Merino marca la cancha
- Por Esteban Gallo
Gerardo Merino marcó la cancha cuando el viernes pasado en este programa dijo: “No vamos a permitir más que esta persona (por Jacqueline “La Monita” Williams) venga al municipio, pare su camioneta donde quiera y entre a los gritos, como lo hacía en la gestión anterior”.
Sin eufemismos, el intendente de Trelew afirmó que “a la Municipalidad no entrarán más punteros, delincuentes ni patoteros” y le sugirió que “venda la camioneta Ranger 4x4 con la que se moviliza y se ponga un kiosco”.
Desde que fue electo intendente de Trelew, el pasado 16 de abril, dirigentes políticos, referentes sociales, vecinos de la ciudad, y también periodistas, nos preguntábamos con qué receta, el intendente radical iba manejar a ciertos personajes enquistados en el municipio, dotados de privilegios y de poder.
Hablamos de privilegios y poder real. Es vox pópuli que algunos de estos individuos habían montado una maquinaria paralela al municipio con la que podían emitir un registro de conducir en 48 horas.
Lidiar con actos de inmoralidad, cometidos por personajes “pesados” y “cebados”, que manejaban negocios millonarios, requiere determinación y coraje.
Cuando Merino dice: “Estos delincuentes y patoteros acá no entran más” está enviando un mensaje muy poderoso hacia adentro y hacia afuera del municipio.
No solo está diciendo “no les tengo miedo, acá el que manda soy yo y nadie me va a pasar por arriba” sino que además establece las bases en las que edificará su gestión de gobierno: legalidad, transparencia, honestidad. Al mismo tiempo, le transmite a la comunidad de Trelew la convicción de que el cambio que prometió en campaña, es real y es posible.
Es verdad que Merino tiene otros problemas más importantes para resolver. El tema de la inseguridad es uno de ellos. Trelew necesita articular apropiadamente el trabajo de la policía con el de la Justicia y el de la Provincia con el Municipio, para abordar con eficiencia el flagelo de la delincuencia que hace estragos en cada rincón de la ciudad. La tarea incluye atacar el problema de raíz con la implementación de políticas de prevención en el que el deporte, la cultura y la escuela sean herramientas de desarrollo social.
Trelew necesita generar trabajo, recuperar el interés de los inversores, reconvertir su capacidad industrial, potenciar el turismo, recobrar el protagonismo que la convirtieron en una ciudad competitiva y de progreso.
“Ponerle los puntos” a “la Monita” Williams no resuelve la infinidad de problemas y las necesidades centrales que tiene la ciudad. Pero representa la impronta de un intendente fuerte, que establece pautas de conducta y de manejo que inspiran confianza en la sociedad.
Hay gestos de la comunidad que convalidan lo que estoy diciendo. Que los vecinos de Trelew hayan hecho cola en las puertas del municipio para acogerse a los beneficios de la moratoria impositiva es una clara muestra de acompañamiento al Ejecutivo municipal.
En medio de la incertidumbre generada por las medidas económicas del gobierno nacional que ya están golpeando en el bolsillo de los contribuyentes, la comunidad respondió con creces. Y detrás de esa decisión, hay un voto de confianza y un deseo de colaborar con la gestión de Gerardo Merino.
En Trelew hay una gran esperanza. La esperanza se alimenta con acciones contundentes. Un intendente fuerte que le dice a los delincuentes que ya no hay lugar para ellos en la comuna, está transmitiendo un mensaje. Ese mensaje refleja un nuevo perfil de ciudad y un modelo de transformación.
Lo ocurrido la semana pasada no representa una victoria definitiva. El jefe comunal y su equipo de gobierno afrontarán otras pruebas y nuevos desafíos. Estos personajes “curtidos” no tiran la toalla tan fácilmente. Pero ya saben que el intendente no tranza y saben también que Merino no está solo, y que detrás de él hay una ciudad entera que quiere un Trelew distinto, libre de patoteros y delincuentes.
