“La mejor terapia es estar acá con ustedes”

Lo dijo Ricardo Mollo en medio de un recital de al menos tres horas en las que la aplanadora del rock repasó sus 35 años de historia y Trelew fue una fiesta de puro rock

16 JUN 2023 - 11:08 | Actualizado 16 JUN 2023 - 11:51

Minutos después de las 21, se apagaron las luces del Municipal 1 y en las gigantescas pantallas detrás del escenario, una aplanadora se pone en marcha. El rugir del motor hizo temblar el piso y en el estómago de cada uno de los presentes, se anticipaba lo que iba a ser escuchar a una verdadera máquina de hacer música. Así hasta las 12.30 y más

Se tocaron todo, no faltó nada. Muchos momentos de pogo, otros tranquilos de banquetas altas para interpretar Spaghetti del rock, por ejemplo. Inclusive Divididos, recordemos que Ricardo Mollo y Diego Arnedo fueron parte de la mítica banda Sumo, conoce a su público y suma a su lista de temas Crua Chan y el Ojo blindado. Dos temazos de la banda de Luca Prodan.

“Esperemos que no pasen otros 10 años para vernos”

La banda existe desde el comienzo de los tiempos de las ceremonias de sanación. Y estos señores músicos lo saben.

Mollo conversa con su público lo justo. Recuerda que hace 10 años estuvieron acá, hace equilibrio en el borde del escenario para que un fan le acerque una foto, sonríe, disfruta. El resto de la banda deja hablar a sus instrumentos. Catriel revolea palillos y le saca todo lo que puede darle la batería, Arnedo hace gestos, arenga, mientras le da chirlos al bajo como solo él sabe hacerlo. Son felices arriba del escenario y se lo hacen saber a su público. Abajo se vive el show con alegría.

Un público entre los 35 y 50 años, algunos ya con hijos adolescentes que van juntos como si fueran a la escuela del rock, canta cada estrofa, aplaude cada solo y toda canción sabe a recuerdo. Hay emoción, alegría, sonrisa y respeto en ese pogo tribal que hace que la muchedumbre se mueva de un lado a otro. Son todas caras conocidas.

Y cuando Mollo desafía al público preguntando si existe “un pogo a la Trelew”, los pibes y pibas y nos tan pibes, cumplen y la fiesta de empujones arranca con todo.

Y para reforzar aún más que juegan de local a donde vayan, para interpretar su nuevo tema “San Saltarín”, invitaron al escenario a Antonella Loncuante en flauta traversa y Leo Colliu en el violín. Ambos arrancaron en la Orquesta Infanto-juvenil del barrio Inta y son egresados del profesorado de música del Instituto de Formación Docente Artística 805. Esos chicos ya pueden decir que tocaron con Divididos y Divididos que tocó con los chicos de la Orquesta del Inta.


Es jueves por la noche, mañana hay que ir a trabajar, a la escuela, la Uni. Y Mollo, Arnedo y Catriel a descansar que siguen por Comodoro Rivadavia y luego el norte y el exterior.

El público queda lo que comúnmente se dice “manija” y no es para menos. Fueron tres horas de rock, de un temazo atrás del otro, de profesionalismo en cada detalle de la banda y todo el equipo técnico; de buena organización de la productora local que nos hace notar que shows como este se pueden hacer si las cosas están bien hechas. Ya lo sabemos, pero es bueno recordarlo.

Y nadie pide más, lo dieron todo y será hasta la próxima. Como también dijo Mollo en un momento: “Si supieras la sanación que provoca esto”.

16 JUN 2023 - 11:08

Minutos después de las 21, se apagaron las luces del Municipal 1 y en las gigantescas pantallas detrás del escenario, una aplanadora se pone en marcha. El rugir del motor hizo temblar el piso y en el estómago de cada uno de los presentes, se anticipaba lo que iba a ser escuchar a una verdadera máquina de hacer música. Así hasta las 12.30 y más

Se tocaron todo, no faltó nada. Muchos momentos de pogo, otros tranquilos de banquetas altas para interpretar Spaghetti del rock, por ejemplo. Inclusive Divididos, recordemos que Ricardo Mollo y Diego Arnedo fueron parte de la mítica banda Sumo, conoce a su público y suma a su lista de temas Crua Chan y el Ojo blindado. Dos temazos de la banda de Luca Prodan.

“Esperemos que no pasen otros 10 años para vernos”

La banda existe desde el comienzo de los tiempos de las ceremonias de sanación. Y estos señores músicos lo saben.

Mollo conversa con su público lo justo. Recuerda que hace 10 años estuvieron acá, hace equilibrio en el borde del escenario para que un fan le acerque una foto, sonríe, disfruta. El resto de la banda deja hablar a sus instrumentos. Catriel revolea palillos y le saca todo lo que puede darle la batería, Arnedo hace gestos, arenga, mientras le da chirlos al bajo como solo él sabe hacerlo. Son felices arriba del escenario y se lo hacen saber a su público. Abajo se vive el show con alegría.

Un público entre los 35 y 50 años, algunos ya con hijos adolescentes que van juntos como si fueran a la escuela del rock, canta cada estrofa, aplaude cada solo y toda canción sabe a recuerdo. Hay emoción, alegría, sonrisa y respeto en ese pogo tribal que hace que la muchedumbre se mueva de un lado a otro. Son todas caras conocidas.

Y cuando Mollo desafía al público preguntando si existe “un pogo a la Trelew”, los pibes y pibas y nos tan pibes, cumplen y la fiesta de empujones arranca con todo.

Y para reforzar aún más que juegan de local a donde vayan, para interpretar su nuevo tema “San Saltarín”, invitaron al escenario a Antonella Loncuante en flauta traversa y Leo Colliu en el violín. Ambos arrancaron en la Orquesta Infanto-juvenil del barrio Inta y son egresados del profesorado de música del Instituto de Formación Docente Artística 805. Esos chicos ya pueden decir que tocaron con Divididos y Divididos que tocó con los chicos de la Orquesta del Inta.


Es jueves por la noche, mañana hay que ir a trabajar, a la escuela, la Uni. Y Mollo, Arnedo y Catriel a descansar que siguen por Comodoro Rivadavia y luego el norte y el exterior.

El público queda lo que comúnmente se dice “manija” y no es para menos. Fueron tres horas de rock, de un temazo atrás del otro, de profesionalismo en cada detalle de la banda y todo el equipo técnico; de buena organización de la productora local que nos hace notar que shows como este se pueden hacer si las cosas están bien hechas. Ya lo sabemos, pero es bueno recordarlo.

Y nadie pide más, lo dieron todo y será hasta la próxima. Como también dijo Mollo en un momento: “Si supieras la sanación que provoca esto”.


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