Científicos y agencias de turismo creen necesario eliminar las gaviotas que ataquen a las ballenas

El sector turístico considera que es una buena respuesta y evitaría una merma en los avistajes.

27 AGO 2012 - 21:36 | Actualizado

Marcelo Bertellotti, doctor en Biología e investigador del CONICET en el Centro Nacional Patagónico, se refirió al problema que asedia a las ballenas de Península Valdés y destacó que “la Provincia, con buen tino, eligió el camino de la prudencia, empezando con la intervención mínima posible, removiendo solamente los individuos problema”.
“Lo que se acordó con las ONGs y la comunidad científica, es la prudencia. Empezar con un paso firme, pero haciendo la mínima intervención posible, removiendo a los individuos problema”, explicó Bertellotti.
El investigador señaló que “hay muchos niveles posibles de intervenir, puede ser una acción leve, moderada, o intensa. Una intervención mínima sería la de entrar a la población de gaviotas, eliminando solamente los individuos problema, las gaviotas que se vean efectivamente atacando a las ballenas”.
También expuso que “es un tema que se viene complejizando año tras año. Las gaviotas no es que atacan a las ballenas, sino que se alimentan de ellas y este comportamiento de alimentación, es un comportamiento que se fue propagando y es cada vez más frecuente”.
“Lo que antes hacían sólo las gaviotas adultas se fue pasando a las juveniles y se está propagando con mucha velocidad. Están pasando por una etapa de propagación, de contagio, o podemos decir de aprendizaje de gaviota a gaviota”, analizó, lo que “nos preocupa mucho porque se multiplica el daño que les hacen a las ballenas, sobre todo a las ballenas bebés que nacen en estas aguas”.
“El cambio en el modo de respirar demuestra que las ballenas no son inocuas a este comportamiento de las gaviotas, o sea reaccionan y tratan de defenderse como pueden”, dijo y detalló que “en principio utilizaban un comportamiento que los balleneros llamaron comportamiento de galeón, porque las ballenas sacaban la cabeza y la cola y dejaban sumergido el lomo, como si fueran un viejo galeón, un viejo barco”.
Del mismo modo, entre las crías, apareció un nuevo comportamiento, en donde se observa que “sacan la cabeza hasta la altura del respiráculo, respiran, y se vuelven a meter casi verticalmente bajo el agua, cosa de  exponer la menor superficie posible a los ataques de gaviotas”. La medida a tomar, tiene un doble propósito, en principio eliminar el individuo problema que ataca a las ballenas y al mismo tiempo eliminar la posibilidad de enseñar a otras gaviotas este comportamiento.
Los prestadores de avistaje

