La oficial María José San Martín había llegado a Sarmiento en julio y no conocía la zona donde desapareció, conocida como “El arenal” en las afueras de la localidad, a unos 70 kilómetros. Al dato lo confirmó Rita Barrionuevo, la fiscal que investiga el caso y encabeza su búsqueda desde el domingo.
En La Linterna, que emite Jornada Radio, Barrionuevo reconstruyó que San Martín, junto con una cabo de apellido Amarilla, salieron del casco urbano a las 20.30 del viernes 12 para un servicio adicional en un yacimiento. “San Martín era primera vez que iba a esa zona de campo, que es muy vasta; Amarilla había ido varias veces y conocía el camino”.

Cerca de las 22.30 se cruzaron con el policía a quien debían reemplazar. “Les advirtió que el camino estaba feo y que tuvieran cuidado”, describió. Finalmente, el coche queda varado en una tormenta de viento y arena, en el extinto lago Colhué Huapi. “Pasaron la noche juntas en el auto y el sábado a las 15 trataron de subir a un cerro, cuando el viento aflojó”. Barrionuevo aclaró que las policías iban juntas y no se separaron: Amarilla adelante, San Martín detrás.
“En esa zona las ráfagas con arena gruesa son terribles y sin una protección adecuada, te ciega, es inhóspito”. Amarilla se tapó con una capucha siempre pensando que su compañera la seguía detrás. Pero la perdió de vista. Eran las 15.30. Regresó al coche, se resguardó dos horas y salió a buscarla. También tocó bocina.

Ya eran las 20.30 del sábado 13 cuando llegó otro policía, que era el siguiente relevo. “La buscaron entre los dos y no la encuentran”, dijo la fiscal. Finalmente le avisan a la Jefatura y la tarde del domingo avisan a la Fiscalía.
Barrionuevo detalló que del auto al cerro donde buscaron señal había 900 metros de un camino con piedras laja donde cualquiera se puede tropezar. También hay una suerte de sumideros similares a las arenas movedizas.
San Martín trabajaba en la Brigada de Investigaciones. Vestía sólo una campera negra con el logo, buzo y zapatillas. Todo negro. No llevaba agua ni comida, tampoco antiparras. Y su celular se apagó. “Tranquilamente se pudo desorientar”, apuntó la fiscal. En el lugar se forman sumideros, como arena movediza.
Por el viento, los perros rastreadores y los drones no pudieron trabajar ni lunes ni martes. Y este miércoles sigue el alerta naranja por el viento. Barrionuevo pidió que al menos hasta el viernes 19 se sostenga la misma cantidad de personal en el rastrillaje. Ese día se decidirá cómo sigue el operativo.

La oficial María José San Martín había llegado a Sarmiento en julio y no conocía la zona donde desapareció, conocida como “El arenal” en las afueras de la localidad, a unos 70 kilómetros. Al dato lo confirmó Rita Barrionuevo, la fiscal que investiga el caso y encabeza su búsqueda desde el domingo.
En La Linterna, que emite Jornada Radio, Barrionuevo reconstruyó que San Martín, junto con una cabo de apellido Amarilla, salieron del casco urbano a las 20.30 del viernes 12 para un servicio adicional en un yacimiento. “San Martín era primera vez que iba a esa zona de campo, que es muy vasta; Amarilla había ido varias veces y conocía el camino”.

Cerca de las 22.30 se cruzaron con el policía a quien debían reemplazar. “Les advirtió que el camino estaba feo y que tuvieran cuidado”, describió. Finalmente, el coche queda varado en una tormenta de viento y arena, en el extinto lago Colhué Huapi. “Pasaron la noche juntas en el auto y el sábado a las 15 trataron de subir a un cerro, cuando el viento aflojó”. Barrionuevo aclaró que las policías iban juntas y no se separaron: Amarilla adelante, San Martín detrás.
“En esa zona las ráfagas con arena gruesa son terribles y sin una protección adecuada, te ciega, es inhóspito”. Amarilla se tapó con una capucha siempre pensando que su compañera la seguía detrás. Pero la perdió de vista. Eran las 15.30. Regresó al coche, se resguardó dos horas y salió a buscarla. También tocó bocina.

Ya eran las 20.30 del sábado 13 cuando llegó otro policía, que era el siguiente relevo. “La buscaron entre los dos y no la encuentran”, dijo la fiscal. Finalmente le avisan a la Jefatura y la tarde del domingo avisan a la Fiscalía.
Barrionuevo detalló que del auto al cerro donde buscaron señal había 900 metros de un camino con piedras laja donde cualquiera se puede tropezar. También hay una suerte de sumideros similares a las arenas movedizas.
San Martín trabajaba en la Brigada de Investigaciones. Vestía sólo una campera negra con el logo, buzo y zapatillas. Todo negro. No llevaba agua ni comida, tampoco antiparras. Y su celular se apagó. “Tranquilamente se pudo desorientar”, apuntó la fiscal. En el lugar se forman sumideros, como arena movediza.
Por el viento, los perros rastreadores y los drones no pudieron trabajar ni lunes ni martes. Y este miércoles sigue el alerta naranja por el viento. Barrionuevo pidió que al menos hasta el viernes 19 se sostenga la misma cantidad de personal en el rastrillaje. Ese día se decidirá cómo sigue el operativo.