Por Lorena Leeming / Redacción Jornada
El dolor atraviesa, la incertidumbre desespera y nadie puede empatizar con cientos de personas que aterradas escuchan al presidente de la Nación anunciar que su intención es eliminar la figura de femicidio. Las causas en el país que esperan un juicio justo son miles, las víctimas sufren a flor de piel el avance de una política antiderechos que pueda suavizar penas en crímenes de extrema crueldad. Uno de los casos es el de Mirna, la mujer que fue asesinada en junio del año pasado por un hombre que acababa de conocer. El caso está aún en investigación. Una de sus hijas, en una entrevista de con Jornada no dudó en reconocer que siente “peligro” no miedo: “peligro”. Peligro por la memoria de su mamá, a su honor y al de tantas mujeres vulneradas que no son escuchadas y que han perdido sus seres queridos en hechos sangrientos y deshumanizantes. “Cambiar la carátula es deshumanizar”, reveló.
La joven, prefirió no revelar su identidad. Pero alzó su voz. Y clara. Fuerte, a pesar de la angustia y la revictimización constante que sufre estos días al ver amenazada una forma de “obtener justicia” por tanto sufrimiento, por tanta locura y la inimaginable manera de no poder entender semejante situación que la llevó a perder a su mamá.
“Lo que siento es peligro. Es amenaza al género y al dolor de las personas que somos víctimas de estos casos de femicidio. Se conoce que tiene un trasfondo mucho más maléfico. Más fuerte que cambiar una carátula en un archivo. Si bien eso reduce un montón de cuestiones y reduce penas y da posibilidades o derechos a un femicidio, tiene un trasfondo político en el que da un mensaje claro a la sociedad en el que las mujeres, nunca vamos a tener derecho a la justicia, nunca vamos a tener el derecho que nos merecemos y estamos limitadas a actuar, a ser, a avanzar”, manifestó.
Y agregó: “Creo que como en 2016 hay que hacerlo ahora. En ese momento, se reorganizó Argentina y dijo: Ni una Mas y Ni Una menos y luchó por tantos derechos que hoy tenemos (lamentablemente) que seguir luchando. Nos pueden aplastar cualquier derecho conquistado”, deslizó.
La vida cotidiana, lo diario, se vuelve insostenible. Pero la vida sigue y solo quien ha estado en los zapatos de quien lo padece puede siquiera tener noción de ello. “Como víctima junto a mis hermanos, mi familia en general no nos pueden decir qué se siente. Es un gran dolor el que atravesamos. Incluso como mujeres, nos vulneran como mujeres, como hijas, como madres, hermanas, abuelas. Por ahí, siento que cambiar una carátula implica cambiar cuestiones sociales para hacer política a una ideología que le conviene o le interesa”, reveló.
Reiteró la hija de Mirna que “como hija que atraviesa el duelo y espera un juicio justo, me siento indignada y siento peligro. Es la palabra que defino la situación y la de mi familia. Peligro a la memoria de mamá, al honor y al de tanto otras mujeres que hoy atraviesan este tipo de situaciones y no son escuchadas. También a todas esas mujeres que han perdido a un ser querido, en hechos tan sangrientos y deshumanizantes. Cambiar una carátula deshumaniza. Me atrevería a decir que deshumaniza a las sociedades. Me parece injusto”, describió.
Mucho más, agregó la joven “para quienes hoy padecemos la ausencia de un ser querido. Y más de una madre, que es la persona que nos da la vida, la que nos da el primer sentimiento de amor. La deshumanización y el peligro en el que hoy nos vemos las mujeres es gravísimo como para que hay este tipo de avanzada en la que nos quieren callar y habilitar la posibilidad de reducir condenas, penas, de conseguir otro tipo de derechos dentro de la privación de la libertad”, remarcó.
Al abordar la temática de femicidios, siempre es válido agregar que el tema no termina ahí. En la muerte de la mujer. Muchas veces, el crimen es causado por el padre de hijos en común y son ellos los que -automáticamente- se quedan sin madre y sin padre. Es decir, huérfanos. Por lo tanto, esa muerte se transforma en una situación mucho más grave que se suma al dolor y al sufrimiento. La hija de Mirna aseguró tener conocimiento de este panorama por el contacto que tuvo y tiene con otras víctimas. “Hay una comisión que trabaja en eso y hay que decir que el femicidio va más allá de un homicidio común. Cualquier asesinato es grave. Pero no es igual. No es lo mismo tener el poder ni la tranquilidad y satisfacción de decir que la maté porque pude , porque el sistema me lo permite y no me va a castigar”, graficó.
