Bótox, mensajes y confesiones: la trama del crimen de Magagna

Nelson Fabián Sampietro y Francisco García quedaron presos por el crimen de Mario Giannobile, cuyo cuerpo apareció flotando en el mar. Ya son tres involucrados. Nuevas revelaciones sobre el asesinato y la fuga de los sospechosos.

Sampietro (izquierda) y García en la audiencia.
23 DIC 2025 - 19:29 | Actualizado 24 DIC 2025 - 8:53

Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada

Prófugo en Capital Federal, Nelson Fabián Sampietro pensó en inyectarse bótox en el rostro para no ser reconocido. También imaginó una cirugía para una cara diferente.

Como tenía contactos con una casa de sepelios de San Justo hasta fantaseó simular su muerte con un cuerpo ajeno.

O buscar algún accidente de tránsito fatal y mezclar su DNI para conseguir un certificado de defunción a su nombre y tener otra vida.

Tenía en la nuca a la Policía por el crimen de Mario Giannobile. Todo era una opción para no ir preso, cosa que lo angustiaba. Se lo dijo a su pareja de Rawson en una llamada intervenida que duró una hora.

Los imputados, con fuerte custodia policial.

El dato lo reveló este martes en la audiencia de control de detención el fiscal Leonardo Cheuquemán, que investiga el homicidio del hombre que apareció envuelto en una manta flotando en Playa Magagna.

Según su versión, Giannobile fue asesinado el 20 de octubre en una casa de Embarcación Monte León al 500 en Playa Unión, donde hacía 10 días que convivía con el capitán de barco César Fresco.

Ese día a las 14.45 Sampietro y Francisco García llegaron al lugar en una Volkswagen Saveiro. Antes habían buscado una red verde en la Cooperativa Trabajo y Libertad, que Sampietro preside en el edificio de la ex Mocara. Los cuatro se conocían. Había confianza.

El plan fue de los tres: indefenso, Giannobile fue cortado y golpeado con una pala, un atizador y dos llaves cruz. Le fracturaron el maxilar. Lo ataron de pies y manos con telas y sogas, y lo mataron ahorcándolo.

Fresco huyó en su Ford Ranger. Sus dos cómplices colocaron el cadáver en posición fetal usando un cinto de cuero para sujetar pies con manos. Lo envolvieron en una manta, lo cubrieron con la red y lo cargaron en la Saveiro estacionada de culata.

Lo llevaron a la zona de Caras Talladas, en Magagna. Tardaron 17 minutos en tirarlo al mar desde el acantilado. Eran casi las 17. De vuelta a Trelew devolvieron la red en la fábrica.

Este trayecto fue grabado por cámaras de seguridad que registraron la ida de la camioneta con un bulto negro tapado con lona y el regreso ya sin la carga.

Giannobile fue hallado al día siguiente. Tenía una billetera con $ 39 mil y anotaciones. Lo identificaron por sus huellas digitales. Era oriundo de Villa Regina, Río Negro. En Trelew se movía con personas vinculadas a causas narco.

César Fresco, dueño de la casa del crimen.

Al ser detenido, Fresco pidió contar su versión pero sin presencia de la prensa. Dijo que todos se conocían por el consumo de drogas. Y que esa tarde Giannobile dormía y él debía salir a trabajar. Sampietro y García le pidieron que se quedara tranquilo porque se iban a quedar un rato y luego se iban a la fábrica. Pero en ese lapso García lo llamó y cambió los planes: “Andate a Trelew y no pases por tu casa”. Fresco sospechó.
Ya en Trelew les preguntó por Mario. “No está, se fue”, le dijeron. Fresco insistió tanto que confesaron: Giannobile hablaba apoyado en la barra de la casa cuando García lo inmovilizó y Sampietro lo ahorcó desde atrás con un alambre de acero y dos palos. La víctima se resistió y lo golpearon brutalmente. García tenía rasguños. Amenazado, Fresco no los denunció y hasta siguieron reuniéndose.

Otra postal de la audiencia.

En el diálogo grabado con su mujer, Sampietro demostró conocer la causa en profundidad con el detalle de evidencias, informes, resultados de pericias y los audios aparecidos. Sabía todo. Sonaba preocupado y muy pendiente, discutía y le ordenaba a su pareja qué decir y cómo, para que sostuviera una sola versión.

