Cuentan quienes conocen el entramado del poder que las primeras puntadas se dieron a finales de junio en Comodoro Rivadavia, el día que se inauguraba la Ciudad Judicial. A muchos sorprendió la presencia de gobernadores que no suelen asistir a inauguraciones de edificios en otras provincias: aquel día llegaron el alcalde porteño, Jorge Macri; el entrerriano Rogelio Frigerio; y el jujeño Carlos Sadir.
A la hora de los canapés, algunos de los acompañantes de los gobernadores presentes se sinceraron y mostraron alguna carta: la Ciudad Judicial de Comodoro Rivadavia no era tan convocante como la posibilidad de que en ese marco Torres, Macri, Frigerio y Sadir -todos con fuertes vínculos con el PRO aunque algo más alejados de Mauricio Macri-, discutieran un acuerdo que los haga confluir más allá de las reuniones que mantenían en el grupo de los 12 mandatarios del ya extinguido Juntos por el Cambio, o en la ampliada “Liga de Gobernadores”, que primero recobró vida para defenderse ante el avance de la motosierra de Javier Milei y luego terminó siendo un grupo de cercanía con la Casa Rosada que muchas veces le votó las leyes que La Libertad Avanza necesitaba.
De toda esa melange nació el miércoles pasado en la Casa de Chubut en Buenos Aires “Grito Federal”, un inesperado frente electoral motorizado por Torres que si bien perdió a algunos amigos del PRO en el camino (Macri y Frigerio no serán de la partida por ahora y negocian una alianza con LLA en sus distritos), sumó a otros gobernadores de peso, como el peronista antikirchnerista cordobés Martín Llaryora; el radical santafesino Maximiliano Pullaro; y el gremialista petrolero santacruceño Claudio Vidal.
Aseguran que el radical correntino Gustavo Valdés también será de la partida, pero no estuvo en la Casa del Chubut en Buenos Aires para la foto y, por ahora, sus gestos son ambiguos.
El que sí estuvo y, tal vez, fue la mayor sorpresa, fue el exgobernador cordobés y excandidato a presidente, Juan Schiaretti, que llegó a la sede porteña de Chubut junto a Llaryora, en un alto de su armando paralelo “Somos Buenos Aires”, un rejunte de peronistas y radicales que intentará poner una cuña en la polarización de la Provincia de Buenos Aires entre el peronismo de Fuerza Patria y la alianza de LLA con el PRO para las elecciones provinciales del 7 de septiembre.
Torres salió a explicar un día después el armado de Grito Federal: “No tenemos candidato en la Provincia de Buenos Aires, lo que tenemos son armados en nuestras provincias que no representan ni al kirchnerismo ni a La Libertad Avanza”, sostuvo, para dejar en claro que “Somos Buenos Aires” es otra cosa, aunque Schiaretti esté en los dos lados.
Sin dudas, el espacio surgido se perfila como una alternativa con proyección nacional: “En 2027 vamos a tener una representación y es necesario. Puede ser que este armado tenga candidato a presidente, debería ser así”, agregó Torres.
Este es uno de los puntos centrales que no hay que soslayar de cara al futuro: de los gobernadores firmantes de “Grito Federal”, Pullaro ya dijo que no tiene aspiraciones presidenciales para 2027 y Sadir no tiene recorrido ni para arrancar, por lo cual todo parece encaminado a que Torres y Llaryora sean los conductores del espacio porque ambos tienen inocultables aspiraciones presidenciales
“Es una alternativa federal para salir de esta Argentina pendular y no caer en el rejunte del medio de siempre, que dos o tres dirigentes vanidosos se juntan para porotear dos o tres escaños”, afirmó Torres. Ese será, sin dudas, el gran desafío de este nuevo espacio: no terminar siendo otra amplia “avenida del centro” que rejunte bancas en Diputados y Senadores para colaborar o presionar a los habitantes de turno de la Casa Rosada, pero que termine no confluyendo en una propuesta realmente federal, más allá el nombre.
Los que miran de reojo este nuevo armado federal, critican que el “grito” haya sido dado a dos cuadras del Obelisco y no en alguna de las provincias que lo integran.
El momento del anuncio también generó dudas: con tan poco tiempo de cara a octubre, lanzar un frente electoral que no estará reflejado en las boletas de este turno y que recién podría conformarse formalmente a partir de diciembre, cuando asuman los nuevos senadores y diputados nacionales, conlleva riesgos. ¿Si alguno de los gobernadores no gana en su provincia será una derrota de todos?
Algo dejaron en claro los gobernadores del grito: “Hemos hecho los ajustes necesarios para conseguir en la Nación y las Provincias el equilibrio fiscal imprescindible para avanzar en los cambios que necesitábamos en forma sustentable. Ese esfuerzo de todos los argentinos es innegociable”, escribieron en el documento para que nadie tengas dudas de que más allá de las diferencias con Milei, coinciden en un tema central.
Matizaron en ese texto al reclamar “que esos avances incluyan las obras de infraestructura imprescindibles para desarrollar nuestras provincias, único camino para desarrollar el país”.
Una especie de motosierra con buenos modales y obra pública.
