Ayer continuaba el combate el incendio en las cercanías del Parque Nacional Los Alerces, con alrededor de 80 hectáreas de bosques consumidas. El intendente del Parque, dado los focos que se desataron volvió a plantear la posible intencionalidad que ha habido detrás de estos hechos, que se complejizaron con las condiciones del tiempo.
La hipótesis de incendios intencionales tiene que ver con que en la zona en la que se desató no había ningún tipo de producción y tampoco era un lugar habilitado para realizar campamentos.
Salvo excepciones, en los últimos años nos hemos acostumbrados a este tipo de atentado contra la naturaleza y la fauna, que luego cuesta décadas poder recuperar y sin que se pueda llegar a fondo con las sanciones contra los responsables. Si bien en el último tiempo se ha a avanzado con la tecnología para poder tener una respuesta más rápida, además de la tarea de prevención, también es cierto que se tiene que trabajar estructuralmente para imponer castigos ejemplares a quienes atenten contra este bien que distingue a la Patagonia en el mundo, como sus paisajes, su fauna y la belleza propia de la naturaleza.
Hay que poner un freno a la impunidad con la que se perpetran estos delitos, porque en definitiva se está atentando contra toda una identidad, a partir de maniobras espurias que buscan algún tipo de ventaja. Estas cosas no pueden ser una moneda corriente durante las temporadas estivales. No nos podemos acostumbrar a que año tras años se pierda un pedacito de identidad, de nuestros bosques nativos, de esa naturaleza viva que tuvimos la suerte de que nos rodee.
Ayer continuaba el combate el incendio en las cercanías del Parque Nacional Los Alerces, con alrededor de 80 hectáreas de bosques consumidas. El intendente del Parque, dado los focos que se desataron volvió a plantear la posible intencionalidad que ha habido detrás de estos hechos, que se complejizaron con las condiciones del tiempo.
La hipótesis de incendios intencionales tiene que ver con que en la zona en la que se desató no había ningún tipo de producción y tampoco era un lugar habilitado para realizar campamentos.
Salvo excepciones, en los últimos años nos hemos acostumbrados a este tipo de atentado contra la naturaleza y la fauna, que luego cuesta décadas poder recuperar y sin que se pueda llegar a fondo con las sanciones contra los responsables. Si bien en el último tiempo se ha a avanzado con la tecnología para poder tener una respuesta más rápida, además de la tarea de prevención, también es cierto que se tiene que trabajar estructuralmente para imponer castigos ejemplares a quienes atenten contra este bien que distingue a la Patagonia en el mundo, como sus paisajes, su fauna y la belleza propia de la naturaleza.
Hay que poner un freno a la impunidad con la que se perpetran estos delitos, porque en definitiva se está atentando contra toda una identidad, a partir de maniobras espurias que buscan algún tipo de ventaja. Estas cosas no pueden ser una moneda corriente durante las temporadas estivales. No nos podemos acostumbrar a que año tras años se pierda un pedacito de identidad, de nuestros bosques nativos, de esa naturaleza viva que tuvimos la suerte de que nos rodee.