La joven, conteniendo su dolor en todo momento, es clarísima en sus conceptos y denota una clara lucha para que el asesinato de su mamá no quede impune, que el femicida pague lo que hizo. Y lo antes posible. “Hablar en muchos lados de femicidio es bastante subjetivo. Hoy Argentina con la tasa alta de femicidios que tiene y con la cantidad de casos que vivimos de acoso, de violación, cuántas situaciones de violaciones y acoso hemos tenido como para permitir esta avanzada. Hay que tener conciencia de lo que está sucediendo en nuestro territorio y es una pena que todavía tengamos que salir a discutir”, reveló.
Aclaró que en función del anuncio que pone en jaque a muchas víctimas y reafirma la incertidumbre en el momento menos indicado, la joven indicó que “hablarlo es también una revictimización. Que yo tenga que estar hoy acá con un medio o con otras compañeras, es un un daño psicológico. No es fácil estar recordando todos los días de tu vida lo que le ha pasado a tu madre, lo que ha sufrido tu madre. Entonces me parece que también es una falta de respeto hacia las víctimas nadie nos puede decir que sentimos y nadie va a saber qué se siente hasta que no suceda”, reiteró.
Utilizó una frase muy sencilla pero pedagógica para dirigirse a las autoridades, a las personas que tengan poder de decisión: “No les diría que se pongan en el lugar de una víctima de femicidio. Eso sería muy doloroso. Les pediría que piensen que están cambiando a una sociedad a la degradación total. Están quitándole derechos a miles y millones de mujeres que sufren y tienen que resistir. Que tengan presencia y lealtad con lo que juran o prometen al momento de llegar al poder. Prometen y le dan su palabra a la justicia, a la igualdad y a los derechos. Que piensen a quienes les quitan el derecho y además, el dolor que provocan si lo hacen”.
Para finalizar, también tuvo palabras para el resto de la sociedad. “A los movimientos, colectivos y mujeres, les pido que nos reorganicemos y sigamos tomando las calles y todas las herramientas necesarias para no dejar de insistir. Nos estamos jugando la vida. Corre peligro nuestra vida y tenemos que honrarla. Tengo q honrar la vida de mi mamá. Que piensen a lo que juraron y hagan honor a los derechos que pueden defender entre ellos lo de la mujer”, concluyó.
Por Lorena Leeming / Redacción Jornada
El dolor atraviesa, la incertidumbre desespera y nadie puede empatizar con cientos de personas que aterradas escuchan al presidente de la Nación anunciar que su intención es eliminar la figura de femicidio. Las causas en el país que esperan un juicio justo son miles, las víctimas sufren a flor de piel el avance de una política antiderechos que pueda suavizar penas en crímenes de extrema crueldad. Uno de los casos es el de Mirna, la mujer que fue asesinada en junio del año pasado por un hombre que acababa de conocer. El caso está aún en investigación. Una de sus hijas, en una entrevista de con Jornada no dudó en reconocer que siente “peligro” no miedo: “peligro”. Peligro por la memoria de su mamá, a su honor y al de tantas mujeres vulneradas que no son escuchadas y que han perdido sus seres queridos en hechos sangrientos y deshumanizantes. “Cambiar la carátula es deshumanizar”, reveló.
La joven, prefirió no revelar su identidad. Pero alzó su voz. Y clara. Fuerte, a pesar de la angustia y la revictimización constante que sufre estos días al ver amenazada una forma de “obtener justicia” por tanto sufrimiento, por tanta locura y la inimaginable manera de no poder entender semejante situación que la llevó a perder a su mamá.
“Lo que siento es peligro. Es amenaza al género y al dolor de las personas que somos víctimas de estos casos de femicidio. Se conoce que tiene un trasfondo mucho más maléfico. Más fuerte que cambiar una carátula en un archivo. Si bien eso reduce un montón de cuestiones y reduce penas y da posibilidades o derechos a un femicidio, tiene un trasfondo político en el que da un mensaje claro a la sociedad en el que las mujeres, nunca vamos a tener derecho a la justicia, nunca vamos a tener el derecho que nos merecemos y estamos limitadas a actuar, a ser, a avanzar”, manifestó.
Y agregó: “Creo que como en 2016 hay que hacerlo ahora. En ese momento, se reorganizó Argentina y dijo: Ni una Mas y Ni Una menos y luchó por tantos derechos que hoy tenemos (lamentablemente) que seguir luchando. Nos pueden aplastar cualquier derecho conquistado”, deslizó.
