Diego Correa manejaba tres cuentas corrientes para retirar materiales de construcción: la suya, la de Dual Core y la del exgobernador Mario Das Neves. Lo reveló Laura Díaz, empleada administrativa de VS Materiales en Trelew, en el juicio oral y público por el caso El Embrujo.
Díaz tenía contacto mensual directo con el exsecretario privado del mandatario y le informaba los saldos. “Correa pagaba personalmente en efectivo y muy poco veces con cheques. Yo lo llamaba y era muy buen cliente, eran cuentas importantes”. Cuando el monto era alto, llevaba una mochila con fajos de efectivo termosellados. Alguna vez también pagaron Juan Carlos “Tato” Ramón y Daniela Souza. “Eran guardas, grifería, porcelanatos y juegos de baño”.
El movimiento de la cuenta de Correa llegó a $ 2 millones; Dual Core, a $ 170 mil y Das Neves, a $ 300 mil. Díaz reconoció y leyó ante el Tribunal decenas de recibos del dinero que le entregó Correa para las tres cuentas.
También declaró Juan Carlos “Pichón” Moreira, dueño de VS. Dijo conocer a Correa por los diarios pero admitió que también lo vio en “alguna reunión”, sin mayor relación personal. Confirmó las cuentas corrientes pero pese a la insistencia del fiscal Omar Rodríguez, no precisó montos de compra. “Está todo en los resúmenes de cuenta que entregué”.
Otro testigo, Enrique Beltrán, construyó los tres dúplex y la casa de Playa Unión. Consiguió el trabajo porque compartía otra obra con Jorge Godoy en Rawson. El maestro mayor le pidió un presupuesto para el Grupo Correa. Cotizó $ 1.700 el m2 cubierto y lo contrataron. “A Godoy lo conocía porque fue maestro de mi hijo en la Politécnica”.
Describió que la casa tiene living, entrada principal, cocina-comedor y quincho. En planta alta suma tres habitaciones, un baño, una sala de estar y un dormitorio principal con baño privado. En el patio una pileta que “la hizo ´Tato´ con su gente, yo no participé”.
Correa empezó a visitar la obra con los dúplex terminados y la casa avanzada. Por quincena le pagaban en efectivo él, Godoy o Diego Lüters. Entre $ 20 mil y $ 40 mil cada vez. En una ocasión fueron dólares. “Plata y materiales no faltaban”, graficó. En la audiencia reconoció los recibos firmados por Correa.
En febrero de 2018 Beltrán volvió de sus vacaciones. Ya lo buscaba Fiscalía. Tuvo una reunión en casa de Godoy con Correa y Lüters. “Paraban la obra porque los estaban investigando pero me dijeron que no me hiciera problema porque cuando todo pasara me iban a pagar lo que me debían”. No cumplieron.
También declaró Pablo Báez. Es parte del mantenimiento de Casa de Gobierno. Entró gracias a su madre, que trabajaba en la casa de Correa. “A pedido de Lüters hice pintura en Playa Unión”, contó. De 8 a 14 se suponía que Báez debía estar en Fontana 50. Pero en cambio se subía a un micro rumbo a la obra. Le pagaban con horas extras. Tras la muerte de Das Neves “nos sacaron las extras a todos”.
Sandro López es maestranza y compañero de Báez. Lüters le pidió ir a pintar “una casa enorme” en Playa Unión. “Le dije que no había problema. Era difícil llegar a Correa y primero había que pasar por Lüters”.
El albañil y pintor le planteó: “¿Esto no me va a traer problemas? Si fuera de mi lugar de trabajo me caigo de un andamio, ¿quién se hace cargo?”. Lüters replicó: “Quedate piola porque así como te pusimos, te sacamos”. López se sintió amenazado. Su mujer tenía un embarazo de 6 meses. “Tenía miedo de que me echen y estaba entre la espada y la pared”, Fueron 2 meses y medio de trabajo en la Playa. Iba de 8 a 18. Cobró horas extras.
El testigo admitió que tuvo trabajo gracias a su militancia de 5 años para Das Neves. Y aunque le agradece, debió plantarse ante Correa para que le cumpliera la promesa. “Le dije que me había cagado de frío para ganarme un puesto”.
