Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada
Esta Navidad fue al revés: Papa Noel no recibió una cartita sino que la dejó de regalo en el árbol de una familia de Puerto Madryn.
Luis y Tania están casados hace 15 años. Buscaron ser padres y atravesaron tratamientos, como tantas veces sucede. Hasta que entendieron que la biología no era el único camino para completar el sueño de su vida.
Hace tres años se anotaron en la Oficina de Adopciones en busca de un chico de no más de 5 años. Pero al renovar su inscripción se dijeron: ¿por qué no hasta los 9 años?
Pasó otro año y un lunes los llamaron para contarles la historia de una nena de 11 años y de sus hermanitos. Tras unos minutos les preguntaron “¿quieren seguir escuchando el resto?”. Lo pensaron, se miraron y dijeron sí. “Por más que tuviera 11 y estuviera en su segunda infancia no dejaba de ser una niña que merecía todo”, recuerda Tania.
El viernes siguiente la jueza de Familia Delma Irina Viani los entrevistó junto con dos familias más.
Pasó el fin de semana y el lunes 14 de abril de este año de nuevo el Juzgado los convocó a una segunda entrevista. “Al llegar la jueza nos dijo que habíamos dado con el perfil y fue increíble, una emoción gigante”.

No habían visto ni fotos de la nena. La jueza les preguntó si querían conocerla. “Déjenme ver cómo hago para traerla”, dijo y salió de la oficina, teléfono en mano. Pensaron que se había ido pero de improviso la pequeña abrió la puerta diciendo “acá estoy”. Con el corazón estallado, Luis y Tania supieron en el momento que era perfecta.
Ya podían tener su primer contacto. Se desorientaron un poco. Le ofrecieron pizza, hamburguesa, una salida al shopping. “Vamos a comer una sopita”, les pidió.
Se quedó hasta las 18 en la casa del matrimonio. “¿Ustedes van a ser mi mamá y mi papá?”, les disparó. Le dijeron sí pero estaban shockeados, lagrimeandoemocionados, tratando de que no se les notara.
El martes 15 estuvieron juntos de 10 a 15. Y el miércoles de Pascua pidió que las chicas de Adopciones le llevaran sus cosas. “Me quedo a dormir acá”. No se fue más. Pensando en lo que venía, eligió Violeta como nuevo nombre.
“Es hermoso compartir con ella, estamos maravillados y encantados porque es un cambio de vida –le dijo Tania a Jornada-; estamos fascinados de ver su crecimiento, cómo evolucionóen su forma de ser y de pensar”.

