La otra gran elección

Pasa desapercibido para la mayoría de los ciudadanos de esta provincia, pero su relevancia está fuera de toda discusión.

25 JUL 2023 - 11:27 | Actualizado 25 JUL 2023 - 11:56

Por Esteban Gallo

El domingo, además de elegir gobernador, intendentes, concejales y diputados provinciales, los chubutenses también elegiremos representantes populares al Consejo de la Magistratura.

Aunque las agrupaciones políticas no se ocupen de difundirlo apropiadamente, los aspirantes comparten boleta con las otras categorías. Los periodistas también debemos hacer un mea culpa; rara vez destinamos un espacio para hablar de las cualidades y propuestas de los candidatos al Consejo de la Magistratura.

Este órgano, creado por la Constitución provincial en 1994, tiene en Chubut una historia de 28 años de funcionamiento. El pasado 3 de julio se cumplió un nuevo aniversario de su primera sesión ordinaria.
El papel que le fue asignado es de vital importancia, pues entre otras cosas, se ocupa de la designación de magistrados y funcionarios judiciales, recibe denuncias sobre delitos, faltas o mal desempeño de esas personas, instruye sumarios y eleva las conclusiones del mismo al Superior Tribunal de Justicia o al Tribunal de Enjuiciamiento, según corresponda, y evalúa el desempeño de jueces, defensores y fiscales al cabo de sus primeros tres años de función.

La creación de este órgano extra poderes fue una respuesta a un pedido que cobró fuerza con la recuperación de la democracia en 1983. Hasta entonces, el nombramiento del personal de la magistratura era manejado corporativamente por los poderes político y judicial.

El Consejo de la Magistratura estableció una forma más transparente y democrática de elegir magistrados en Chubut, en la medida en que, a los abogados de la matrícula, los empleados judiciales y los propios magistrados, se sumaron los representantes del pueblo, con sus profesiones y habilidades particulares, lo que permite que cuando se selecciona a un alto funcionario judicial, no solo se tengan en cuenta las virtudes académicas de los candidatos sino también sus cualidades humanas. Es la pluralidad de la integración del Consejo lo que asegura que, la mirada de los diferentes sectores de la comunidad, estén representados en ese lugar de decisión.

Por otra parte, todas las circunscripciones de la provincia están representadas de manera igualitaria en cada uno de los estamentos: consejeros populares, abogados y jueces. Esto asegura que el Consejo tenga una integración equilibrada desde el punto de vista territorial.

Otro aspecto para resaltar es el modelo participativo del Consejo que permite que cualquier ciudadano tenga libre acceso a las audiencias. Si las audiencias se realizan sin público es porque no queremos ir, porque no nos involucramos, o en algunos casos porque la gente no sabe que puede asistir a las deliberaciones. Pero que no utilicemos esta herramienta como deberíamos hacerlo no significa que la misma no cumpla con el propósito por la que fue creada. Chubut no solamente es pionera en el país en la creación de este modelo de Consejo de la Magistratura, sino que además es la única provincia argentina que incluyó en el sistema a los consejeros populares, lo que constituye un paso hacia adelante en la idea de democratizar y legitimar el Poder Judicial. Y también, una respuesta al clamor de la sociedad que necesita recuperar la confianza en las instituciones.

La elección de consejeros populares para el Consejo de la Magistratura no debe quedar relegada a un segundo plano. Esas personas son las que elegirán a los magistrados que brindan el servicio de justicia. Y los que evaluarán el desempeño de esos funcionarios judiciales que deciden sobre nuestras vidas. Nada más, y nada menos.

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25 JUL 2023 - 11:27

Por Esteban Gallo

El domingo, además de elegir gobernador, intendentes, concejales y diputados provinciales, los chubutenses también elegiremos representantes populares al Consejo de la Magistratura.

Aunque las agrupaciones políticas no se ocupen de difundirlo apropiadamente, los aspirantes comparten boleta con las otras categorías. Los periodistas también debemos hacer un mea culpa; rara vez destinamos un espacio para hablar de las cualidades y propuestas de los candidatos al Consejo de la Magistratura.

Este órgano, creado por la Constitución provincial en 1994, tiene en Chubut una historia de 28 años de funcionamiento. El pasado 3 de julio se cumplió un nuevo aniversario de su primera sesión ordinaria.
El papel que le fue asignado es de vital importancia, pues entre otras cosas, se ocupa de la designación de magistrados y funcionarios judiciales, recibe denuncias sobre delitos, faltas o mal desempeño de esas personas, instruye sumarios y eleva las conclusiones del mismo al Superior Tribunal de Justicia o al Tribunal de Enjuiciamiento, según corresponda, y evalúa el desempeño de jueces, defensores y fiscales al cabo de sus primeros tres años de función.

La creación de este órgano extra poderes fue una respuesta a un pedido que cobró fuerza con la recuperación de la democracia en 1983. Hasta entonces, el nombramiento del personal de la magistratura era manejado corporativamente por los poderes político y judicial.

El Consejo de la Magistratura estableció una forma más transparente y democrática de elegir magistrados en Chubut, en la medida en que, a los abogados de la matrícula, los empleados judiciales y los propios magistrados, se sumaron los representantes del pueblo, con sus profesiones y habilidades particulares, lo que permite que cuando se selecciona a un alto funcionario judicial, no solo se tengan en cuenta las virtudes académicas de los candidatos sino también sus cualidades humanas. Es la pluralidad de la integración del Consejo lo que asegura que, la mirada de los diferentes sectores de la comunidad, estén representados en ese lugar de decisión.

Por otra parte, todas las circunscripciones de la provincia están representadas de manera igualitaria en cada uno de los estamentos: consejeros populares, abogados y jueces. Esto asegura que el Consejo tenga una integración equilibrada desde el punto de vista territorial.

Otro aspecto para resaltar es el modelo participativo del Consejo que permite que cualquier ciudadano tenga libre acceso a las audiencias. Si las audiencias se realizan sin público es porque no queremos ir, porque no nos involucramos, o en algunos casos porque la gente no sabe que puede asistir a las deliberaciones. Pero que no utilicemos esta herramienta como deberíamos hacerlo no significa que la misma no cumpla con el propósito por la que fue creada. Chubut no solamente es pionera en el país en la creación de este modelo de Consejo de la Magistratura, sino que además es la única provincia argentina que incluyó en el sistema a los consejeros populares, lo que constituye un paso hacia adelante en la idea de democratizar y legitimar el Poder Judicial. Y también, una respuesta al clamor de la sociedad que necesita recuperar la confianza en las instituciones.

La elección de consejeros populares para el Consejo de la Magistratura no debe quedar relegada a un segundo plano. Esas personas son las que elegirán a los magistrados que brindan el servicio de justicia. Y los que evaluarán el desempeño de esos funcionarios judiciales que deciden sobre nuestras vidas. Nada más, y nada menos.


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