En una jornada de recolección de semillas de ciprés y maitén en la reserva forestal El Guadal, en Mallín del Medio en El Bolsón, se detectaron dos hallazgos. Uno esperanzador; el otro, preocupante. A poco más de un mes del incendio que afectó 3.400 hectáreas, los investigadores observaron rebrotes de algunas especies.
En una primera jornada se juntaron 70 mil semillas de lenga en el cerro Otto de Bariloche. En esta ocasión, se reunieron semillas de ciprés y maitén en El Guadal que pertenece al Servicio Forestal Andino. Pese a estar «en el límite de la temporada para juntar semillas», se encontraron muchas en el suelo. «El fuego afectó un tercio de ese sector, pero en las recorridas por el campo, vimos que hay especies que ya están rebrotando.
«La mayoría de las yemas que van a generar los nuevos tallos o vástagos que van a formar los árboles se generan en la zona del cuello y los primeros centímetros. Por lo general, la gente corta lo más que puede y deja los árboles lo más bajo posible. No es recomendable». Amoroso comentó que, a través de un proyecto de investigación de una tesis doctoral, se evaluó la regeneración tras el incendio en Cuesta del Ternero en enero del 2021 que arrasó con 3.900 hectáreas.
«Estudiamos la severidad del incendio, hicimos la validación en el campo y en este cuarto año, se relevaron las áreas respecto del grados de intensidad en los bosques de lenga, cipreses y matorrales. Se vio que, en algunos casos donde el grado de severidad es bajo, se van estableciendo las especies por semilla. En áreas de alta severidad, dominan estas especies con mayor capacidad de rebrote«, detalló. Mencionó que en este caso, ya pasaron cuatro años. En Mallín, en cambio, apenas pasó un mes del incendio y «ya se ve una respuesta importante«. «Esta incipiente cobertura genera un mejor arranque para el comienzo de la primavera. Vimos también que ya germinaron especies del sotobosque en menor proporción», dijo.
Por eso, insistió en la importancia de la guardia de cenizas luego del incendio. «Es necesario seguir monitoreando esas condiciones. En este caso, se trata de un bosque de ciprés maduro, un área de fácil acceso donde también hay poco manejo. Fuimos a ese sector porque la idea es colectar semillas de sitios cercanos a fin de reforestar esos mismos sectores, manteniendo la misma genética«, planteó. (El Diario de Río Negro)
En una jornada de recolección de semillas de ciprés y maitén en la reserva forestal El Guadal, en Mallín del Medio en El Bolsón, se detectaron dos hallazgos. Uno esperanzador; el otro, preocupante. A poco más de un mes del incendio que afectó 3.400 hectáreas, los investigadores observaron rebrotes de algunas especies.
En una primera jornada se juntaron 70 mil semillas de lenga en el cerro Otto de Bariloche. En esta ocasión, se reunieron semillas de ciprés y maitén en El Guadal que pertenece al Servicio Forestal Andino. Pese a estar «en el límite de la temporada para juntar semillas», se encontraron muchas en el suelo. «El fuego afectó un tercio de ese sector, pero en las recorridas por el campo, vimos que hay especies que ya están rebrotando.
«La mayoría de las yemas que van a generar los nuevos tallos o vástagos que van a formar los árboles se generan en la zona del cuello y los primeros centímetros. Por lo general, la gente corta lo más que puede y deja los árboles lo más bajo posible. No es recomendable». Amoroso comentó que, a través de un proyecto de investigación de una tesis doctoral, se evaluó la regeneración tras el incendio en Cuesta del Ternero en enero del 2021 que arrasó con 3.900 hectáreas.
«Estudiamos la severidad del incendio, hicimos la validación en el campo y en este cuarto año, se relevaron las áreas respecto del grados de intensidad en los bosques de lenga, cipreses y matorrales. Se vio que, en algunos casos donde el grado de severidad es bajo, se van estableciendo las especies por semilla. En áreas de alta severidad, dominan estas especies con mayor capacidad de rebrote«, detalló. Mencionó que en este caso, ya pasaron cuatro años. En Mallín, en cambio, apenas pasó un mes del incendio y «ya se ve una respuesta importante«. «Esta incipiente cobertura genera un mejor arranque para el comienzo de la primavera. Vimos también que ya germinaron especies del sotobosque en menor proporción», dijo.
Por eso, insistió en la importancia de la guardia de cenizas luego del incendio. «Es necesario seguir monitoreando esas condiciones. En este caso, se trata de un bosque de ciprés maduro, un área de fácil acceso donde también hay poco manejo. Fuimos a ese sector porque la idea es colectar semillas de sitios cercanos a fin de reforestar esos mismos sectores, manteniendo la misma genética«, planteó. (El Diario de Río Negro)