Esta semana Viole se fue al campo con sus nuevos abuelos. No sabía que el 23 de diciembre la jueza Viani había firmado la sentencia de adopción plena y había escrito un texto simple para la nena. Es la cartita-regalo que quedó en el árbol y que su mamá le leyó. Para la ley, ya eran familia. Lloraron los tres.
Carta para Violeta
Hola Viole, soy Delma, ¿cómo estás?
Necesito escribirte esta carta para contarte que hoy es un día muy especial para mí, tengo que decidir sobre el pedido de adopción que hizo tu nueva familia, Tania y Luis, y quiero que estas palabras las tengas siempre como un pedacito de tu historia.
En este momento luego de leer muchos informes, recuerdo la primera vez que te conocí en el Minihogar. Estabas sentada en el sillón, tímida y hablabas poco, pero tus ojitos decían mucho.
Ese día me contaste que te gustaba pintar y por eso quise llevarte una cartuchera con lápices, para que pudieras llenar de colores todo lo que sentías y soñabas.
Con el tiempo volvimos a encontrarnos una y otra vez, y de a poco empezaste a confiar en mí, cada encuentro fue distinto, fue así que te empecé a ver más charlatana, más libre y tu sonrisa más presente.
Después nuestros encuentros fueron en el Juzgado, hiciste origami (aún los guardo), y la última vez pintaste mandalas, te mostrabas con más confianza que se notaba en tus gestos. A veces me regalabas miradas pícaras levantando una ceja, y eso me hacía saber que te sentías muy cómoda.
Me da tranquilidad que tus cambios fueron positivos, hasta llegar a este momento. Siempre estuviste al tanto de todo. Sabías lo que estaba pasando, lo que necesitabas, lo que querías y lo que sentías. Muchas preguntas hiciste, y tu deseo de ser adoptada fue escuchado y respetado, porque tu voz siempre importó.
El día que te conté que Tania y Luis era la familia que había sido elegida para vos, no dudaste ni un segundo, dijiste: “Quiero conocerlos!”, y cuando saliste de la audiencia fuiste pronto a abrazar a Belén (tu familia de tránsito), y le dijiste: “Me encontraron una familia nueva”.
Ese abrazo fue de alegría, de agradecimiento, y a su vez se sintió de despedida. Después fuimos las dos de la mano al encuentro de ellos, llegamos a la puerta de la oficina donde se encontraban, y me dijiste “esperá que respiro hondo, el corazón se mueve rápido” y lo hicimos, respiramos hondo. Luego abrimos la puerta y vos con mucha calma y de manera espontánea dijiste, “acá estoy”, y fuiste al encuentro para un saludo con ellos. Así de simple sorteaste ese momento.
Al tiempo de convivir con Tania y Luis, y en la última audiencia que tuvimos, comprobé que estabas más relajada, más integrada a la nueva familia. Y me contaste que estabas yendo a tomar clases de violín, y que pronto tenías una demostración en un teatro, a la que no pude asistir porque tenía un compromiso, pero intentaré estar cuando haya otra oportunidad.
En ese último encuentro, ya era tu decisión confirmar si era la familia para vos, y me aseguraste “que querías continuar viviendo con ellos, que los querías así como son, que no querías cambiar nada de ellos, que te sentías querida, que los volverías a elegir como mamá y papá, y que no te arrepentías de haberlos elegidos”.
Quiero que sepas Viole, que esta decisión que hoy tomo es pensando en tu bienestar y en tu futuro. Decido desde el amor y del cariño, y a su vez deseo que tengas una vida llena de cuidados, oportunidades y alegrías, siento que tu mamá Tania y tu papá Luis van a cumplir mi deseo, y serán quienes te acompañen a cumplir tus sueños, esos que como toda niña tenés que soñarlos fuerte, fuerte, con los ojos bien abiertos, y con el corazón alegre, para que se hagan realidad.
Nunca olvides que sos una nena valiente, inteligente y llena de luz, y ojalá sigas pintando tu vida con colores lindos, y hagas sonar el violín con sentimientos de amor, todo ello obviamente rodeada de personas que te quieren y te cuiden.
Viole, dulce niña, de los ojos bellos, por todo ello decido que a partir de hoy serás Violeta Fernández Bracco, hija de Tania Gianina Bracco y de Luis Hernán Gastón Fernández.
Siempre te voy a recordar, ya sabés que podés venir a visitarme las veces que quieras, y Felices Fiestas!!!!
Sé feliz.
Delma (tu jueza)
Hoy Tania pide “militar la adopción” y espera que su testimonio desde Puerto Madryn inspire a otras personas en su misma búsqueda. Que haga entender que también hay chicos grandes que esperan una familia. Para que se encuentren los que buscan y los que esperan.
Mientras crecen y cambian, en su primera Navidad juntos los tres Fernández Bracco se hicieron un regalo indestructible.
Amor.

Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada
Esta Navidad fue al revés: Papa Noel no recibió una cartita sino que la dejó de regalo en el árbol de una familia de Puerto Madryn.
Luis y Tania están casados hace 15 años. Buscaron ser padres y atravesaron tratamientos, como tantas veces sucede. Hasta que entendieron que la biología no era el único camino para completar el sueño de su vida.
Hace tres años se anotaron en la Oficina de Adopciones en busca de un chico de no más de 5 años. Pero al renovar su inscripción se dijeron: ¿por qué no hasta los 9 años?
Pasó otro año y un lunes los llamaron para contarles la historia de una nena de 11 años y de sus hermanitos. Tras unos minutos les preguntaron “¿quieren seguir escuchando el resto?”. Lo pensaron, se miraron y dijeron sí. “Por más que tuviera 11 y estuviera en su segunda infancia no dejaba de ser una niña que merecía todo”, recuerda Tania.
El viernes siguiente la jueza de Familia Delma Irina Viani los entrevistó junto con dos familias más.
Pasó el fin de semana y el lunes 14 de abril de este año de nuevo el Juzgado los convocó a una segunda entrevista. “Al llegar la jueza nos dijo que habíamos dado con el perfil y fue increíble, una emoción gigante”.

No habían visto ni fotos de la nena. La jueza les preguntó si querían conocerla. “Déjenme ver cómo hago para traerla”, dijo y salió de la oficina, teléfono en mano. Pensaron que se había ido pero de improviso la pequeña abrió la puerta diciendo “acá estoy”. Con el corazón estallado, Luis y Tania supieron en el momento que era perfecta.
Ya podían tener su primer contacto. Se desorientaron un poco. Le ofrecieron pizza, hamburguesa, una salida al shopping. “Vamos a comer una sopita”, les pidió.
Se quedó hasta las 18 en la casa del matrimonio. “¿Ustedes van a ser mi mamá y mi papá?”, les disparó. Le dijeron sí pero estaban shockeados, lagrimeandoemocionados, tratando de que no se les notara.
El martes 15 estuvieron juntos de 10 a 15. Y el miércoles de Pascua pidió que las chicas de Adopciones le llevaran sus cosas. “Me quedo a dormir acá”. No se fue más. Pensando en lo que venía, eligió Violeta como nuevo nombre.
“Es hermoso compartir con ella, estamos maravillados y encantados porque es un cambio de vida –le dijo Tania a Jornada-; estamos fascinados de ver su crecimiento, cómo evolucionóen su forma de ser y de pensar”.