Cuentan quienes conocen el entramado del poder que las primeras puntadas se dieron a finales de junio en Comodoro Rivadavia, el día que se inauguraba la Ciudad Judicial. A muchos sorprendió la presencia de gobernadores que no suelen asistir a inauguraciones de edificios en otras provincias: aquel día llegaron el alcalde porteño, Jorge Macri; el entrerriano Rogelio Frigerio; y el jujeño Carlos Sadir.
A la hora de los canapés, algunos de los acompañantes de los gobernadores presentes se sinceraron y mostraron alguna carta: la Ciudad Judicial de Comodoro Rivadavia no era tan convocante como la posibilidad de que en ese marco Torres, Macri, Frigerio y Sadir -todos con fuertes vínculos con el PRO aunque algo más alejados de Mauricio Macri-, discutieran un acuerdo que los haga confluir más allá de las reuniones que mantenían en el grupo de los 12 mandatarios del ya extinguido Juntos por el Cambio, o en la ampliada “Liga de Gobernadores”, que primero recobró vida para defenderse ante el avance de la motosierra de Javier Milei y luego terminó siendo un grupo de cercanía con la Casa Rosada que muchas veces le votó las leyes que La Libertad Avanza necesitaba.
De toda esa melange nació el miércoles pasado en la Casa de Chubut en Buenos Aires “Grito Federal”, un inesperado frente electoral motorizado por Torres que si bien perdió a algunos amigos del PRO en el camino (Macri y Frigerio no serán de la partida por ahora y negocian una alianza con LLA en sus distritos), sumó a otros gobernadores de peso, como el peronista antikirchnerista cordobés Martín Llaryora; el radical santafesino Maximiliano Pullaro; y el gremialista petrolero santacruceño Claudio Vidal.
Aseguran que el radical correntino Gustavo Valdés también será de la partida, pero no estuvo en la Casa del Chubut en Buenos Aires para la foto y, por ahora, sus gestos son ambiguos.
El que sí estuvo y, tal vez, fue la mayor sorpresa, fue el exgobernador cordobés y excandidato a presidente, Juan Schiaretti, que llegó a la sede porteña de Chubut junto a Llaryora, en un alto de su armando paralelo “Somos Buenos Aires”, un rejunte de peronistas y radicales que intentará poner una cuña en la polarización de la Provincia de Buenos Aires entre el peronismo de Fuerza Patria y la alianza de LLA con el PRO para las elecciones provinciales del 7 de septiembre.
Torres salió a explicar un día después el armado de Grito Federal: “No tenemos candidato en la Provincia de Buenos Aires, lo que tenemos son armados en nuestras provincias que no representan ni al kirchnerismo ni a La Libertad Avanza”, sostuvo, para dejar en claro que “Somos Buenos Aires” es otra cosa, aunque Schiaretti esté en los dos lados.
Sin dudas, el espacio surgido se perfila como una alternativa con proyección nacional: “En 2027 vamos a tener una representación y es necesario. Puede ser que este armado tenga candidato a presidente, debería ser así”, agregó Torres.
Este es uno de los puntos centrales que no hay que soslayar de cara al futuro: de los gobernadores firmantes de “Grito Federal”, Pullaro ya dijo que no tiene aspiraciones presidenciales para 2027 y Sadir no tiene recorrido ni para arrancar, por lo cual todo parece encaminado a que Torres y Llaryora sean los conductores del espacio porque ambos tienen inocultables aspiraciones presidenciales
“Es una alternativa federal para salir de esta Argentina pendular y no caer en el rejunte del medio de siempre, que dos o tres dirigentes vanidosos se juntan para porotear dos o tres escaños”, afirmó Torres. Ese será, sin dudas, el gran desafío de este nuevo espacio: no terminar siendo otra amplia “avenida del centro” que rejunte bancas en Diputados y Senadores para colaborar o presionar a los habitantes de turno de la Casa Rosada, pero que termine no confluyendo en una propuesta realmente federal, más allá el nombre.
Los que miran de reojo este nuevo armado federal, critican que el “grito” haya sido dado a dos cuadras del Obelisco y no en alguna de las provincias que lo integran.
El momento del anuncio también generó dudas: con tan poco tiempo de cara a octubre, lanzar un frente electoral que no estará reflejado en las boletas de este turno y que recién podría conformarse formalmente a partir de diciembre, cuando asuman los nuevos senadores y diputados nacionales, conlleva riesgos. ¿Si alguno de los gobernadores no gana en su provincia será una derrota de todos?
Algo dejaron en claro los gobernadores del grito: “Hemos hecho los ajustes necesarios para conseguir en la Nación y las Provincias el equilibrio fiscal imprescindible para avanzar en los cambios que necesitábamos en forma sustentable. Ese esfuerzo de todos los argentinos es innegociable”, escribieron en el documento para que nadie tengas dudas de que más allá de las diferencias con Milei, coinciden en un tema central.
Matizaron en ese texto al reclamar “que esos avances incluyan las obras de infraestructura imprescindibles para desarrollar nuestras provincias, único camino para desarrollar el país”.
Una especie de motosierra con buenos modales y obra pública.