Consultado sobre el tema, Jorge Schmid, titular de una de las empresas de Avistaje de Ballenas de Puerto Pirámides, aseguró que “la actividad desarrollada por las gaviotas es realmente espantosa” e indicó que “hay que eliminar a las gaviotas que hacen esta actividad, para que no sigan transmitiendo el conocimiento a otras cientos de gaviotas”.  
“Yo empecé en esta actividad hace 40 años y las gaviotas lo que hicieron es martirizar, incluso en estos momentos están matando los ballenatos, porque no los dejan descansar, no los dejan amamantarse, no los dejan respirar, los agotan”, explicó Schmid, y agregó que “es tremendo el problema de las gaviotas, es lo mismo que usted esté tomando sol en la playa y se le pare una gaviota en el lomo y le picotee el lomo y le saque pedazos de piel, de carne, de grasa, es espantoso”.  
El empresario señaló que “no todas la gaviotas hacen lo mismo, pero se fueron transmitiendo el conocimiento. Antes había 10, después hubo 30, después 70, y así fue creciendo el número de gaviotas que realizan estas prácticas”.
Además, aseguró que el problema es tan grave que “las ballenas ya no pueden ni respirar tranquilas, por lo que aprendieron a respirar encorvadas para no mostrar el lomo a la superficie, y que no las picoteen”.
Sobre la urgencia de las medidas que hay que adoptar, afirmó que “habría que haber hecho algo hace 30 años, cuando había 50 gaviotas que hacían esto y esperemos que no le sigan transmitiendo el conocimiento a todas las otras gaviotas que viven en los basurales, porque entonces el tema sería desastroso”.
“Las gaviotas se alimentan de basura, tienen una capacidad de adaptación terrible, se adaptan a todo. Ya no pescan, comen basura que es mucho más cómodo”, dijo Schmid.
Por último, expuso que “los turistas salen horrorizados de lo que hacen las gaviotas con los ballenatos y con las ballenas madres. Es increíble el grado de agresividad y violencia que tienen”.
Por su parte, Adalberto Sosa, titular de la empresa Peke Sosa Turismo Aventura, indicó que “indudablemente las gaviotas afectan muchísimo a las ballenas en su normal comportamiento. En principio se acercaban y les sacaban un poco de piel pero después empezaron a picotearlas y sacarles grasa y donde hacían pequeñas lastimaduras, picaban en el mismo lugar formando un cráter” y explicó que “son 4 o 5 picotazos por cada gaviota, el tema es que cada momento en que las pican, las ballenas se sumergen, entonces se ve afectado el normal comportamiento de ellas, porque tienen que gastar más energía, tienen que tener más tiempo de navegación sumergidas”.
En ese sentido, dijo que “incluso empezaron a tener una posición de galeón, con la cabeza y la cola afuera para que las gaviotas no las piquen”.
“Las molestan, las alteran y a los ballenatos más todavía porque no tienen la misma fuerza que las madres y se cansan mucho más”, explicó el empresario y remarcó el efecto visual, principalmente para los turistas, “están viendo un acoso terrible de las gaviotas con las ballenas y siempre nos preguntan qué pasa y por qué no se hace algo”.
También, diferenció que “no son todas las gaviotas, solamente las que molestan a las ballenas. Creemos que se van a poder separar las gaviotas de las ballenas y no se tendrá más este tipo de problemas. Esta es una prueba piloto, creemos que es lo correcto, por algo había que empezar y no creemos que afectará al medioambiente, ni a las cantidades de gaviotas”.#

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27 AGO 2012 - 21:36

Marcelo Bertellotti, doctor en Biología e investigador del CONICET en el Centro Nacional Patagónico, se refirió al problema que asedia a las ballenas de Península Valdés y destacó que “la Provincia, con buen tino, eligió el camino de la prudencia, empezando con la intervención mínima posible, removiendo solamente los individuos problema”.
“Lo que se acordó con las ONGs y la comunidad científica, es la prudencia. Empezar con un paso firme, pero haciendo la mínima intervención posible, removiendo a los individuos problema”, explicó Bertellotti.
El investigador señaló que “hay muchos niveles posibles de intervenir, puede ser una acción leve, moderada, o intensa. Una intervención mínima sería la de entrar a la población de gaviotas, eliminando solamente los individuos problema, las gaviotas que se vean efectivamente atacando a las ballenas”.
También expuso que “es un tema que se viene complejizando año tras año. Las gaviotas no es que atacan a las ballenas, sino que se alimentan de ellas y este comportamiento de alimentación, es un comportamiento que se fue propagando y es cada vez más frecuente”.
“Lo que antes hacían sólo las gaviotas adultas se fue pasando a las juveniles y se está propagando con mucha velocidad. Están pasando por una etapa de propagación, de contagio, o podemos decir de aprendizaje de gaviota a gaviota”, analizó, lo que “nos preocupa mucho porque se multiplica el daño que les hacen a las ballenas, sobre todo a las ballenas bebés que nacen en estas aguas”.
“El cambio en el modo de respirar demuestra que las ballenas no son inocuas a este comportamiento de las gaviotas, o sea reaccionan y tratan de defenderse como pueden”, dijo y detalló que “en principio utilizaban un comportamiento que los balleneros llamaron comportamiento de galeón, porque las ballenas sacaban la cabeza y la cola y dejaban sumergido el lomo, como si fueran un viejo galeón, un viejo barco”.
Del mismo modo, entre las crías, apareció un nuevo comportamiento, en donde se observa que “sacan la cabeza hasta la altura del respiráculo, respiran, y se vuelven a meter casi verticalmente bajo el agua, cosa de  exponer la menor superficie posible a los ataques de gaviotas”. La medida a tomar, tiene un doble propósito, en principio eliminar el individuo problema que ataca a las ballenas y al mismo tiempo eliminar la posibilidad de enseñar a otras gaviotas este comportamiento.
Los prestadores de avistaje