Alexis Gabra:“Vivíamos amenazados”
Alexis Gabra aún trabaja en la Unidad Gobernador. Compartió oficina con Diego Lüters. En la época de los hechos se sentía “intimidado y amenazado” para firmar pases y acelerar expedientes de cobro a favor de Sepat y Dual Core, que sumaban contrataciones con el Estado.
En la Secretaría Privada “la gran mayoría de los días el trato no era bueno. Si había algo malo o que le molestaba a Correa, lo sabíamos por Lüters. Si te pedía algo y a los 20 minutos no lo hacías, el trato cambiaba. Si yo no firmaba, me quedaba sin trabajo. Choferes, cadetes, empleados administrativos y de mantenimiento, todos ahí vivíamos con esa amenaza y presión constante de que si no hacíamos algo, nos echaban”.
Gabra tuvo un emprendimiento personal de venta de ladrillos. Como necesitó facturar, compró Sepat SRL. “Pero no tenía movimiento ni capital”. En Casa de Gobierno le comentó a Lüters que iba a vender la sociedad. “Le pregunté si conocía interesados porque la SRL ya no me servía ni tenía tiempo para dedicarle”. El precio era 120 mil pero Lüters regateó. Por fin se la compró Correa con $ 90 mil en efectivo en su despacho.
Una tarde en Fontana 50, Gabra le entregó los libros contables a Gatica para la transferencia. El contador de Trelew aparecía cada vez más seguido en la Privada. “Ahí todos entendían que si Lüters te decía algo, era porque te lo decía Correa”.
La camioneta, las obras y los cobros
La venta de la Hilux
Juan Enrique Luden le pagó $ 630 mil en efectivo en mano a Correa por su Toyota Hilux, en enero de 2018. El exsecretario privado necesitaba vaciar Dual Core y Sepat. “El vehículo estaba en muy buen estado y me mandaron a Lüters con la documentación”. Correa también le ofreció la Hyundai H1 por $ 900 mil. No hubo trato aunque “estaba muy bien conservada y con muy pocos kilómetros”, declaró.
“Fue muy raro”
Mario Nahuelcheo fue parte de la investigación del Grupo Correa, junto con Juan Carlos Núñez. Recordó su “sorpresa” cuando descubrió que la supuesta sede de Dual Corea en Velero Vesta127 era “la casa de Correa y de su pareja”. Luego “nos llamó la atención la infraestructura grande de la casa de Playa Unión”. También descubrieron el terreno del Parque Industrial. “Ya habían alambrado y había un contendedor listo. Esa obra se frenó por la investigación”. Nahuelcheo fue quien detuvo al contador Federico Gatica. “Llevaba varios fajos de dinero”. En su testimonio destacó el audio de la charla de Correa con Gonzalo Carpintero. “No sé cómo se enteraron que los escuchábamos. Fue muy raro y nos llamó muchísimo la atención”.
Pulir y encerar
Daniel Ramírez trabaja en el área de Infraestructura del Gobierno. Como parte de su función “inspeccioné trabajos de Dual Core como la pintura de la Residencia Oficial del gobernador, el pulido y encerado del Salón de los Constituyentes y reparaciones en la Sala de Situacipon”. Los finales de obra los firmó con “Tato” Ramón, de quien incluso fue compañero de trabajo cuando el acusado fue director de Obras por Administración.
“Te llama un contador”
Diego Lüters recurrió al escribano Maximiliano González Lloyd para hacer la transferencia de un terreno en Rawson que le había comprado por $ 250 mil a los hermanos Pedernera. Lloyd le explicó a los jueces que el trámite se frenó “porque Lüters quería escriturar a nombre de una empresa aún no constituida y me dijo que me llamaría un contador”. Era Federico Gatica, que le llevó la documentación a Lloyd. Lüters le pagó al escribano. La flamante sociedad era Mezeta Consulting y en ese lote se levantarían los consultorios médicos.
Pauta para “Bedo”
Gerardo Tardugno fue jefe de Prensa de la Municipalidad de Rawson. En 2015 Rubén “Bedo” Reinoso le pidió pauta publicitaria para el portal de noticias “5 Ciudades”. El periodista declaró que “para iniciar el expediente de cobro, Reinoso nos presentó facturas de Dual Core”. La pauta, de unos $ 5.000, duró menos de un año. #
Diego Correa manejaba tres cuentas corrientes para retirar materiales de construcción: la suya, la de Dual Core y la del exgobernador Mario Das Neves. Lo reveló Laura Díaz, empleada administrativa de VS Materiales en Trelew, en el juicio oral y público por el caso El Embrujo.
