En diálogo con Télam, Zaldarriaga repasó su trabajo en cosmología, que lo llevó a ser profesor en el reconocido Instituto de Estudios Avanzados de Princeton (IAS), Estados Unidos, -donde terminó su carrera Albert Einstein-, luego miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y a recibir el doctorado honoris causa por parte de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
-¿Cómo surgió tu interés por la astronomía y la cosmología?
En mi familia no había nada relacionado, mi padres hacían otra cosa. Para mí fueron dos motivos: me despertó el interés un profesor de física del secundario que trabajaba en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y también me encantaba ver en la televisión el programa Cosmos de Carl Sagan, me acuerdo que volvía rápido a mi casa para poder agarrarlo.
- Ese interés te llevó a que seas de los principales científicos investigando el origen del universo en las últimas décadas, ¿qué investigación estás realizando ahora?
Hace unos años estamos con un experimento que investiga las ondas gravitacionales que se llama LIGO. Es un experimento grande, hay dos observatorios en Estados Unidos, uno en Italia y van a abrir dos más. Trabajo analizando los datos de ese experimento y haciendo teoría. Este experimento está viendo cómo dos agujeros negros que están orbitando uno alrededor del otro irradian energía. Los agujeros negros se van acercando cada vez más hasta que chocan y se forma un solo agujero negro. Por primera vez podemos ver estos fenómenos que pasan en galaxias muy muy lejanas, pero hay muchas cosas que todavía no entendemos. Se descubrieron agujeros negros bastante más pesados de los que se podían formar con estrellas; hay varias preguntas.
- El año pasado entró en operaciones el telescopio James Webb, que es el más potente que se haya lanzado, ¿qué impacto tuvo en los estudios del universo hasta ahora?
El James Webb es un telescopio muy nuevo, es tal vez el juguete más caro y más nuevo de la astronomía, está encontrando cosas muy interesantes como galaxias muy lejanas y más grandes de lo que pensamos que existían. El avance tecnológico es lo único que tenemos para avanzar, inventar nuevas tecnologías para observar cosas que antes no podíamos es la historia de la astronomía. Vamos avanzando en telescopios, computadoras y ahora también con la inteligencia artificial.
- ¿Cómo es estudiar el universo? ¿Es abrumador?
Obviamente que hay preguntas grandes pero en el día a día tratas de concentrarte en una sola cosa concreta y acotada. Por ejemplo, analizar datos sobre experimentos o calcular la historia de las galaxias con diferentes hipótesis. En definitiva la pregunta se baja a algo bien concreto. Si quiero saber qué pasó en esa época donde se formaron los primeros átomos de hidrógeno, con la radiación cósmica de fondo, al final termino haciendo cálculos de cómo debería ser el universo suponiendo distintas hipótesis y viendo qué significa eso cuando se hacen las observaciones.
- ¿Cómo ve el interés del público por estos temas?
Hay un montón de interés, siempre que damos charlas o voy a la Argentina hay un montón de gente. No obstante, hay una cierta desconexión porque la gente está acostumbrada a que las cosas cambien rápido y en nuestro campo por ahí pasó un año y avanzamos en detalles, que nos costaron mucho. Son distintos los tiempos entre lo que la gente espera y el trabajo científico.
- ¿Cómo ve a los jóvenes con respecto a la astronomía y la cosmología?
Está bueno que la gente haga lo que quiera, si les divierten las ciencias exactas es un lugar interesante, pero no pienso que sean más importantes que otras actividades. Lo mejor es que la mayor cantidad de gente que tenga ese interés pueda trabajarlo y dedicarse a eso. A mí la ciencia me cambió la vida, terminé viviendo en otro país. Si hubiera sido abogado estaría viviendo en la Argentina. La ciencia todavía hoy es un proyecto internacional, donde hay gente de todos lados, no importa de donde sos, somos todos iguales.
- ¿Qué lugar cree que tiene la ciencia hoy en día en la sociedad y qué lugar ve que tiene en la Argentina?
La gente confía menos en lo que dicen los científicos, no tanto en la astronomía, pero con la Covid-19 el respeto que tenían los científicos y las instituciones ha bajado. No me parece positivo, refleja lo que está pasando en general, que se pone todo en discusión. No me gustaría que eso termine ahuyentado a la gente que le gustaría trabajar en distintas áreas de la ciencia. En la Argentina es muy difícil, hay mucho vaivén, la ciencia es algo que tarda y necesita consistencia. Hay gente que es muy buena, ojala que algún día se estabilice.
