El pasado sábado a las 17 horas, un grupo de vecinos de Camarones se manifestaron en el marco de la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista. Eran quince personas concentradas en el paseo costero de la localidad. Sin embargo, a pocos minutos de arribar los sorprendió ver que dos efectivos de Prefectura los estaban vigilando.
“Desde el momento en que nos reunimos los vimos detrás de los tamariscos. Al principio no nos dimos cuenta que nos espiaban a nosotros y hasta bromeábamos con que era la primera ves que veíamos a Prefectura caminando por la costa”, detalló a Jornada Graciela Fernández, una de las manifestantes, quien trabaja como guía de turismo y auxiliar de apoyo a la inclusión en la escuela secundaria.
Fue recién cuando sacaron las cámaras – agregó – que se dieron cuenta que los estaban observando a ellos. “Empezaron a grabar y tomar fotos. Estuvieron aproximadamente una hora ahí. Subían a la camioneta, después volvían, caminaban cien metros por delante nuestro y después por atrás”, recordó.
En un momento, una de las manifestantes se acercó a ellos para consultarles por qué los estaban filmando. “Tranquilos, son cosas nuestras”, dicen que les respondieron.
“Con eso que nos dijeron, varios compañeros y yo también nos pusimos bastante nerviosos, entonces medio en chiste y medio en serio les pregunte si estaban aprovechando a que salga el mar de fondo también y me respondieron que sí. Yo ahí estiré mi remera para que la vean bien y les pregunté si entendían lo que era: era un dibujo hecho con flores de un pañuelo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que lo uso siempre. Ese era el único símbolo que había en toda la manifestación, todo lo demás eramos personas tomando mates”, añadió Graciela.
Pese a lo “nerviosos, asustados y enojados” que estaban, en conjunto decidieron no hacer nada en ese momento, pero algunos de ellos aseguraron que intentarían reunirse con quien esté a cargo de la PNA en Camarones.
Tratando de encontrarle una explicación a este accionar, Graciela aseguró que para ella no fue coincidencia lo que pasó porque “en quince años que vivo en Camarones jamás vi patrullar a la PNA, porque todo lo que sucede en la costa lo interviene la Policía provincial. Fue inédito y por eso estamos doblemente alertados quienes estuvimos en esa ronda”, confesó.
El pasado sábado a las 17 horas, un grupo de vecinos de Camarones se manifestaron en el marco de la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista. Eran quince personas concentradas en el paseo costero de la localidad. Sin embargo, a pocos minutos de arribar los sorprendió ver que dos efectivos de Prefectura los estaban vigilando.
“Desde el momento en que nos reunimos los vimos detrás de los tamariscos. Al principio no nos dimos cuenta que nos espiaban a nosotros y hasta bromeábamos con que era la primera ves que veíamos a Prefectura caminando por la costa”, detalló a Jornada Graciela Fernández, una de las manifestantes, quien trabaja como guía de turismo y auxiliar de apoyo a la inclusión en la escuela secundaria.
Fue recién cuando sacaron las cámaras – agregó – que se dieron cuenta que los estaban observando a ellos. “Empezaron a grabar y tomar fotos. Estuvieron aproximadamente una hora ahí. Subían a la camioneta, después volvían, caminaban cien metros por delante nuestro y después por atrás”, recordó.
En un momento, una de las manifestantes se acercó a ellos para consultarles por qué los estaban filmando. “Tranquilos, son cosas nuestras”, dicen que les respondieron.
“Con eso que nos dijeron, varios compañeros y yo también nos pusimos bastante nerviosos, entonces medio en chiste y medio en serio les pregunte si estaban aprovechando a que salga el mar de fondo también y me respondieron que sí. Yo ahí estiré mi remera para que la vean bien y les pregunté si entendían lo que era: era un dibujo hecho con flores de un pañuelo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que lo uso siempre. Ese era el único símbolo que había en toda la manifestación, todo lo demás eramos personas tomando mates”, añadió Graciela.
Pese a lo “nerviosos, asustados y enojados” que estaban, en conjunto decidieron no hacer nada en ese momento, pero algunos de ellos aseguraron que intentarían reunirse con quien esté a cargo de la PNA en Camarones.
Tratando de encontrarle una explicación a este accionar, Graciela aseguró que para ella no fue coincidencia lo que pasó porque “en quince años que vivo en Camarones jamás vi patrullar a la PNA, porque todo lo que sucede en la costa lo interviene la Policía provincial. Fue inédito y por eso estamos doblemente alertados quienes estuvimos en esa ronda”, confesó.