- Por Esteban Gallo
Gerardo Merino marcó la cancha cuando el viernes pasado en este programa dijo: “No vamos a permitir más que esta persona (por Jacqueline “La Monita” Williams) venga al municipio, pare su camioneta donde quiera y entre a los gritos, como lo hacía en la gestión anterior”.
Sin eufemismos, el intendente de Trelew afirmó que “a la Municipalidad no entrarán más punteros, delincuentes ni patoteros” y le sugirió que “venda la camioneta Ranger 4x4 con la que se moviliza y se ponga un kiosco”.
Desde que fue electo intendente de Trelew, el pasado 16 de abril, dirigentes políticos, referentes sociales, vecinos de la ciudad, y también periodistas, nos preguntábamos con qué receta, el intendente radical iba manejar a ciertos personajes enquistados en el municipio, dotados de privilegios y de poder.
Hablamos de privilegios y poder real. Es vox pópuli que algunos de estos individuos habían montado una maquinaria paralela al municipio con la que podían emitir un registro de conducir en 48 horas.
Lidiar con actos de inmoralidad, cometidos por personajes “pesados” y “cebados”, que manejaban negocios millonarios, requiere determinación y coraje.
Cuando Merino dice: “Estos delincuentes y patoteros acá no entran más” está enviando un mensaje muy poderoso hacia adentro y hacia afuera del municipio.
No solo está diciendo “no les tengo miedo, acá el que manda soy yo y nadie me va a pasar por arriba” sino que además establece las bases en las que edificará su gestión de gobierno: legalidad, transparencia, honestidad. Al mismo tiempo, le transmite a la comunidad de Trelew la convicción de que el cambio que prometió en campaña, es real y es posible.
Es verdad que Merino tiene otros problemas más importantes para resolver. El tema de la inseguridad es uno de ellos. Trelew necesita articular apropiadamente el trabajo de la policía con el de la Justicia y el de la Provincia con el Municipio, para abordar con eficiencia el flagelo de la delincuencia que hace estragos en cada rincón de la ciudad. La tarea incluye atacar el problema de raíz con la implementación de políticas de prevención en el que el deporte, la cultura y la escuela sean herramientas de desarrollo social.
Trelew necesita generar trabajo, recuperar el interés de los inversores, reconvertir su capacidad industrial, potenciar el turismo, recobrar el protagonismo que la convirtieron en una ciudad competitiva y de progreso.
“Ponerle los puntos” a “la Monita” Williams no resuelve la infinidad de problemas y las necesidades centrales que tiene la ciudad. Pero representa la impronta de un intendente fuerte, que establece pautas de conducta y de manejo que inspiran confianza en la sociedad.
Hay gestos de la comunidad que convalidan lo que estoy diciendo. Que los vecinos de Trelew hayan hecho cola en las puertas del municipio para acogerse a los beneficios de la moratoria impositiva es una clara muestra de acompañamiento al Ejecutivo municipal.
En medio de la incertidumbre generada por las medidas económicas del gobierno nacional que ya están golpeando en el bolsillo de los contribuyentes, la comunidad respondió con creces. Y detrás de esa decisión, hay un voto de confianza y un deseo de colaborar con la gestión de Gerardo Merino.
En Trelew hay una gran esperanza. La esperanza se alimenta con acciones contundentes. Un intendente fuerte que le dice a los delincuentes que ya no hay lugar para ellos en la comuna, está transmitiendo un mensaje. Ese mensaje refleja un nuevo perfil de ciudad y un modelo de transformación.
Lo ocurrido la semana pasada no representa una victoria definitiva. El jefe comunal y su equipo de gobierno afrontarán otras pruebas y nuevos desafíos. Estos personajes “curtidos” no tiran la toalla tan fácilmente. Pero ya saben que el intendente no tranza y saben también que Merino no está solo, y que detrás de él hay una ciudad entera que quiere un Trelew distinto, libre de patoteros y delincuentes.