Editorial / Ninguneadas, cero ayuda y un Estado nacional que se retira del terreno

Los jubilados en uno de sus reclamos en el PAMI Esquel.
27 JUL 2024 - 18:58 | Actualizado 28 JUL 2024 - 9:56

El dato duro indica que el Gobierno Nacional rescindió contratos de alquileres estatales por $ 2 mil millones para desprenderse de más de 70 oficinas en todo el país, incluido Chubut, lo que para la gestión libertaria supone un ahorro anual de $ 2.298.218.220.

Este toque de motosierra incluye dependencias de la Secretaría de Turismo y Deporte, la Superintendencia de Servicios de Salud, la Secretaría de Industria y Desarrollo, ANSES, AFIP, INADI, ENARGAS y ENACOM, entre otros organismos.

Lo que Casa Rosada disfraza de ahorro es otro paso del desmantelamiento del aparato estatal, esa red pública imprescindible para llegar a localidades y pueblos donde el sector privado no siquiera quiere estar.

Ni hablar de provincias enormes y periféricas como Chubut. Las distancias sólo van a empeorar un esquema que se basa en dejar la mínima infraestructura posible. Cualquier vecino sabe la ineficacia de escribir mails, usar redes sociales o llamar a un 0-800 para cualquier trámite más o menos complejo.

Pensando en nuestra región, esta semana hubo señales claras al respecto.

Primero, ante la desastrosa atención del PAMI en ciudades críticas como Esquel y Puerto Madryn, el gobernador Nacho Torres anunció una Ley de Protección de Adultos Mayores que propicia beneficios para los Centros de Jubilados, además de asistencia legal. Es de locos que nuestros adultos mayores requieran de todavía más legislación para protegerse del destrato. La explicación es una sola: el Estado quiere irse y dejarlos a la buena de Dios. Y rápido, si fuera posible.

El otro ejemplo lo dio el intendente de Trelew, Gerardo Merino. Tras recibir a la ministra de Desarrollo Humano Florencia Papaiani, el jefe comunal admitió que la comuna hace malabarismos para ayudar a las familias más vulnerables en un invierno durísimo como pocos. Y subrayó que ningún auxilio llegó desde Casa Rosada, que mira el frío y la nieve por TV. Mientras, la flamante ministra intentará esta semana ser recibida por Sandra Pettovello, la inefable ministra de Capital Humano de la Nación. No es difícil adivinar lo que sucederá.

Por si faltaran, otro dato: en Capital Federal, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, sigue recibiendo ninguneadas de las segundas líneas libertarias. El último chiste es que en el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento le dijeron que se perdió el proyecto para construir un nuevo acueducto entre el río Chubut y la ciudad. Ese documento técnico vital para abastecerse de agua espera hace dos años y es un exhaustivo trabajo de los profesionales municipales y de Servicoop. Lo que queda del Estado inaugura así otro formato para desentenderse de los reclamos: directamente extraviar los papeles que primero exigió. Ya no hacen falta ni promesas rotas. Lo que no está, no existe.

Si las primeras líneas dirigenciales no reciben más que desgano, ¿qué cabe aguardar para los chubutenses de a pie? No son tampoco decisiones furiosas sino más bien una política por goteo. Apenas metemos un balde para contener una fuga, ya inició otra en otra parte del organigrama, una suerte de techo que se desvanece al ritmo de la gestión nacional.

Entre respuestas que se parecen a una tomada de pelo, ausencia de ayuda y obligaciones estatales que se diluyen, el Gobierno provincial se las ingenia para un trabajo de contención cada vez más amplio y difícil, aunque con recursos finitos.

El gobernador Nacho Torres lo dice seguido: Chubut necesita una agenda de futuro. La Ley de Educación Financiera va en esa dirección. Pero es titánico explorar nuevos y necesarios terrenos cuando los problemas de siempre se profundizan o al menos siguen ahí.

Se necesitan más interlocutores sólidos con Nación. Por centralidad que su figura tenga, la carga del vínculo institucional no puede recaer sólo en Torres. Hace falta movimiento, gestión, pulmón político, contactos, para recuperar presencia del Estado.

Los legisladores nacionales tienen una responsabilidad en golpear la mesa de vez en cuando. Pensemos por ejemplo en todo lo que podría construir César Treffinger, el único diputado por Chubut de La Libertad Avanza, en cuanto conozca su provincia y sus problemas.

