Editorial / El último que apague (o pague) la luz

Massa decidió recortar fondos a Cammesa, que empezaría a demandar a las distribuidoras de energía.
27 AGO 2022 - 20:31 | Actualizado 27 AGO 2022 - 21:29

Que a esta altura del partido todavía haya funcionarios y gobernantes que no entiendan que la energía es un bien básico, escaso, de primera necesidad y de vital importancia para el desarrollo de cualquier región, es un pecado. En ese escenario, Chubut tiene las herramientas para convertirse en un actor central como Estado con lo generación ya instalada (hidroeléctrica y eólica), y por lo se viene a pasos agigantados con el uso de la energía generada a partir del viento para producir el costoso hidrógeno verde, una especie de nuevo “commodity” que empieza a demandar el mundo desarrollado.

Claro que todas estas oportunidades no empiezan a vislumbrarse desde una calma chicha sino en medio de un proceso mundial de crisis energética, con una guerra mediante, y con un contexto local de crisis económica, reducción de subsidios a los consumidores y la extrema necesidad del nuevo superministro de Economía, Sergio Massa, de ajustar los cinturones para poder cumplir las metas con el Fondo Monetario Internacional y llevar el barco del Gobierno nacional a un puerto más o menos seguro. Hundirse en el camino no es una opción.

“No hay un mango más”, dicen que les dijo la semana pasada Massa a las autoridades de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), pieza clave del sistema energético argentino. En el caso de Chubut, esa decisión podría significar una crisis inesperada, no porque no se vislumbrara sino porque quedaría frente a las narices mucho antes de lo previsto. Es más, algunos ilusos creían que se podía seguir comprando la energía que vende Cammesa a los distribuidores sin pagarla, como ocurre desde hace varios años.

El tema es que Massa decidió que el Tesoro no le pase más recursos a Cammesa (una firma de capitales públicos y privados), por lo que a la mayorista eléctrica no le quedaría otro camino que empezar a demandar el cobro de los $ 425.000 millones que le adeudan casi todas las distribuidoras del país. Entre ellas, las cooperativas de Comodoro Rivadavia, Trelew, Puerto Madryn, Rawson y Sarmiento, además del Estado provincial, que le compra energía para distribuir en localidades de la Comarca Andina y para abastecer los medidores del acueducto de Comodoro Rivadavia. Entre todos tienen un “rojo” de más de $ 30.000 millones con Cammesa. Las únicas excepciones a la regla son las cooperativas de Esquel, Trevelin y Gaiman, que no le deben un peso.

El uso y costumbre de no pagar la energía que le compran a Cammesa ya puso a más de una cooperativa chubutense en problemas, con embargos y causas judiciales que están abiertas hace tiempo y podrían complicarse si alguien aprieta el acelerador. El atraso tarifario devenido del congelamiento nacional –primero- y de la falta de valentía de la dirigencia política para asumir los costos de un aumento de tarifas –después-, son argumentos atendibles. Pero no suficientes.
Si la exigencia de Massa se aplica, las causas judiciales se multiplicarían y los titulares de las cooperativas estarían en graves problemas.

Soberanía energética

La crisis de las cooperativas de servicios públicos de Chubut no hace más que confirmar la posición de algunos sectores que vienen advirtiendo hace tiempo que la Provincia debería tomar las riendas para convertir esta crisis galopante en una enorme oportunidad para democratizar la generación, transporte y distribución de la energía. No se trata de estatizar por estatizar, ni de combatir al sector privado; pero sí de barajar y dar de nuevo junto al Estado nacional para que el rediseño de un sector estratégico de la economía actual y futura tenga una participación activa de los dueños del recurso.

La Provincia del Chubut, que ya tiene participación accionaria las hidroeléctricas que operan en las provincia, sobre todo en la más importante, Hidroeléctrica Futaleufú, debe dejar de ser un socio tonto para tener un rol activo en beneficio de sus habitantes.

“Es necesario trabajar en concreto para poder debilitar la lógica mercantil capitalista en el sistema energético. Hay que cambiar esa lógica por una de derechos. Se trata de pensar en consumir socialmente menos energía con mejor redistribución, más justicia social en su uso”, sintetizó en una entrevista reciente Pablo Bertinat, director del Observatorio de Energía y Sustentabilidad de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

“Hay que avanzar en la legislación y garantía de los derechos sociales que garantizan el acceso y uso de la energía. No necesariamente para reconstruir un sector estatal como el que conocimos, que también tiene su dificultades para la gestión democrática, sino para explorar e incluir otras formas de propiedad cooperativa, comunitaria, colaborativa, pública aunque no obligatoriamente estatal, que pueden favorecer una gestión más democrática y participativa”, agregó.

Bertinat es un experto en el tema y estará el próximo 16 de septiembre en Puerto Madryn para participar del “1° Congreso Patagónico sobre Agenda Energética”, en donde se discutirá sobre el rol de Chubut y la región acerca de la soberanía, legislación y nuevas tecnologías, organizado por el grupo Agenda Chubut.