En esa charla culpó del crimen a Fresco, el dueño de la casa. El propio prófugo le había pedido borrar las cámaras de seguridad del lugar del hecho. Cuando la mujer le dijo que la Policía ya tenía los videos, Sampietro comenta: “Se nota que entonces no las borró”.

“No sonaba tranquilo y sabía lo que lo podía complicar –analizó el fiscal en la audiencia-. Hablaba como alguien que está implicado porque dice que no hay pruebas y que todos son dichos”. Cuando su pareja le habló del secuestro de una pala y un atizador, Sampietro comentó: “Si tienen eso, voy en cana”.

Su mujer tenía en su poder el teléfono de Giannobile porque el sospechoso se lo había dado tras el crimen. “Solamente les dije lo del celular”, le dijo ella al prófugo, que le sugirió involucrar a alguien que ya estuviera muerto para armar una historia que nadie pudiera contradecir en un juicio.

Los representantes de la Fiscalía en la audiencia.

Había sangre lavada en varios lugares de la casa de Playa Unión. Hasta en el fondo de un balde que los asesinos usaron para limpiar rastros. La Policía concluyó que el crimen había ocurrido en el quincho y que luego habían cargado el cuerpo hasta la camioneta.

En un mensaje de Fresco para García el día del crimen, sabiendo que estaban en su casa le escribe: “Avisame cuando se van”.
Un par de horas más tarde, el que contesta es Sampietro: “Por favor borrá las cámaras, ni las mires, hay que prender fuego todo lo de El Zorzal (apodo de Giannobile), que no haya nada, nadie se va a quedar con el sacrificio de tu trabajo, hermano”. Fresco no hizo caso.

Tras escapar de Chubut, el mismo Sampietro envió un mail a la Mesa de Entradas del Juzgado Federal de Rawson: “Les pido mil disculpas pero como decía mi mamá, la mentira tiene patas cortas; acabo de cruzar la frontera por el crimen de un tipo que ni conozco. Mi psiquiatra me decía que tengo el síndrome de Martín Fierro: siempre seré perseguido por la justicia”.

En tanto, García se escapó de Trelew el 12 de noviembre rumbo a San Rafael, Mendoza. Varias charlas con su madre se intervinieron: ella le dice “tenés pedido de captura, no me digas dónde estás” y él responde “yo no hice nada, me están involucrando”. Ella responde: “Entonces entregate”.

Su hijo le pide transferencias con alias de Mercado Pago que van cambiando. Al ser atrapado llevaba el DNI de “Mario Germán Monzón”.

En la audiencia se describieron testimonios, múltiples mensajes, informes de antenas de celular y videos de cámaras de seguridad que ubican a los acusados en Playa Unión el 20 de octubre entre las 14.45 y las 16.18, franja del crimen.

Eve Ponce, la jueza de la causa.

El fiscal Cheuquemán remarcó que los presuntos asesinos “mostraron violencia exacerbada y un desprecio absoluto por la vida y la dignidad humana” ya que la víctima sufrió innecesariamente antes de morir.

“Fue degradante ya que buscaron borrar cada huella de la existencia y la memoria de Giannobile tirándolo al mar; no tuvo ni siquiera un reposo digno”, graficó. “Fue un plan elaborado para luego desaparecer e intentar crearse nuevas vidas”.

Sampietro tiene una condena a 9 años y siete meses, una declaración de reincidencia y tres preventivas más dictadas este mes: en la Justicia provincial por un presunto abuso en Trelew, y en la Justicia Federal por drogas y por la falsificación de los 8 DNI que portaba al ser capturado. Esa tarde aseguró ser “Sergio Rodríguez”.

Sin oposición del defensor público Pablo Sánchez, la jueza Eve Ponce abrió la investigación hasta el 26 de abril de 2026. Consideró que hay “elementos más que suficientes” para involucrar al dúo.

Sampietro quedó preso en la Unidad 6 de la capital y García, en el Instituto Penitenciario Provincial sobre ruta 3, ambos por homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y la participación de más de dos personas. Dejaron la Oficina Judicial de Rawson con la custodia de 15 policías. Para no cruzárselos, Fresco presenció la audiencia por videoconferencia desde otra sala.

