Así se entrenan los pilotos argentinos para los aviones F-16

Pilotos se entrenaron en instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial (INMAE) para reconocer y responder ante eventuales situaciones de hipoxia en vuelo a gran altitud.

19 JUL 2025 - 9:11 | Actualizado 19 JUL 2025 - 9:28

Entre el personal que tomó parte del adiestramiento se encontró un grupo de pilotos adscrito al programa F-16.



La hipoxia ocurre cuando el cuerpo recibe menos oxígeno del necesario. A medida que una aeronave asciende y la presión atmosférica disminuye, la oxigenación cerebral se reduce, afectando de forma progresiva la capacidad de pensar, coordinar y reaccionar.


Los síntomas pueden incluir mareos, cosquilleo, visión borrosa, euforia o incluso una falsa sensación de bienestar. Lo peligroso es que muchas veces el piloto no se da cuenta de que está siendo afectado. En altitudes superiores a los 20.000 pies, el Tiempo Útil de Conciencia (TUC) puede reducirse a menos de un minuto. Y cuando eso ocurre durante una misión, no hay segunda oportunidad.


Durante el ejercicio, la simulación llevó a los tripulantes hasta los 25.000 pies de altitud. Allí, cada piloto debía identificar sus síntomas personales de hipoxia. No se trataba de resistir, sino de reconocer el umbral antes de que la conciencia se pierda.


La simulación fue realizada bajo estricta supervisión médica, con monitoreo de la actividad cerebral, cardíaca, muscular y respiratoria. La cámara cuenta con dos compartimentos presurizables de manera independiente, permitiendo maniobras rápidas de descompresión y control total sobre las condiciones del entorno.

Lejos de ser un ejercicio de laboratorio, este entrenamiento tiene una dimensión operacional concreta. Los pilotos de caza, especialmente los que se preparan para operar plataformas como el F-16, están expuestos a condiciones extremas de altitud y velocidad. Saber cómo responde el cuerpo en esos momentos es una ventaja táctica y, muchas veces, la diferencia entre volver a base o no hacerlo.



Además de los oficiales adscritos al Programa F-16, el ejercicio es parte del entrenamiento regular de aviadores de distintas unidades de combate de la Fuerza Aérea. No importa qué avión se vuele: los efectos fisiológicos de la altitud afectan a todos por igual.

(Fuente y fotos: https://noticiasenvuelo.faa.mil.ar/articulos.php?idn=808)

19 JUL 2025 - 9:11

Entre el personal que tomó parte del adiestramiento se encontró un grupo de pilotos adscrito al programa F-16.



La hipoxia ocurre cuando el cuerpo recibe menos oxígeno del necesario. A medida que una aeronave asciende y la presión atmosférica disminuye, la oxigenación cerebral se reduce, afectando de forma progresiva la capacidad de pensar, coordinar y reaccionar.


Los síntomas pueden incluir mareos, cosquilleo, visión borrosa, euforia o incluso una falsa sensación de bienestar. Lo peligroso es que muchas veces el piloto no se da cuenta de que está siendo afectado. En altitudes superiores a los 20.000 pies, el Tiempo Útil de Conciencia (TUC) puede reducirse a menos de un minuto. Y cuando eso ocurre durante una misión, no hay segunda oportunidad.


Durante el ejercicio, la simulación llevó a los tripulantes hasta los 25.000 pies de altitud. Allí, cada piloto debía identificar sus síntomas personales de hipoxia. No se trataba de resistir, sino de reconocer el umbral antes de que la conciencia se pierda.


La simulación fue realizada bajo estricta supervisión médica, con monitoreo de la actividad cerebral, cardíaca, muscular y respiratoria. La cámara cuenta con dos compartimentos presurizables de manera independiente, permitiendo maniobras rápidas de descompresión y control total sobre las condiciones del entorno.

Lejos de ser un ejercicio de laboratorio, este entrenamiento tiene una dimensión operacional concreta. Los pilotos de caza, especialmente los que se preparan para operar plataformas como el F-16, están expuestos a condiciones extremas de altitud y velocidad. Saber cómo responde el cuerpo en esos momentos es una ventaja táctica y, muchas veces, la diferencia entre volver a base o no hacerlo.



Además de los oficiales adscritos al Programa F-16, el ejercicio es parte del entrenamiento regular de aviadores de distintas unidades de combate de la Fuerza Aérea. No importa qué avión se vuele: los efectos fisiológicos de la altitud afectan a todos por igual.

(Fuente y fotos: https://noticiasenvuelo.faa.mil.ar/articulos.php?idn=808)