales.Debo aclarar que sigo sin saberme y eso es un muy buen augurio de arte en construcción.


La artista trabajando en la Sala de Exposiciones del MEF.

Raquel Seimandi, durante la inauguración de su Muestra “Ninfas” en el Centro Cultural Provincial.
26 DIC 2025 - 21:43

Por Pedro Méndez / Redacción Jornada

Artista visual, madre, escritora ocasional y observadora atenta de la vida, Raquel Seimandi desarrolla su práctica creativa desde la Patagonia argentina, donde reside desde 2007.Su vínculo con el arte se inició en la infancia. Su recorrido vital y artístico está marcado por una mirada poco convencional de la vida, el trabajo constante sobre sí misma y una búsqueda expresiva profundamente ligada a lo cotidiano. Desde 2019, el bordado se convirtió en su lenguaje principal y desde 2022, su obra integra exposiciones individuales y colectivas en diversos espacios culturales.

Con una mirada alternativa y consciente, su trabajo aborda lo emocional, lo cotidiano y el desafío permanente de crear desde la honestidad.
Entre los puntos altos del año que termina está su participación en el Concurso Artistas Jóvenes 2025 de la Feria de Arte BADA.
Raquel Seimandi destacó con su estilo artístico conformado de técnicas mixtas, collage, tinta y soportes textiles. Y por ello fue elegida, junto a Nika Seniora, Pilar Frelliaro, Melina Lluvia, ConcretBrothers y Jesica Pullo para tener un espacio destacado en la feria.

En noviembre presentó en el Salón de Artes Visuales del Centro Cultural Provincial, la muestra “Ninfas”. A propósito de la exhibición, Raquel Seimandi compartió una charla exclusiva con Jornada en la que aborda su quehacer artístico, su concepción y convicción como artista y persona.

- La Muestra Ninfas fue el broche de oro de tu actividad artística en 2025. Tengo entendido que no haces diferencia entre lo personal y lo artístico. Por lo tanto, ¿Ninfas fue el resultado esa coexistencia alcanzando un grado de expresión que sintetizó tu búsqueda y su desarrollo?

- Sí, durante esta muestra artística pude crear una especie de resumen de los dos años de investigación exterior, pero por sobre todo de la investigación interior. Pude ver que hubo una madurez en mi forma de “mostrar”, desde lo más académico en el manejo de las técnicas hasta el pulso casi inconsciente de expresión.

Trabajé muy a consciencia el rol que se requiere como curador de arte, primero para pararme delante de lo creado a través de mi desde una distancia objetiva y después para acompañar los procesos de otros artistas y creadores.
Me sumergí muy inocentemente a un desarrollo de personaje que recorrió desde el amor más profundo y real, al caos más tempestuoso.

Raquel Seimandi junto a una de sus obras en exhibición.

- El bordado y la pintura son dos expresiones distintas. ¿Qué aporta cada lenguaje al concepto general de Ninfas?.

- No hace mucho descubrí que, si bien las técnicas son distintas, porque la materialidad así lo es, la lógica detrás de ambas es la misma.Los tiempos y el mensaje que se manejan para una u otra fue una de las decisiones a tomar al plantear el concepto; En el caso del bordado y siendo aplicado en cuerpos vivos aporta para un ojo dispuesto la noción de construcción temporal, habla de la dedicación en la construcción de la obra por si misma, habla de lentitud, constancia, diálogo extendido, de lo “difícil de procesar”. Algo que la pintura le aporta es su opuesto complementario: rapidez, casi urgencia en plasmarse.

Acá, al momento de pintar y como muy bien lo resumió el curador de esta muestra Ariel Testino: “El tiempo en la pintura es acumulativo, es rápida porque ya es una técnica asimilada”. En las pinturas hubo una especie de revelación, de completitud en el ver.
A modo de síntesis (en esta muestra en particular) el bordado es emoción y la pintura es comprensión y entiendo que por eso hay pinturas bordadas y bordados pintados y ambos parten de un boceto.

