Javier Milei: o estafador o tarado

17 FEB 2025 - 8:04 | Actualizado 17 FEB 2025 - 9:20

Por Esteban Gallo

Javier Milei no puede salir del escándalo en el que cayó solo.

Quedó penosamente vinculado a una estafa de 100 millones de dólares y dejó en la lona a unas 40.000 billeteras cripto que confiaron en lo que él publicó en sus redes.

No se trató de un retwiteo. Fue el Jefe de Estado argentino el que, desde la nada, anunció el proyecto. Y fue él, el que inspiró confianza en los creadores de la criptomoneda.

Cuando Milei la publicitó en su cuenta de X por varias horas y en el lugar más destacado, la gente empezó a comprarla.

Luego, los estafadores atrayeron a los inversionistas y una vez que hubo suficientes inversores que pusieron la biyuya, los fundadores "tiraron de la alfombra" y dejaron a todos en el piso. La moneda tuvo una abrupta caída en su cotización por más del 85% a valores más cercanos a $0 y unas pocas cuentas se llevaron la ganancia calculada entre 70 y 100 millones de dólares.

Es por esto que le están pidiendo el juicio político a Milei.

El presidente dice que es la casta la que lo está atacando, pero eso es una mentira y un disparate.

Cualquier presidente de cualquier lugar del mundo que se hubiera visto involucrado en un escándalo de esta naturaleza seria investigado a fondo.

Hablamos de un caso en el que miles de personas fueron estafadas por culpa del posteo de Milei a favor de una empresa con la que el presidente ha mantenido aceitadas relaciones. Hay fotos y testimonios que certifican los encuentros del Jefe de Estado con los dueños y CEOS de Libra, a quienes recibió en la Casa Rosada, para platicar de inversiones y negocios.

Se sabe también que muchas veces, de estas estafas, participan famosos e infuencers que se llevan un porcentaje o un pago por haber hecho la promoción. Habrá que investigar la conducta del presidente, pero también la de sus asesores y amigos.

No es la casta la que lo pide. Y no debería haber partido político que no lo exigiera, si es que pretenden, de verdad, levantar la bandera de la transparencia.

Los dirigentes políticos de este país, incluidos los de Chubut, no se pueden hacer los distraídos. Calladitos la boca, dan vergüenza.

Cuatro horas después de que estallara el escándalo, Milei borró el twitt, dijo a través de un mensaje que no tiene vinculación con Libra, que se trató de un posteo como tantos otros que hace y que no se había interiorizado de los pormenores del proyecto.

Ni pidió disculpas, ni asumió ningún tipo de responsabilidad.

Para comprender la gravedad del asunto. Si el presidente no hubiese publicado nada, no se hubiese perpetrado ninguna estafa porque nadie hubiese invertido en una criptomoneda desconocida.

El presidente Milei fue partícipe necesario de la estafa y por esa sencilla razón tiene que ser sometido a una investigación profunda y por ese mismo motivo tiene que ser sometido a juicio político.

En la instancia que corresponda, el presidente deberá demostrar que no es un estafador, que solo es un tarambana que se mandó una cagada mayúscula de la que tendrá que rendir cuentas.

Acá no hay vueltas. O es una cosa o la otra.

Y sobre esto tienen que reflexionar los que reconocen que el tipo es un perverso, que está medio chiflado, que vulnera derechos y libertades adquiridas, pero que justifican su apoyo porque creen que en temas económicos el tipo es un capo, un genio, una luz.

Miren lo que el campeón acaba de hacer.

Para justificarse, posteó en sus redes que no conocía el proyecto, que no estaba interiorizado.

Es decir que, tenemos un presidente poco serio, que postea cosas que no chequea, que manda al muere a miles de compatriotas con información no verificada. Ni genio, ni experto ni capo, es un improvisado total, un tipo que se vende como un crack de la economía pero que es un chantapufi de cuarta que cayó como un principiante y mandó a la lona a miles de personas que confiaron en él.

Todo esto, en caso de que no fuera un estafador.

Que tomen nota los seguidores de Milei, que, incluso después de este episodio patético lo siguen apoyando, aunque para ello, se tengan que hacer los tontos, como perro travieso que pateó la olla.

No hay mucho para discutir.

O es un estafador o es un tarado.

Y como doy por sentado que ningún mileísta aceptará que “el peluca” es un delincuente, deberán aceptar tristemente que no es el genio que creían tener de presidente.

Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio.

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
17 FEB 2025 - 8:04

Por Esteban Gallo

Javier Milei no puede salir del escándalo en el que cayó solo.

Quedó penosamente vinculado a una estafa de 100 millones de dólares y dejó en la lona a unas 40.000 billeteras cripto que confiaron en lo que él publicó en sus redes.

No se trató de un retwiteo. Fue el Jefe de Estado argentino el que, desde la nada, anunció el proyecto. Y fue él, el que inspiró confianza en los creadores de la criptomoneda.

Cuando Milei la publicitó en su cuenta de X por varias horas y en el lugar más destacado, la gente empezó a comprarla.

Luego, los estafadores atrayeron a los inversionistas y una vez que hubo suficientes inversores que pusieron la biyuya, los fundadores "tiraron de la alfombra" y dejaron a todos en el piso. La moneda tuvo una abrupta caída en su cotización por más del 85% a valores más cercanos a $0 y unas pocas cuentas se llevaron la ganancia calculada entre 70 y 100 millones de dólares.

Es por esto que le están pidiendo el juicio político a Milei.

El presidente dice que es la casta la que lo está atacando, pero eso es una mentira y un disparate.

Cualquier presidente de cualquier lugar del mundo que se hubiera visto involucrado en un escándalo de esta naturaleza seria investigado a fondo.

Hablamos de un caso en el que miles de personas fueron estafadas por culpa del posteo de Milei a favor de una empresa con la que el presidente ha mantenido aceitadas relaciones. Hay fotos y testimonios que certifican los encuentros del Jefe de Estado con los dueños y CEOS de Libra, a quienes recibió en la Casa Rosada, para platicar de inversiones y negocios.

Se sabe también que muchas veces, de estas estafas, participan famosos e infuencers que se llevan un porcentaje o un pago por haber hecho la promoción. Habrá que investigar la conducta del presidente, pero también la de sus asesores y amigos.

No es la casta la que lo pide. Y no debería haber partido político que no lo exigiera, si es que pretenden, de verdad, levantar la bandera de la transparencia.

Los dirigentes políticos de este país, incluidos los de Chubut, no se pueden hacer los distraídos. Calladitos la boca, dan vergüenza.

Cuatro horas después de que estallara el escándalo, Milei borró el twitt, dijo a través de un mensaje que no tiene vinculación con Libra, que se trató de un posteo como tantos otros que hace y que no se había interiorizado de los pormenores del proyecto.

Ni pidió disculpas, ni asumió ningún tipo de responsabilidad.

Para comprender la gravedad del asunto. Si el presidente no hubiese publicado nada, no se hubiese perpetrado ninguna estafa porque nadie hubiese invertido en una criptomoneda desconocida.

El presidente Milei fue partícipe necesario de la estafa y por esa sencilla razón tiene que ser sometido a una investigación profunda y por ese mismo motivo tiene que ser sometido a juicio político.

En la instancia que corresponda, el presidente deberá demostrar que no es un estafador, que solo es un tarambana que se mandó una cagada mayúscula de la que tendrá que rendir cuentas.

Acá no hay vueltas. O es una cosa o la otra.

Y sobre esto tienen que reflexionar los que reconocen que el tipo es un perverso, que está medio chiflado, que vulnera derechos y libertades adquiridas, pero que justifican su apoyo porque creen que en temas económicos el tipo es un capo, un genio, una luz.

Miren lo que el campeón acaba de hacer.

Para justificarse, posteó en sus redes que no conocía el proyecto, que no estaba interiorizado.

Es decir que, tenemos un presidente poco serio, que postea cosas que no chequea, que manda al muere a miles de compatriotas con información no verificada. Ni genio, ni experto ni capo, es un improvisado total, un tipo que se vende como un crack de la economía pero que es un chantapufi de cuarta que cayó como un principiante y mandó a la lona a miles de personas que confiaron en él.

Todo esto, en caso de que no fuera un estafador.

Que tomen nota los seguidores de Milei, que, incluso después de este episodio patético lo siguen apoyando, aunque para ello, se tengan que hacer los tontos, como perro travieso que pateó la olla.

No hay mucho para discutir.

O es un estafador o es un tarado.

Y como doy por sentado que ningún mileísta aceptará que “el peluca” es un delincuente, deberán aceptar tristemente que no es el genio que creían tener de presidente.

Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio.


NOTICIAS RELACIONADAS