Esta semana Viole se fue al campo con sus nuevos abuelos. No sabía que el 23 de diciembre la jueza Viani había firmado la sentencia de adopción plena y había escrito un texto simple para la nena. Es la cartita-regalo que quedó en el árbol y que su mamá le leyó. Para la ley, ya eran familia. Lloraron los tres.
Carta para Violeta
Hola Viole, soy Delma, ¿cómo estás?
Necesito escribirte esta carta para contarte que hoy es un día muy especial para mí, tengo que decidir sobre el pedido de adopción que hizo tu nueva familia, Tania y Luis, y quiero que estas palabras las tengas siempre como un pedacito de tu historia.
En este momento luego de leer muchos informes, recuerdo la primera vez que te conocí en el Minihogar. Estabas sentada en el sillón, tímida y hablabas poco, pero tus ojitos decían mucho.
Ese día me contaste que te gustaba pintar y por eso quise llevarte una cartuchera con lápices, para que pudieras llenar de colores todo lo que sentías y soñabas.
Con el tiempo volvimos a encontrarnos una y otra vez, y de a poco empezaste a confiar en mí, cada encuentro fue distinto, fue así que te empecé a ver más charlatana, más libre y tu sonrisa más presente.
Después nuestros encuentros fueron en el Juzgado, hiciste origami (aún los guardo), y la última vez pintaste mandalas, te mostrabas con más confianza que se notaba en tus gestos. A veces me regalabas miradas pícaras levantando una ceja, y eso me hacía saber que te sentías muy cómoda.
Me da tranquilidad que tus cambios fueron positivos, hasta llegar a este momento. Siempre estuviste al tanto de todo. Sabías lo que estaba pasando, lo que necesitabas, lo que querías y lo que sentías. Muchas preguntas hiciste, y tu deseo de ser adoptada fue escuchado y respetado, porque tu voz siempre importó.
El día que te conté que Tania y Luis era la familia que había sido elegida para vos, no dudaste ni un segundo, dijiste: “Quiero conocerlos!”, y cuando saliste de la audiencia fuiste pronto a abrazar a Belén (tu familia de tránsito), y le dijiste: “Me encontraron una familia nueva”.
Ese abrazo fue de alegría, de agradecimiento, y a su vez se sintió de despedida. Después fuimos las dos de la mano al encuentro de ellos, llegamos a la puerta de la oficina donde se encontraban, y me dijiste “esperá que respiro hondo, el corazón se mueve rápido” y lo hicimos, respiramos hondo. Luego abrimos la puerta y vos con mucha calma y de manera espontánea dijiste, “acá estoy”, y fuiste al encuentro para un saludo con ellos. Así de simple sorteaste ese momento.
Al tiempo de convivir con Tania y Luis, y en la última audiencia que tuvimos, comprobé que estabas más relajada, más integrada a la nueva familia. Y me contaste que estabas yendo a tomar clases de violín, y que pronto tenías una demostración en un teatro, a la que no pude asistir porque tenía un compromiso, pero intentaré estar cuando haya otra oportunidad.
En ese último encuentro, ya era tu decisión confirmar si era la familia para vos, y me aseguraste “que querías continuar viviendo con ellos, que los querías así como son, que no querías cambiar nada de ellos, que te sentías querida, que los volverías a elegir como mamá y papá, y que no te arrepentías de haberlos elegidos”.
Quiero que sepas Viole, que esta decisión que hoy tomo es pensando en tu bienestar y en tu futuro. Decido desde el amor y del cariño, y a su vez deseo que tengas una vida llena de cuidados, oportunidades y alegrías, siento que tu mamá Tania y tu papá Luis van a cumplir mi deseo, y serán quienes te acompañen a cumplir tus sueños, esos que como toda niña tenés que soñarlos fuerte, fuerte, con los ojos bien abiertos, y con el corazón alegre, para que se hagan realidad.
Nunca olvides que sos una nena valiente, inteligente y llena de luz, y ojalá sigas pintando tu vida con colores lindos, y hagas sonar el violín con sentimientos de amor, todo ello obviamente rodeada de personas que te quieren y te cuiden.
Viole, dulce niña, de los ojos bellos, por todo ello decido que a partir de hoy serás Violeta Fernández Bracco, hija de Tania Gianina Bracco y de Luis Hernán Gastón Fernández.
Siempre te voy a recordar, ya sabés que podés venir a visitarme las veces que quieras, y Felices Fiestas!!!!
Sé feliz.
Delma (tu jueza)
Hoy Tania pide “militar la adopción” y espera que su testimonio desde Puerto Madryn inspire a otras personas en su misma búsqueda. Que haga entender que también hay chicos grandes que esperan una familia. Para que se encuentren los que buscan y los que esperan.
Mientras crecen y cambian, en su primera Navidad juntos los tres Fernández Bracco se hicieron un regalo indestructible.
Amor.