Hay una salida. Sólo hay que animarse a dar la discusión y romper con los viejos esquemas. Nada más y nada menos.#

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Massa decidió recortar fondos a Cammesa, que empezaría a demandar a las distribuidoras de energía.
27 AGO 2022 - 20:31

Que a esta altura del partido todavía haya funcionarios y gobernantes que no entiendan que la energía es un bien básico, escaso, de primera necesidad y de vital importancia para el desarrollo de cualquier región, es un pecado. En ese escenario, Chubut tiene las herramientas para convertirse en un actor central como Estado con lo generación ya instalada (hidroeléctrica y eólica), y por lo se viene a pasos agigantados con el uso de la energía generada a partir del viento para producir el costoso hidrógeno verde, una especie de nuevo “commodity” que empieza a demandar el mundo desarrollado.

Claro que todas estas oportunidades no empiezan a vislumbrarse desde una calma chicha sino en medio de un proceso mundial de crisis energética, con una guerra mediante, y con un contexto local de crisis económica, reducción de subsidios a los consumidores y la extrema necesidad del nuevo superministro de Economía, Sergio Massa, de ajustar los cinturones para poder cumplir las metas con el Fondo Monetario Internacional y llevar el barco del Gobierno nacional a un puerto más o menos seguro. Hundirse en el camino no es una opción.

“No hay un mango más”, dicen que les dijo la semana pasada Massa a las autoridades de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), pieza clave del sistema energético argentino. En el caso de Chubut, esa decisión podría significar una crisis inesperada, no porque no se vislumbrara sino porque quedaría frente a las narices mucho antes de lo previsto. Es más, algunos ilusos creían que se podía seguir comprando la energía que vende Cammesa a los distribuidores sin pagarla, como ocurre desde hace varios años.

El tema es que Massa decidió que el Tesoro no le pase más recursos a Cammesa (una firma de capitales públicos y privados), por lo que a la mayorista eléctrica no le quedaría otro camino que empezar a demandar el cobro de los $ 425.000 millones que le adeudan casi todas las distribuidoras del país. Entre ellas, las cooperativas de Comodoro Rivadavia, Trelew, Puerto Madryn, Rawson y Sarmiento, además del Estado provincial, que le compra energía para distribuir en localidades de la Comarca Andina y para abastecer los medidores del acueducto de Comodoro Rivadavia. Entre todos tienen un “rojo” de más de $ 30.000 millones con Cammesa. Las únicas excepciones a la regla son las cooperativas de Esquel, Trevelin y Gaiman, que no le deben un peso.

El uso y costumbre de no pagar la energía que le compran a Cammesa ya puso a más de una cooperativa chubutense en problemas, con embargos y causas judiciales que están abiertas hace tiempo y podrían complicarse si alguien aprieta el acelerador. El atraso tarifario devenido del congelamiento nacional –primero- y de la falta de valentía de la dirigencia política para asumir los costos de un aumento de tarifas –después-, son argumentos atendibles. Pero no suficientes.
Si la exigencia de Massa se aplica, las causas judiciales se multiplicarían y los titulares de las cooperativas estarían en graves problemas.

Soberanía energética

La crisis de las cooperativas de servicios públicos de Chubut no hace más que confirmar la posición de algunos sectores que vienen advirtiendo hace tiempo que la Provincia debería tomar las riendas para convertir esta crisis galopante en una enorme oportunidad para democratizar la generación, transporte y distribución de la energía. No se trata de estatizar por estatizar, ni de combatir al sector privado; pero sí de barajar y dar de nuevo junto al Estado nacional para que el rediseño de un sector estratégico de la economía actual y futura tenga una participación activa de los dueños del recurso.

La Provincia del Chubut, que ya tiene participación accionaria las hidroeléctricas que operan en las provincia, sobre todo en la más importante, Hidroeléctrica Futaleufú, debe dejar de ser un socio tonto para tener un rol activo en beneficio de sus habitantes.

“Es necesario trabajar en concreto para poder debilitar la lógica mercantil capitalista en el sistema energético. Hay que cambiar esa lógica por una de derechos. Se trata de pensar en consumir socialmente menos energía con mejor redistribución, más justicia social en su uso”, sintetizó en una entrevista reciente Pablo Bertinat, director del Observatorio de Energía y Sustentabilidad de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

“Hay que avanzar en la legislación y garantía de los derechos sociales que garantizan el acceso y uso de la energía. No necesariamente para reconstruir un sector estatal como el que conocimos, que también tiene su dificultades para la gestión democrática, sino para explorar e incluir otras formas de propiedad cooperativa, comunitaria, colaborativa, pública aunque no obligatoriamente estatal, que pueden favorecer una gestión más democrática y participativa”, agregó.

Bertinat es un experto en el tema y estará el próximo 16 de septiembre en Puerto Madryn para participar del “1° Congreso Patagónico sobre Agenda Energética”, en donde se discutirá sobre el rol de Chubut y la región acerca de la soberanía, legislación y nuevas tecnologías, organizado por el grupo Agenda Chubut.

Hay una salida. Sólo hay que animarse a dar la discusión y romper con los viejos esquemas. Nada más y nada menos.#


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