El fuerte incremento estuvo liderado por el tomate, que subió un 97,6%, y la lechuga, con un alza del 77,9%. También se encarecieron la papa (36,8%) y la cebolla (1,4%). En cambio, la batata y el zapallo mostraron leves bajas de 2,5% y 6,4% respectivamente.
Según el informe, estas seis especies —que representan el 75,3% del volumen de comercialización del MCBA— tendrían un impacto directo en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), con una suba proyectada del 24,5% para el segmento VTL -verduras, tubérculos y legumbres-, lo que implica un aporte del 0,54% al IPC general a través de la división Alimentos y Bebidas no alcohólicas.
En contraste, el segmento de frutas mostró un comportamiento a la baja. El promedio ponderado de las cuatro especies más comercializadas (banana, limón, manzana y naranja) cayó 9% mensual, lo que llevaría a una baja proyectada del 10,1% en el rubro Frutas del IPC, con un impacto de -0,13%.
Dentro del grupo, sólo la banana aumentó (17,1%), mientras que el limón (-39,6%), la naranja (-13,6%) y la manzana (-6%) registraron bajas. Sin embargo, la variación interanual del limón se disparó al 197,1%, la más alta del segmento.
En términos interanuales, el segmento VTL muestra una suba del 34,8%, con el tomate nuevamente a la cabeza con un alza de 110,9% respecto a marzo de 2024.
El informe de CEPA atribuye el encarecimiento del tomate a la necesidad de importar la especie desde Chile, Egipto y Brasil, donde el kilo se paga a $3442 y $3089 respectivamente, lo que generó una variación intermensual del 55,4% en los precios corrientes.
El trabajo también compara los precios del Mercado Central con los de supermercados. En enero, los supermercados registraron una caída mensual promedio del 11% en las seis principales hortalizas, aunque con aumentos puntuales en cebolla, papa y batata. La brecha entre ambos canales, aunque elevada, se redujo: fue de 116,9%, 22 puntos menos que el mes anterior.
El fuerte incremento estuvo liderado por el tomate, que subió un 97,6%, y la lechuga, con un alza del 77,9%. También se encarecieron la papa (36,8%) y la cebolla (1,4%). En cambio, la batata y el zapallo mostraron leves bajas de 2,5% y 6,4% respectivamente.
Según el informe, estas seis especies —que representan el 75,3% del volumen de comercialización del MCBA— tendrían un impacto directo en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), con una suba proyectada del 24,5% para el segmento VTL -verduras, tubérculos y legumbres-, lo que implica un aporte del 0,54% al IPC general a través de la división Alimentos y Bebidas no alcohólicas.
En contraste, el segmento de frutas mostró un comportamiento a la baja. El promedio ponderado de las cuatro especies más comercializadas (banana, limón, manzana y naranja) cayó 9% mensual, lo que llevaría a una baja proyectada del 10,1% en el rubro Frutas del IPC, con un impacto de -0,13%.
Dentro del grupo, sólo la banana aumentó (17,1%), mientras que el limón (-39,6%), la naranja (-13,6%) y la manzana (-6%) registraron bajas. Sin embargo, la variación interanual del limón se disparó al 197,1%, la más alta del segmento.
En términos interanuales, el segmento VTL muestra una suba del 34,8%, con el tomate nuevamente a la cabeza con un alza de 110,9% respecto a marzo de 2024.
El informe de CEPA atribuye el encarecimiento del tomate a la necesidad de importar la especie desde Chile, Egipto y Brasil, donde el kilo se paga a $3442 y $3089 respectivamente, lo que generó una variación intermensual del 55,4% en los precios corrientes.
El trabajo también compara los precios del Mercado Central con los de supermercados. En enero, los supermercados registraron una caída mensual promedio del 11% en las seis principales hortalizas, aunque con aumentos puntuales en cebolla, papa y batata. La brecha entre ambos canales, aunque elevada, se redujo: fue de 116,9%, 22 puntos menos que el mes anterior.