En 2026 los juzgará un jurado popular. Si son culpables, la única pena posible es la reclusión perpetua.

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Sampietro (izquierda) y García en la audiencia.
23 DIC 2025 - 19:29

Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada

Prófugo en Capital Federal, Nelson Fabián Sampietro pensó en inyectarse bótox en el rostro para no ser reconocido. También imaginó una cirugía para una cara diferente.

Como tenía contactos con una casa de sepelios de San Justo hasta fantaseó simular su muerte con un cuerpo ajeno.

O buscar algún accidente de tránsito fatal y mezclar su DNI para conseguir un certificado de defunción a su nombre y tener otra vida.

Tenía en la nuca a la Policía por el crimen de Mario Giannobile. Todo era una opción para no ir preso, cosa que lo angustiaba. Se lo dijo a su pareja de Rawson en una llamada intervenida que duró una hora.

Los imputados, con fuerte custodia policial.

El dato lo reveló este martes en la audiencia de control de detención el fiscal Leonardo Cheuquemán, que investiga el homicidio del hombre que apareció envuelto en una manta flotando en Playa Magagna.

Según su versión, Giannobile fue asesinado el 20 de octubre en una casa de Embarcación Monte León al 500 en Playa Unión, donde hacía 10 días que convivía con el capitán de barco César Fresco.

Ese día a las 14.45 Sampietro y Francisco García llegaron al lugar en una Volkswagen Saveiro. Antes habían buscado una red verde en la Cooperativa Trabajo y Libertad, que Sampietro preside en el edificio de la ex Mocara. Los cuatro se conocían. Había confianza.

El plan fue de los tres: indefenso, Giannobile fue cortado y golpeado con una pala, un atizador y dos llaves cruz. Le fracturaron el maxilar. Lo ataron de pies y manos con telas y sogas, y lo mataron ahorcándolo.

Fresco huyó en su Ford Ranger. Sus dos cómplices colocaron el cadáver en posición fetal usando un cinto de cuero para sujetar pies con manos. Lo envolvieron en una manta, lo cubrieron con la red y lo cargaron en la Saveiro estacionada de culata.

Lo llevaron a la zona de Caras Talladas, en Magagna. Tardaron 17 minutos en tirarlo al mar desde el acantilado. Eran casi las 17. De vuelta a Trelew devolvieron la red en la fábrica.

Este trayecto fue grabado por cámaras de seguridad que registraron la ida de la camioneta con un bulto negro tapado con lona y el regreso ya sin la carga.

Giannobile fue hallado al día siguiente. Tenía una billetera con $ 39 mil y anotaciones. Lo identificaron por sus huellas digitales. Era oriundo de Villa Regina, Río Negro. En Trelew se movía con personas vinculadas a causas narco.

César Fresco, dueño de la casa del crimen.

Al ser detenido, Fresco pidió contar su versión pero sin presencia de la prensa. Dijo que todos se conocían por el consumo de drogas. Y que esa tarde Giannobile dormía y él debía salir a trabajar. Sampietro y García le pidieron que se quedara tranquilo porque se iban a quedar un rato y luego se iban a la fábrica. Pero en ese lapso García lo llamó y cambió los planes: “Andate a Trelew y no pases por tu casa”. Fresco sospechó.
Ya en Trelew les preguntó por Mario. “No está, se fue”, le dijeron. Fresco insistió tanto que confesaron: Giannobile hablaba apoyado en la barra de la casa cuando García lo inmovilizó y Sampietro lo ahorcó desde atrás con un alambre de acero y dos palos. La víctima se resistió y lo golpearon brutalmente. García tenía rasguños. Amenazado, Fresco no los denunció y hasta siguieron reuniéndose.

Otra postal de la audiencia.

En el diálogo grabado con su mujer, Sampietro demostró conocer la causa en profundidad con el detalle de evidencias, informes, resultados de pericias y los audios aparecidos. Sabía todo. Sonaba preocupado y muy pendiente, discutía y le ordenaba a su pareja qué decir y cómo, para que sostuviera una sola versión.

