Se metieron con la vieja equivocada

En un hecho inédito en la historia argentina, más de medio centenar de hinchadas argentinas acompañarán a los jubilados a su marcha este miércoles por el reclamo de sus derechos adquiridos.

La tricolor de Chacarita presente, primero que todas. El miércoles, muchas más.
10 MAR 2025 - 19:56 | Actualizado 11 MAR 2025 - 15:51

Por Juan Miguel BIgrevich / Redacción Jornada

Me gustan los pueblos chicos de gesto antiguo que se dan la mano para vencer y que unen las fiestas sin fecha de vencimiento. Y eso se puede producir este miércoles, cuando las hinchadas del fútbol argentino acompañen a los jubilados en un nuevo reclamo por sus derechos adquiridos y ahora saqueados. Fue la de Chacarita que arrancó primero, viendo como a los viejos se los maltrataba, se los golpeaba, se los ninguneaba y se los invisibilizada. Ahora son, al menos, medio centenar de clubes que estarán presentes en una nueva marcha histórica.

Histórica, porque aquellos que son sólo un ombligo de la historia que tergiversan relatosgenerando monstruos de propias soledades provocaron lo que nadie: juntar a enemigos irreconciliables. Hay que ser extraordinariamente pelotudo o ineficaz (o ambas cosas a la vez) para unir a la del funebrero con la de Atlanta; la de River con la 12 o la Buteller con la de la Quema. Ni hablar la de Chicago con la de Brown de Isidro Casanova o Talleres con Belgrano. O Lanús-Banfield o Ferro-Vélez. O…Es como mixturar a la de Brown con Madryn o Germinal con Racing o Huracán y Newbery para ir a ejemplos locales.

Hasta hace poquito tiempo, esos tipos, algunos de ellos condenados, acusados, sospechados de todas las actividades ilícitas imaginables se preocupaban por la merma en el pago de la cuota societaria, la apretada a algún dirigente por algún favor o la defensa contra algunos capitalistas con prontuarios que pretendían aportar su dinero y privatizar el club; como si este fuera de ellos, después que hubo gente que dejó su prestigio, su plata, su tiempo y su vida para que naciera, gateara, caminara y corriera.

Para esos prohibidos y ocultos, el club era (y es) lo primero. Estaba allí arriba, cerquita del Dios supremo y al lado de pequeñas deidades que alguna vez le dieron alguna alegría ante tanta oscuridad.

Y la vieja. Mamá o abuela.

Sin embargo en tiempos de dólares, de estafas con criptomonedas, de gas pimienta y palos, de saqueos; apareció la resistencia de la identidad.

Es que le pegaron a la vieja. A la vieja equivocada.

El almacén de nuestra memoria se llama biblioteca, perotambién son los viejos de los que somos una extensión de su identidad.

Y los clubes son eso. Los clubes son un puente. Y si no hay puentes, no hay nada de nada. Son los hechos con la memoria y la gloria. Esa de todos los días. La que nos mantiene vivos ante tanta muerte.

Son el elemento cultural que nos une y que perpetúan los fugitivos momentos. Los que te llevan de viaje por terrenos desconocidos aun sin quererlo.

Este miércoles de movilización, será un instante eterno, donde el pasado y el presente se confunden; donde los segundos se transforman en ecos y los ecos en círculos interminables. Será lo que fuiste, lo que sos y lo que serás reunidos en un mural infinito en las paredes del alma.

Es un juramento hecho en la frontera entre la vida y el olvido. Entre su vejez de héroe sin miedo a nada y nadie y al de la vieja equivocada que fue agredida. La mamá o la abuela de todos y cada uno.

Uno se enamora de la mirada y no de los ojos, de besos y no de bocas, de todo lo que siente y no de lo que toca.

Bien, desde este miércoles habrá que enamorarse de las hinchadas argentinas, esas que tienen más historias que años y que le ponen coraje cuando el mundo les da la espalda. Que tienen miedo y aceleran y las que se mantienen fieles y no cambian.