Díaz tenía contacto mensual directo con el exsecretario privado del mandatario y le informaba los saldos. “Correa pagaba personalmente en efectivo y muy poco veces con cheques. Yo lo llamaba y era muy buen cliente, eran cuentas importantes”. Cuando el monto era alto, llevaba una mochila con fajos de efectivo termosellados. Alguna vez también pagaron Juan Carlos “Tato” Ramón y Daniela Souza. “Eran guardas, grifería, porcelanatos y juegos de baño”.
El movimiento de la cuenta de Correa llegó a $ 2 millones; Dual Core, a $ 170 mil y Das Neves, a $ 300 mil. Díaz reconoció y leyó ante el Tribunal decenas de recibos del dinero que le entregó Correa para las tres cuentas.
También declaró Juan Carlos “Pichón” Moreira, dueño de VS. Dijo conocer a Correa por los diarios pero admitió que también lo vio en “alguna reunión”, sin mayor relación personal. Confirmó las cuentas corrientes pero pese a la insistencia del fiscal Omar Rodríguez, no precisó montos de compra. “Está todo en los resúmenes de cuenta que entregué”.
Otro testigo, Enrique Beltrán, construyó los tres dúplex y la casa de Playa Unión. Consiguió el trabajo porque compartía otra obra con Jorge Godoy en Rawson. El maestro mayor le pidió un presupuesto para el Grupo Correa. Cotizó $ 1.700 el m2 cubierto y lo contrataron. “A Godoy lo conocía porque fue maestro de mi hijo en la Politécnica”.
Describió que la casa tiene living, entrada principal, cocina-comedor y quincho. En planta alta suma tres habitaciones, un baño, una sala de estar y un dormitorio principal con baño privado. En el patio una pileta que “la hizo ´Tato´ con su gente, yo no participé”.
Correa empezó a visitar la obra con los dúplex terminados y la casa avanzada. Por quincena le pagaban en efectivo él, Godoy o Diego Lüters. Entre $ 20 mil y $ 40 mil cada vez. En una ocasión fueron dólares. “Plata y materiales no faltaban”, graficó. En la audiencia reconoció los recibos firmados por Correa.
En febrero de 2018 Beltrán volvió de sus vacaciones. Ya lo buscaba Fiscalía. Tuvo una reunión en casa de Godoy con Correa y Lüters. “Paraban la obra porque los estaban investigando pero me dijeron que no me hiciera problema porque cuando todo pasara me iban a pagar lo que me debían”. No cumplieron.
También declaró Pablo Báez. Es parte del mantenimiento de Casa de Gobierno. Entró gracias a su madre, que trabajaba en la casa de Correa. “A pedido de Lüters hice pintura en Playa Unión”, contó. De 8 a 14 se suponía que Báez debía estar en Fontana 50. Pero en cambio se subía a un micro rumbo a la obra. Le pagaban con horas extras. Tras la muerte de Das Neves “nos sacaron las extras a todos”.
Sandro López es maestranza y compañero de Báez. Lüters le pidió ir a pintar “una casa enorme” en Playa Unión. “Le dije que no había problema. Era difícil llegar a Correa y primero había que pasar por Lüters”.
El albañil y pintor le planteó: “¿Esto no me va a traer problemas? Si fuera de mi lugar de trabajo me caigo de un andamio, ¿quién se hace cargo?”. Lüters replicó: “Quedate piola porque así como te pusimos, te sacamos”. López se sintió amenazado. Su mujer tenía un embarazo de 6 meses. “Tenía miedo de que me echen y estaba entre la espada y la pared”, Fueron 2 meses y medio de trabajo en la Playa. Iba de 8 a 18. Cobró horas extras.
El testigo admitió que tuvo trabajo gracias a su militancia de 5 años para Das Neves. Y aunque le agradece, debió plantarse ante Correa para que le cumpliera la promesa. “Le dije que me había cagado de frío para ganarme un puesto”.
