Con distintivas garras de dos dedos, los restos de una especie de dinosaurio hasta ahora desconocida sugieren que se parecía a una extraña mezcla de perezoso, jirafa y el héroe de películas de culto ‘Eduardo Manostijeras’, según una nueva investigación.
Los paleontólogos desenterraron el fósil en el desierto de Gobi, en Mongolia, y el hallazgo es único porque la vaina de uno de los dedos está intacta. Hecha de queratina (el mismo material que las uñas), la vaina revela que la garra era mucho más larga que los huesos subyacentes. “Mide casi 30 centímetros”, afirmó la paleontóloga Darla Zelenitsky, profesora asociada de la Universidad de Calgary (Canadá) y coautora de un estudio sobre el descubrimiento publicado en la revista iScience. “Esta es, por mucho, la garra más grande que se conserva de un dinosaurio con esa vaina queratinosa”.
El dinosaurio recién descubierto medía unos 3 metros de altura y habría pesado 260 kilogramos. Probablemente usaba sus garras curvas para alcanzar la vegetación y podría haberse agarrado a ramas de hasta 10 centímetros de diámetro, según el estudio. Además de dos garras, los paleontólogos también encontraron partes fosilizadas de la columna vertebral, la cola, las caderas, los brazos y las piernas de la criatura prehistórica.
“No eran depredadores, pero podían defenderse con esas garras. Eran grandes y muy afiladas”, dijo. La mejor comparación para los dígitos distintivos entre los animales vivos serían las garras de un perezoso, utilizadas para colgarse de las ramas de los árboles, añadió Zelenitsky. Garras que parecían “pinzas”
El tipo de conservación aquí, común en la gran mayoría de las formaciones con dinosaurios, no suele preservar la queratina”, dijo Hone, autor del libro de 2024 “Descubriendo el comportamiento de los dinosaurios: Qué hicieron y cómo lo sabemos”. “Eso es muy importante porque sabemos que existe una relación bastante incierta entre la queratina y el hueso subyacente”, añadió por correo electrónico.
“Pero mientras que el T. rex probablemente no usaba sus patéticos bracitos para mucho, y definitivamente no para combatir o someter presas, estos terizinosaurios los usaban como parte integral de su estrategia de alimentación”, añadió. (Por, CNN)
Con distintivas garras de dos dedos, los restos de una especie de dinosaurio hasta ahora desconocida sugieren que se parecía a una extraña mezcla de perezoso, jirafa y el héroe de películas de culto ‘Eduardo Manostijeras’, según una nueva investigación.
Los paleontólogos desenterraron el fósil en el desierto de Gobi, en Mongolia, y el hallazgo es único porque la vaina de uno de los dedos está intacta. Hecha de queratina (el mismo material que las uñas), la vaina revela que la garra era mucho más larga que los huesos subyacentes. “Mide casi 30 centímetros”, afirmó la paleontóloga Darla Zelenitsky, profesora asociada de la Universidad de Calgary (Canadá) y coautora de un estudio sobre el descubrimiento publicado en la revista iScience. “Esta es, por mucho, la garra más grande que se conserva de un dinosaurio con esa vaina queratinosa”.
El dinosaurio recién descubierto medía unos 3 metros de altura y habría pesado 260 kilogramos. Probablemente usaba sus garras curvas para alcanzar la vegetación y podría haberse agarrado a ramas de hasta 10 centímetros de diámetro, según el estudio. Además de dos garras, los paleontólogos también encontraron partes fosilizadas de la columna vertebral, la cola, las caderas, los brazos y las piernas de la criatura prehistórica.
“No eran depredadores, pero podían defenderse con esas garras. Eran grandes y muy afiladas”, dijo. La mejor comparación para los dígitos distintivos entre los animales vivos serían las garras de un perezoso, utilizadas para colgarse de las ramas de los árboles, añadió Zelenitsky. Garras que parecían “pinzas”
El tipo de conservación aquí, común en la gran mayoría de las formaciones con dinosaurios, no suele preservar la queratina”, dijo Hone, autor del libro de 2024 “Descubriendo el comportamiento de los dinosaurios: Qué hicieron y cómo lo sabemos”. “Eso es muy importante porque sabemos que existe una relación bastante incierta entre la queratina y el hueso subyacente”, añadió por correo electrónico.
“Pero mientras que el T. rex probablemente no usaba sus patéticos bracitos para mucho, y definitivamente no para combatir o someter presas, estos terizinosaurios los usaban como parte integral de su estrategia de alimentación”, añadió. (Por, CNN)