- Tu formación es una declaración de principios de una artista en el aspecto más integral. ¿El arte te sirve para ordenar, sanar o comprender tu vida? ¿O es más una forma de diálogo con algo más grande?.

- Algo que tuve que asimilar en este proceso es que no soy canalizadora de un arte decorativo, aunque sea profundamente estética, aunque busque incansablemente la belleza, que no toda mi obra va a ser colgada por “linda”, pero a nivel interno el arte logra en mí una expansión tal, que muchas veces no logro verbalizar sin caer en el arte de la palabra: “es como una puerta de vidrio espejado.
Para atravesarla, primero debo verme, entonces también es la llave de acceso a la realidad que no percibo con tanta facilidad en el cotidiano y es una puerta que sé, debo cruzar porque en ese ir, logro de alguna manera, el recurso de ayuda a otros, un puente. En ese recorrido y en ese “otro” está lo más grande. ¡La respuesta es sí, a todo!.”

- Al ver cómo manifestas tu quehacer artístico, involucrando varios lenguajes, me recuerda a la filosofía de la estética de Benedetto Croce. El arte es intuición pura y expresión. Y la obra de arte es una visión única y perfecta del espíritu, identificándose la creación artística con la expresión lingüística misma. ¿Te sentís familiar con estas acotaciones?

- Con Benedetto compartimos los orígenes y las formas, considero que filosofar es el modo sano de habitar la vida.Coincido con el pensamiento de que la expresión artística y la expresión lingüística son una unidad de creación.

Desde nuestro nacimiento se nos habilita un mundo de formas que es captado por los ojos y se lo moldea con palabras que le dan sentido, este sentido es para cada individuo una coherencia entre la sensación primaria de forma y sentimiento de la palabra, como habitar una especie de frecuencia. Este concepto que acabo de inventar puede entenderse si apelamos a recordar el momento en que la palabra “amor” no pudo contener el sentimiento que nos habitaba ante una vivencia de plenitud extrema. Muchos son los que aseveran que por eso mismo nace la poesía.

No me fui lejos de Croce, para él el arte se rige por un principio de unidad, coherencia y esto en una obra le da el carácter de vital y como tal no es para todos, por suerte porque habilita tanto arte como coherencias existan.

Alma Mater, la obra con la que ganó en el Concurso Artistas Jóvenes 2025 de la Feria BADA.

- Para completar nuestra charla. ¿Qué te enseñó Ninfas sobre vos misma que no sabías antes?

- Esta muestra vino a que descubra, comprenda, vea. Siempre tuve la certeza de no saberme y por eso creo que insisto en abrir las puertas.
Hasta el momento es la muestra más personal que he realizado y atraviesa hebras muy profundas de mi persona, no puedo contener las lágrimas al mencionar aspectos que parecen banales, por eso mismo acudí a la ayuda paciente y consciente de mi Curador que cedió voz a la tarea.El aprendizaje fue mucho y por momentos muy doloroso.

Trabajé cara a cara con mi sobra y ver en primera persona la potencia que se guarda por error de perspectiva es por momentos abrumador.
Entre lo más obvio que puedo nombrar está el no saber de la fuerza que me habitaba, durante este recorrido la obra me acompañó a transitar varios duelos, algunos reales y otros simbólicos: como la muerte física de mi padre y de un amigo de mi alma Joaquín, mi antigua “identidad”.

Pude reconocer y rectificar la necesidad de ver mis límites, reconocerme sostenida, sentirme intensamente amada y protegida.El paralelismo entre Ninfas y la crítica a las industrias me obligó a habitar mi coherencia, una que no conocía, y ese movimiento me dio poder, uno real que nace de la rendición ante “ALGO” que todavía estoy simbolizando.
Pero principalmente antes no sabía que mi quehacer acompañaría a otros a animarse a sumergirse a sus profundidades, por la certeza de emerger más reales.Debo aclarar que sigo sin saberme y eso es un muy buen augurio de arte en construcción.


La artista trabajando en la Sala de Exposiciones del MEF.