La vida cotidiana, lo diario, se vuelve insostenible. Pero la vida sigue y solo quien ha estado en los zapatos de quien lo padece puede siquiera tener noción de ello. “Como víctima junto a mis hermanos, mi familia en general no nos pueden decir qué se siente. Es un gran dolor el que atravesamos. Incluso como mujeres, nos vulneran como mujeres, como hijas, como madres, hermanas, abuelas. Por ahí, siento que cambiar una carátula implica cambiar cuestiones sociales para hacer política a una ideología que le conviene o le interesa”, reveló.
Reiteró la hija de Mirna que “como hija que atraviesa el duelo y espera un juicio justo, me siento indignada y siento peligro. Es la palabra que defino la situación y la de mi familia. Peligro a la memoria de mamá, al honor y al de tanto otras mujeres que hoy atraviesan este tipo de situaciones y no son escuchadas. También a todas esas mujeres que han perdido a un ser querido, en hechos tan sangrientos y deshumanizantes. Cambiar una carátula deshumaniza. Me atrevería a decir que deshumaniza a las sociedades. Me parece injusto”, describió.
Mucho más, agregó la joven “para quienes hoy padecemos la ausencia de un ser querido. Y más de una madre, que es la persona que nos da la vida, la que nos da el primer sentimiento de amor. La deshumanización y el peligro en el que hoy nos vemos las mujeres es gravísimo como para que hay este tipo de avanzada en la que nos quieren callar y habilitar la posibilidad de reducir condenas, penas, de conseguir otro tipo de derechos dentro de la privación de la libertad”, remarcó.
Al abordar la temática de femicidios, siempre es válido agregar que el tema no termina ahí. En la muerte de la mujer. Muchas veces, el crimen es causado por el padre de hijos en común y son ellos los que -automáticamente- se quedan sin madre y sin padre. Es decir, huérfanos. Por lo tanto, esa muerte se transforma en una situación mucho más grave que se suma al dolor y al sufrimiento. La hija de Mirna aseguró tener conocimiento de este panorama por el contacto que tuvo y tiene con otras víctimas. “Hay una comisión que trabaja en eso y hay que decir que el femicidio va más allá de un homicidio común. Cualquier asesinato es grave. Pero no es igual. No es lo mismo tener el poder ni la tranquilidad y satisfacción de decir que la maté porque pude , porque el sistema me lo permite y no me va a castigar”, graficó.
La joven, conteniendo su dolor en todo momento, es clarísima en sus conceptos y denota una clara lucha para que el asesinato de su mamá no quede impune, que el femicida pague lo que hizo. Y lo antes posible. “Hablar en muchos lados de femicidio es bastante subjetivo. Hoy Argentina con la tasa alta de femicidios que tiene y con la cantidad de casos que vivimos de acoso, de violación, cuántas situaciones de violaciones y acoso hemos tenido como para permitir esta avanzada. Hay que tener conciencia de lo que está sucediendo en nuestro territorio y es una pena que todavía tengamos que salir a discutir”, reveló.
Aclaró que en función del anuncio que pone en jaque a muchas víctimas y reafirma la incertidumbre en el momento menos indicado, la joven indicó que “hablarlo es también una revictimización. Que yo tenga que estar hoy acá con un medio o con otras compañeras, es un un daño psicológico. No es fácil estar recordando todos los días de tu vida lo que le ha pasado a tu madre, lo que ha sufrido tu madre. Entonces me parece que también es una falta de respeto hacia las víctimas nadie nos puede decir que sentimos y nadie va a saber qué se siente hasta que no suceda”, reiteró.
Utilizó una frase muy sencilla pero pedagógica para dirigirse a las autoridades, a las personas que tengan poder de decisión: “No les diría que se pongan en el lugar de una víctima de femicidio. Eso sería muy doloroso. Les pediría que piensen que están cambiando a una sociedad a la degradación total. Están quitándole derechos a miles y millones de mujeres que sufren y tienen que resistir. Que tengan presencia y lealtad con lo que juran o prometen al momento de llegar al poder. Prometen y le dan su palabra a la justicia, a la igualdad y a los derechos. Que piensen a quienes les quitan el derecho y además, el dolor que provocan si lo hacen”.
Para finalizar, también tuvo palabras para el resto de la sociedad. “A los movimientos, colectivos y mujeres, les pido que nos reorganicemos y sigamos tomando las calles y todas las herramientas necesarias para no dejar de insistir. Nos estamos jugando la vida. Corre peligro nuestra vida y tenemos que honrarla. Tengo q honrar la vida de mi mamá. Que piensen a lo que juraron y hagan honor a los derechos que pueden defender entre ellos lo de la mujer”, concluyó.