Y habrá que ver quién se les anima. A la vieja equivocada.

Enterate de las noticias de DEPORTES a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
La tricolor de Chacarita presente, primero que todas. El miércoles, muchas más.
10 MAR 2025 - 19:56

Por Juan Miguel BIgrevich / Redacción Jornada

Me gustan los pueblos chicos de gesto antiguo que se dan la mano para vencer y que unen las fiestas sin fecha de vencimiento. Y eso se puede producir este miércoles, cuando las hinchadas del fútbol argentino acompañen a los jubilados en un nuevo reclamo por sus derechos adquiridos y ahora saqueados. Fue la de Chacarita que arrancó primero, viendo como a los viejos se los maltrataba, se los golpeaba, se los ninguneaba y se los invisibilizada. Ahora son, al menos, medio centenar de clubes que estarán presentes en una nueva marcha histórica.

Histórica, porque aquellos que son sólo un ombligo de la historia que tergiversan relatosgenerando monstruos de propias soledades provocaron lo que nadie: juntar a enemigos irreconciliables. Hay que ser extraordinariamente pelotudo o ineficaz (o ambas cosas a la vez) para unir a la del funebrero con la de Atlanta; la de River con la 12 o la Buteller con la de la Quema. Ni hablar la de Chicago con la de Brown de Isidro Casanova o Talleres con Belgrano. O Lanús-Banfield o Ferro-Vélez. O…Es como mixturar a la de Brown con Madryn o Germinal con Racing o Huracán y Newbery para ir a ejemplos locales.

Hasta hace poquito tiempo, esos tipos, algunos de ellos condenados, acusados, sospechados de todas las actividades ilícitas imaginables se preocupaban por la merma en el pago de la cuota societaria, la apretada a algún dirigente por algún favor o la defensa contra algunos capitalistas con prontuarios que pretendían aportar su dinero y privatizar el club; como si este fuera de ellos, después que hubo gente que dejó su prestigio, su plata, su tiempo y su vida para que naciera, gateara, caminara y corriera.

Para esos prohibidos y ocultos, el club era (y es) lo primero. Estaba allí arriba, cerquita del Dios supremo y al lado de pequeñas deidades que alguna vez le dieron alguna alegría ante tanta oscuridad.

Y la vieja. Mamá o abuela.

Sin embargo en tiempos de dólares, de estafas con criptomonedas, de gas pimienta y palos, de saqueos; apareció la resistencia de la identidad.

Es que le pegaron a la vieja. A la vieja equivocada.

El almacén de nuestra memoria se llama biblioteca, perotambién son los viejos de los que somos una extensión de su identidad.

Y los clubes son eso. Los clubes son un puente. Y si no hay puentes, no hay nada de nada. Son los hechos con la memoria y la gloria. Esa de todos los días. La que nos mantiene vivos ante tanta muerte.

Son el elemento cultural que nos une y que perpetúan los fugitivos momentos. Los que te llevan de viaje por terrenos desconocidos aun sin quererlo.

Este miércoles de movilización, será un instante eterno, donde el pasado y el presente se confunden; donde los segundos se transforman en ecos y los ecos en círculos interminables. Será lo que fuiste, lo que sos y lo que serás reunidos en un mural infinito en las paredes del alma.

Es un juramento hecho en la frontera entre la vida y el olvido. Entre su vejez de héroe sin miedo a nada y nadie y al de la vieja equivocada que fue agredida. La mamá o la abuela de todos y cada uno.

Uno se enamora de la mirada y no de los ojos, de besos y no de bocas, de todo lo que siente y no de lo que toca.

Bien, desde este miércoles habrá que enamorarse de las hinchadas argentinas, esas que tienen más historias que años y que le ponen coraje cuando el mundo les da la espalda. Que tienen miedo y aceleran y las que se mantienen fieles y no cambian.

Y habrá que ver quién se les anima. A la vieja equivocada.