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Los jubilados en uno de sus reclamos en el PAMI Esquel.
27 JUL 2024 - 18:58

El dato duro indica que el Gobierno Nacional rescindió contratos de alquileres estatales por $ 2 mil millones para desprenderse de más de 70 oficinas en todo el país, incluido Chubut, lo que para la gestión libertaria supone un ahorro anual de $ 2.298.218.220.

Este toque de motosierra incluye dependencias de la Secretaría de Turismo y Deporte, la Superintendencia de Servicios de Salud, la Secretaría de Industria y Desarrollo, ANSES, AFIP, INADI, ENARGAS y ENACOM, entre otros organismos.

Lo que Casa Rosada disfraza de ahorro es otro paso del desmantelamiento del aparato estatal, esa red pública imprescindible para llegar a localidades y pueblos donde el sector privado no siquiera quiere estar.

Ni hablar de provincias enormes y periféricas como Chubut. Las distancias sólo van a empeorar un esquema que se basa en dejar la mínima infraestructura posible. Cualquier vecino sabe la ineficacia de escribir mails, usar redes sociales o llamar a un 0-800 para cualquier trámite más o menos complejo.

Pensando en nuestra región, esta semana hubo señales claras al respecto.

Primero, ante la desastrosa atención del PAMI en ciudades críticas como Esquel y Puerto Madryn, el gobernador Nacho Torres anunció una Ley de Protección de Adultos Mayores que propicia beneficios para los Centros de Jubilados, además de asistencia legal. Es de locos que nuestros adultos mayores requieran de todavía más legislación para protegerse del destrato. La explicación es una sola: el Estado quiere irse y dejarlos a la buena de Dios. Y rápido, si fuera posible.

El otro ejemplo lo dio el intendente de Trelew, Gerardo Merino. Tras recibir a la ministra de Desarrollo Humano Florencia Papaiani, el jefe comunal admitió que la comuna hace malabarismos para ayudar a las familias más vulnerables en un invierno durísimo como pocos. Y subrayó que ningún auxilio llegó desde Casa Rosada, que mira el frío y la nieve por TV. Mientras, la flamante ministra intentará esta semana ser recibida por Sandra Pettovello, la inefable ministra de Capital Humano de la Nación. No es difícil adivinar lo que sucederá.

Por si faltaran, otro dato: en Capital Federal, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, sigue recibiendo ninguneadas de las segundas líneas libertarias. El último chiste es que en el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento le dijeron que se perdió el proyecto para construir un nuevo acueducto entre el río Chubut y la ciudad. Ese documento técnico vital para abastecerse de agua espera hace dos años y es un exhaustivo trabajo de los profesionales municipales y de Servicoop. Lo que queda del Estado inaugura así otro formato para desentenderse de los reclamos: directamente extraviar los papeles que primero exigió. Ya no hacen falta ni promesas rotas. Lo que no está, no existe.

Si las primeras líneas dirigenciales no reciben más que desgano, ¿qué cabe aguardar para los chubutenses de a pie? No son tampoco decisiones furiosas sino más bien una política por goteo. Apenas metemos un balde para contener una fuga, ya inició otra en otra parte del organigrama, una suerte de techo que se desvanece al ritmo de la gestión nacional.

Entre respuestas que se parecen a una tomada de pelo, ausencia de ayuda y obligaciones estatales que se diluyen, el Gobierno provincial se las ingenia para un trabajo de contención cada vez más amplio y difícil, aunque con recursos finitos.

El gobernador Nacho Torres lo dice seguido: Chubut necesita una agenda de futuro. La Ley de Educación Financiera va en esa dirección. Pero es titánico explorar nuevos y necesarios terrenos cuando los problemas de siempre se profundizan o al menos siguen ahí.

Se necesitan más interlocutores sólidos con Nación. Por centralidad que su figura tenga, la carga del vínculo institucional no puede recaer sólo en Torres. Hace falta movimiento, gestión, pulmón político, contactos, para recuperar presencia del Estado.

Los legisladores nacionales tienen una responsabilidad en golpear la mesa de vez en cuando. Pensemos por ejemplo en todo lo que podría construir César Treffinger, el único diputado por Chubut de La Libertad Avanza, en cuanto conozca su provincia y sus problemas.


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