En diálogo con Télam, Zaldarriaga repasó su trabajo en cosmología, que lo llevó a ser profesor en el reconocido Instituto de Estudios Avanzados de Princeton (IAS), Estados Unidos, -donde terminó su carrera Albert Einstein-, luego miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y a recibir el doctorado honoris causa por parte de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
-¿Cómo surgió tu interés por la astronomía y la cosmología?
En mi familia no había nada relacionado, mi padres hacían otra cosa. Para mí fueron dos motivos: me despertó el interés un profesor de física del secundario que trabajaba en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y también me encantaba ver en la televisión el programa Cosmos de Carl Sagan, me acuerdo que volvía rápido a mi casa para poder agarrarlo.
- Ese interés te llevó a que seas de los principales científicos investigando el origen del universo en las últimas décadas, ¿qué investigación estás realizando ahora?
Hace unos años estamos con un experimento que investiga las ondas gravitacionales que se llama LIGO. Es un experimento grande, hay dos observatorios en Estados Unidos, uno en Italia y van a abrir dos más. Trabajo analizando los datos de ese experimento y haciendo teoría. Este experimento está viendo cómo dos agujeros negros que están orbitando uno alrededor del otro irradian energía. Los agujeros negros se van acercando cada vez más hasta que chocan y se forma un solo agujero negro. Por primera vez podemos ver estos fenómenos que pasan en galaxias muy muy lejanas, pero hay muchas cosas que todavía no entendemos. Se descubrieron agujeros negros bastante más pesados de los que se podían formar con estrellas; hay varias preguntas.
- El año pasado entró en operaciones el telescopio James Webb, que es el más potente que se haya lanzado, ¿qué impacto tuvo en los estudios del universo hasta ahora?
El James Webb es un telescopio muy nuevo, es tal vez el juguete más caro y más nuevo de la astronomía, está encontrando cosas muy interesantes como galaxias muy lejanas y más grandes de lo que pensamos que existían. El avance tecnológico es lo único que tenemos para avanzar, inventar nuevas tecnologías para observar cosas que antes no podíamos es la historia de la astronomía. Vamos avanzando en telescopios, computadoras y ahora también con la inteligencia artificial.
- ¿Cómo es estudiar el universo? ¿Es abrumador?
Obviamente que hay preguntas grandes pero en el día a día tratas de concentrarte en una sola cosa concreta y acotada. Por ejemplo, analizar datos sobre experimentos o calcular la historia de las galaxias con diferentes hipótesis. En definitiva la pregunta se baja a algo bien concreto. Si quiero saber qué pasó en esa época donde se formaron los primeros átomos de hidrógeno, con la radiación cósmica de fondo, al final termino haciendo cálculos de cómo debería ser el universo suponiendo distintas hipótesis y viendo qué significa eso cuando se hacen las observaciones.
- ¿Cómo ve el interés del público por estos temas?
Hay un montón de interés, siempre que damos charlas o voy a la Argentina hay un montón de gente. No obstante, hay una cierta desconexión porque la gente está acostumbrada a que las cosas cambien rápido y en nuestro campo por ahí pasó un año y avanzamos en detalles, que nos costaron mucho. Son distintos los tiempos entre lo que la gente espera y el trabajo científico.
- ¿Cómo ve a los jóvenes con respecto a la astronomía y la cosmología?
Está bueno que la gente haga lo que quiera, si les divierten las ciencias exactas es un lugar interesante, pero no pienso que sean más importantes que otras actividades. Lo mejor es que la mayor cantidad de gente que tenga ese interés pueda trabajarlo y dedicarse a eso. A mí la ciencia me cambió la vida, terminé viviendo en otro país. Si hubiera sido abogado estaría viviendo en la Argentina. La ciencia todavía hoy es un proyecto internacional, donde hay gente de todos lados, no importa de donde sos, somos todos iguales.
- ¿Qué lugar cree que tiene la ciencia hoy en día en la sociedad y qué lugar ve que tiene en la Argentina?
La gente confía menos en lo que dicen los científicos, no tanto en la astronomía, pero con la Covid-19 el respeto que tenían los científicos y las instituciones ha bajado. No me parece positivo, refleja lo que está pasando en general, que se pone todo en discusión. No me gustaría que eso termine ahuyentado a la gente que le gustaría trabajar en distintas áreas de la ciencia. En la Argentina es muy difícil, hay mucho vaivén, la ciencia es algo que tarda y necesita consistencia. Hay gente que es muy buena, ojala que algún día se estabilice.