En esa charla culpó del crimen a Fresco, el dueño de la casa. El propio prófugo le había pedido borrar las cámaras de seguridad del lugar del hecho. Cuando la mujer le dijo que la Policía ya tenía los videos, Sampietro comenta: “Se nota que entonces no las borró”.

“No sonaba tranquilo y sabía lo que lo podía complicar –analizó el fiscal en la audiencia-. Hablaba como alguien que está implicado porque dice que no hay pruebas y que todos son dichos”. Cuando su pareja le habló del secuestro de una pala y un atizador, Sampietro comentó: “Si tienen eso, voy en cana”.

Su mujer tenía en su poder el teléfono de Giannobile porque el sospechoso se lo había dado tras el crimen. “Solamente les dije lo del celular”, le dijo ella al prófugo, que le sugirió involucrar a alguien que ya estuviera muerto para armar una historia que nadie pudiera contradecir en un juicio.

Los representantes de la Fiscalía en la audiencia.

Había sangre lavada en varios lugares de la casa de Playa Unión. Hasta en el fondo de un balde que los asesinos usaron para limpiar rastros. La Policía concluyó que el crimen había ocurrido en el quincho y que luego habían cargado el cuerpo hasta la camioneta.

En un mensaje de Fresco para García el día del crimen, sabiendo que estaban en su casa le escribe: “Avisame cuando se van”.
Un par de horas más tarde, el que contesta es Sampietro: “Por favor borrá las cámaras, ni las mires, hay que prender fuego todo lo de El Zorzal (apodo de Giannobile), que no haya nada, nadie se va a quedar con el sacrificio de tu trabajo, hermano”. Fresco no hizo caso.

Tras escapar de Chubut, el mismo Sampietro envió un mail a la Mesa de Entradas del Juzgado Federal de Rawson: “Les pido mil disculpas pero como decía mi mamá, la mentira tiene patas cortas; acabo de cruzar la frontera por el crimen de un tipo que ni conozco. Mi psiquiatra me decía que tengo el síndrome de Martín Fierro: siempre seré perseguido por la justicia”.

En tanto, García se escapó de Trelew el 12 de noviembre rumbo a San Rafael, Mendoza. Varias charlas con su madre se intervinieron: ella le dice “tenés pedido de captura, no me digas dónde estás” y él responde “yo no hice nada, me están involucrando”. Ella responde: “Entonces entregate”.

Su hijo le pide transferencias con alias de Mercado Pago que van cambiando. Al ser atrapado llevaba el DNI de “Mario Germán Monzón”.

En la audiencia se describieron testimonios, múltiples mensajes, informes de antenas de celular y videos de cámaras de seguridad que ubican a los acusados en Playa Unión el 20 de octubre entre las 14.45 y las 16.18, franja del crimen.

Eve Ponce, la jueza de la causa.

El fiscal Cheuquemán remarcó que los presuntos asesinos “mostraron violencia exacerbada y un desprecio absoluto por la vida y la dignidad humana” ya que la víctima sufrió innecesariamente antes de morir.

“Fue degradante ya que buscaron borrar cada huella de la existencia y la memoria de Giannobile tirándolo al mar; no tuvo ni siquiera un reposo digno”, graficó. “Fue un plan elaborado para luego desaparecer e intentar crearse nuevas vidas”.

Sampietro tiene una condena a 9 años y siete meses, una declaración de reincidencia y tres preventivas más dictadas este mes: en la Justicia provincial por un presunto abuso en Trelew, y en la Justicia Federal por drogas y por la falsificación de los 8 DNI que portaba al ser capturado. Esa tarde aseguró ser “Sergio Rodríguez”.

Sin oposición del defensor público Pablo Sánchez, la jueza Eve Ponce abrió la investigación hasta el 26 de abril de 2026. Consideró que hay “elementos más que suficientes” para involucrar al dúo.

Sampietro quedó preso en la Unidad 6 de la capital y García, en el Instituto Penitenciario Provincial sobre ruta 3, ambos por homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y la participación de más de dos personas. Dejaron la Oficina Judicial de Rawson con la custodia de 15 policías. Para no cruzárselos, Fresco presenció la audiencia por videoconferencia desde otra sala.

En 2026 los juzgará un jurado popular. Si son culpables, la única pena posible es la reclusión perpetua.