Alexis Gabra:“Vivíamos amenazados”
Alexis Gabra aún trabaja en la Unidad Gobernador. Compartió oficina con Diego Lüters. En la época de los hechos se sentía “intimidado y amenazado” para firmar pases y acelerar expedientes de cobro a favor de Sepat y Dual Core, que sumaban contrataciones con el Estado.
En la Secretaría Privada “la gran mayoría de los días el trato no era bueno. Si había algo malo o que le molestaba a Correa, lo sabíamos por Lüters. Si te pedía algo y a los 20 minutos no lo hacías, el trato cambiaba. Si yo no firmaba, me quedaba sin trabajo. Choferes, cadetes, empleados administrativos y de mantenimiento, todos ahí vivíamos con esa amenaza y presión constante de que si no hacíamos algo, nos echaban”.
Gabra tuvo un emprendimiento personal de venta de ladrillos. Como necesitó facturar, compró Sepat SRL. “Pero no tenía movimiento ni capital”. En Casa de Gobierno le comentó a Lüters que iba a vender la sociedad. “Le pregunté si conocía interesados porque la SRL ya no me servía ni tenía tiempo para dedicarle”. El precio era 120 mil pero Lüters regateó. Por fin se la compró Correa con $ 90 mil en efectivo en su despacho.
Una tarde en Fontana 50, Gabra le entregó los libros contables a Gatica para la transferencia. El contador de Trelew aparecía cada vez más seguido en la Privada. “Ahí todos entendían que si Lüters te decía algo, era porque te lo decía Correa”.
La camioneta, las obras y los cobros
La venta de la Hilux
Juan Enrique Luden le pagó $ 630 mil en efectivo en mano a Correa por su Toyota Hilux, en enero de 2018. El exsecretario privado necesitaba vaciar Dual Core y Sepat. “El vehículo estaba en muy buen estado y me mandaron a Lüters con la documentación”. Correa también le ofreció la Hyundai H1 por $ 900 mil. No hubo trato aunque “estaba muy bien conservada y con muy pocos kilómetros”, declaró.
“Fue muy raro”
Mario Nahuelcheo fue parte de la investigación del Grupo Correa, junto con Juan Carlos Núñez. Recordó su “sorpresa” cuando descubrió que la supuesta sede de Dual Corea en Velero Vesta127 era “la casa de Correa y de su pareja”. Luego “nos llamó la atención la infraestructura grande de la casa de Playa Unión”. También descubrieron el terreno del Parque Industrial. “Ya habían alambrado y había un contendedor listo. Esa obra se frenó por la investigación”. Nahuelcheo fue quien detuvo al contador Federico Gatica. “Llevaba varios fajos de dinero”. En su testimonio destacó el audio de la charla de Correa con Gonzalo Carpintero. “No sé cómo se enteraron que los escuchábamos. Fue muy raro y nos llamó muchísimo la atención”.
Pulir y encerar
Daniel Ramírez trabaja en el área de Infraestructura del Gobierno. Como parte de su función “inspeccioné trabajos de Dual Core como la pintura de la Residencia Oficial del gobernador, el pulido y encerado del Salón de los Constituyentes y reparaciones en la Sala de Situacipon”. Los finales de obra los firmó con “Tato” Ramón, de quien incluso fue compañero de trabajo cuando el acusado fue director de Obras por Administración.
“Te llama un contador”
Diego Lüters recurrió al escribano Maximiliano González Lloyd para hacer la transferencia de un terreno en Rawson que le había comprado por $ 250 mil a los hermanos Pedernera. Lloyd le explicó a los jueces que el trámite se frenó “porque Lüters quería escriturar a nombre de una empresa aún no constituida y me dijo que me llamaría un contador”. Era Federico Gatica, que le llevó la documentación a Lloyd. Lüters le pagó al escribano. La flamante sociedad era Mezeta Consulting y en ese lote se levantarían los consultorios médicos.
Pauta para “Bedo”
Gerardo Tardugno fue jefe de Prensa de la Municipalidad de Rawson. En 2015 Rubén “Bedo” Reinoso le pidió pauta publicitaria para el portal de noticias “5 Ciudades”. El periodista declaró que “para iniciar el expediente de cobro, Reinoso nos presentó facturas de Dual Core”. La pauta, de unos $ 5.000, duró menos de un año. #