Consultado sobre el tema, Jorge Schmid, titular de una de las empresas de Avistaje de Ballenas de Puerto Pirámides, aseguró que “la actividad desarrollada por las gaviotas es realmente espantosa” e indicó que “hay que eliminar a las gaviotas que hacen esta actividad, para que no sigan transmitiendo el conocimiento a otras cientos de gaviotas”.  
“Yo empecé en esta actividad hace 40 años y las gaviotas lo que hicieron es martirizar, incluso en estos momentos están matando los ballenatos, porque no los dejan descansar, no los dejan amamantarse, no los dejan respirar, los agotan”, explicó Schmid, y agregó que “es tremendo el problema de las gaviotas, es lo mismo que usted esté tomando sol en la playa y se le pare una gaviota en el lomo y le picotee el lomo y le saque pedazos de piel, de carne, de grasa, es espantoso”.  
El empresario señaló que “no todas la gaviotas hacen lo mismo, pero se fueron transmitiendo el conocimiento. Antes había 10, después hubo 30, después 70, y así fue creciendo el número de gaviotas que realizan estas prácticas”.
Además, aseguró que el problema es tan grave que “las ballenas ya no pueden ni respirar tranquilas, por lo que aprendieron a respirar encorvadas para no mostrar el lomo a la superficie, y que no las picoteen”.
Sobre la urgencia de las medidas que hay que adoptar, afirmó que “habría que haber hecho algo hace 30 años, cuando había 50 gaviotas que hacían esto y esperemos que no le sigan transmitiendo el conocimiento a todas las otras gaviotas que viven en los basurales, porque entonces el tema sería desastroso”.
“Las gaviotas se alimentan de basura, tienen una capacidad de adaptación terrible, se adaptan a todo. Ya no pescan, comen basura que es mucho más cómodo”, dijo Schmid.
Por último, expuso que “los turistas salen horrorizados de lo que hacen las gaviotas con los ballenatos y con las ballenas madres. Es increíble el grado de agresividad y violencia que tienen”.
Por su parte, Adalberto Sosa, titular de la empresa Peke Sosa Turismo Aventura, indicó que “indudablemente las gaviotas afectan muchísimo a las ballenas en su normal comportamiento. En principio se acercaban y les sacaban un poco de piel pero después empezaron a picotearlas y sacarles grasa y donde hacían pequeñas lastimaduras, picaban en el mismo lugar formando un cráter” y explicó que “son 4 o 5 picotazos por cada gaviota, el tema es que cada momento en que las pican, las ballenas se sumergen, entonces se ve afectado el normal comportamiento de ellas, porque tienen que gastar más energía, tienen que tener más tiempo de navegación sumergidas”.
En ese sentido, dijo que “incluso empezaron a tener una posición de galeón, con la cabeza y la cola afuera para que las gaviotas no las piquen”.
“Las molestan, las alteran y a los ballenatos más todavía porque no tienen la misma fuerza que las madres y se cansan mucho más”, explicó el empresario y remarcó el efecto visual, principalmente para los turistas, “están viendo un acoso terrible de las gaviotas con las ballenas y siempre nos preguntan qué pasa y por qué no se hace algo”.
También, diferenció que “no son todas las gaviotas, solamente las que molestan a las ballenas. Creemos que se van a poder separar las gaviotas de las ballenas y no se tendrá más este tipo de problemas. Esta es una prueba piloto, creemos que es lo correcto, por algo había que empezar y no creemos que afectará al medioambiente, ni a las cantidades de gaviotas”.#