En marzo de este año, una mujer comerciante de la avenida Perón 64 de Esquel, denunció el acoso permanente de un hombre que amenazaba de muerte a sus dos hijas menores y a ella, situación que comenzó en 2023. Había sido derivado a Trelew para ser tratado de trastorno de obsesión e idea fija. Pero, de regreso en la cordillera, continuaba atemorizando a vecinos.
El sujeto, cuyas iniciales son F. A., no cesaba en sus atropellos e incursionaba siempre en el negocio de María José Roca, que había relatado a Jornada que "estaba obsesionado con amenazarme de muerte y también a mis hijas de 7 y 11 años, incluso atacó de la misma manera a una vecina y sus hijas".
Lo trataban en una institución tutelada en Trelew, pero lo autorizaban a volver a Esquel con frecuencia. La comerciante advirtió en aquella entrevista que F.A. "es peligroso y agresivo. Pero cuando iba a denunciar se me reían en la cara, y me decían que medicado era un señor".
Asimismo la víctima precisó que el 31 de diciembre del año pasado, se le abalanzó y la amenazó con asesinarla, haciendo gestos de que utilizaría un arma. "Logré entrar al negocio y me gritó que no va a parar hasta matarme a mí y mis hijas".
En este contexto había sido detenido e internado en Salud Mental del Hospital Zonal Esquel, con un cuadro de delirio místico, de donde lo derivaron nuevamente a un centro especializado de Trelew. Todo volvió a la tranquilidad, pero dos días atrás el individuo reapareció en Esquel.
Otra vez
Este jueves María José Roca se refirió al tema, y manifestó “estoy mal; me cuesta salir a hablar, estoy pasando una situación espantosa porque pensé que el problema ya estaba resuelto, pero una vecina me llamó para contarme que el sujeto está nuevamente en Esquel”.
Por ende -narró-, “comenzó de nuevo mi tortura y la de mis hijas, de pasar lo mismo que padezco hace tres años. Nos amenaza de muerte y nos persigue, y mis hijas no pueden ir a la casa de su abuela que vive a tres cuadras de distancia. Una de ellas no puede ir al centro y la tengo encerrada. Cada vez que salimos debemos mirar para todos lados y observar las cámaras, por lo que me siento totalmente abandonada por las autoridades, Fiscalía, Policía y el Estado, y me dicen que es inimputable y no se puede hacer nada”.
La mujer consideró que el Estado se tiene que hacer cargo pero no lo hace, y agregó que una vecina viene siendo atropellada por el hombre hace 20 años, y hay otros casos en el sector. “No puedo creer que un sujeto le arruine la vida a tantas personas que lo padecemos”, enfatizó.
“Estoy pidiendo por favor que me escuchen”, recalcó María José y añadió que si bien desde que regresó a la ciudad tres días atrás no le ha hecho nuevas amenazas, es algo latente, y contó que en la policía le expresaron que hasta que no suceda algo, no le pueden asignar una consigna policial, y “no respetaron una cédula de notificación que tengo, que establecía que si aparecía este sujeto, me debían poner una consigna policial por noventa días, hasta que se fuera, y sólo hacen rondines”.
Puso el acento la comerciante que el hombre tiene un trastorno obsesivo, que no se cura con una pastilla, tal se la informó un médico de salud mental del Hospital Zonal Esquel, y refirió a un caso similar en Cholila, de un individuo con el mismo trastorno, que amenazó de muerte a una persona y lo cumplió.
También relató María José Roca que este hombre en Fiscalía al ser entrevistado había dicho “soy un enviado de Dios y vengo a matar”, y el Jefe del área de salud mental del nosocomio local, Esteban Pikiewicz, le advirtió que en base a esa conducta, hasta que no cumpla su propósito con ella u otros vecinos, no va a parar.
Nervios y pánico
La mujer invocó un artículo de la ley de salud mental, que indica que cuando una persona es peligrosa para si mismo o terceros, puede ser internado sin preguntarle. “Lo tendrían que haber hecho apenas llegó”. Aseguró que vive en un estado de nerviosismo, y sus hijas tienen ataque de pánico.
En su preocupación, pide que a F.A. lo lleven a donde tiene que estar para su tratamiento, porque en salud mental del hospital zonal no tienen las condiciones para tenerlo internado. Además, maría José informó que horas atrás, el sujeto amenazó a una vecina que tiene un bebé de un año, con matarla, haciéndole señas como que lo haría con un arma.
Lamentó la falta de empatía por el otro, y remarcó que está sola tratando de hacer algo, porque nadie se acerca a solidarizarse. Finalmente pidió que Salud haga un informe de la peligrosidad de F.A., y sea enviado a donde corresponda, para que se tomen medidas de por vida.
En marzo de este año, una mujer comerciante de la avenida Perón 64 de Esquel, denunció el acoso permanente de un hombre que amenazaba de muerte a sus dos hijas menores y a ella, situación que comenzó en 2023. Había sido derivado a Trelew para ser tratado de trastorno de obsesión e idea fija. Pero, de regreso en la cordillera, continuaba atemorizando a vecinos.
El sujeto, cuyas iniciales son F. A., no cesaba en sus atropellos e incursionaba siempre en el negocio de María José Roca, que había relatado a Jornada que "estaba obsesionado con amenazarme de muerte y también a mis hijas de 7 y 11 años, incluso atacó de la misma manera a una vecina y sus hijas".
Lo trataban en una institución tutelada en Trelew, pero lo autorizaban a volver a Esquel con frecuencia. La comerciante advirtió en aquella entrevista que F.A. "es peligroso y agresivo. Pero cuando iba a denunciar se me reían en la cara, y me decían que medicado era un señor".
Asimismo la víctima precisó que el 31 de diciembre del año pasado, se le abalanzó y la amenazó con asesinarla, haciendo gestos de que utilizaría un arma. "Logré entrar al negocio y me gritó que no va a parar hasta matarme a mí y mis hijas".
En este contexto había sido detenido e internado en Salud Mental del Hospital Zonal Esquel, con un cuadro de delirio místico, de donde lo derivaron nuevamente a un centro especializado de Trelew. Todo volvió a la tranquilidad, pero dos días atrás el individuo reapareció en Esquel.
Otra vez
Este jueves María José Roca se refirió al tema, y manifestó “estoy mal; me cuesta salir a hablar, estoy pasando una situación espantosa porque pensé que el problema ya estaba resuelto, pero una vecina me llamó para contarme que el sujeto está nuevamente en Esquel”.
Por ende -narró-, “comenzó de nuevo mi tortura y la de mis hijas, de pasar lo mismo que padezco hace tres años. Nos amenaza de muerte y nos persigue, y mis hijas no pueden ir a la casa de su abuela que vive a tres cuadras de distancia. Una de ellas no puede ir al centro y la tengo encerrada. Cada vez que salimos debemos mirar para todos lados y observar las cámaras, por lo que me siento totalmente abandonada por las autoridades, Fiscalía, Policía y el Estado, y me dicen que es inimputable y no se puede hacer nada”.
La mujer consideró que el Estado se tiene que hacer cargo pero no lo hace, y agregó que una vecina viene siendo atropellada por el hombre hace 20 años, y hay otros casos en el sector. “No puedo creer que un sujeto le arruine la vida a tantas personas que lo padecemos”, enfatizó.
“Estoy pidiendo por favor que me escuchen”, recalcó María José y añadió que si bien desde que regresó a la ciudad tres días atrás no le ha hecho nuevas amenazas, es algo latente, y contó que en la policía le expresaron que hasta que no suceda algo, no le pueden asignar una consigna policial, y “no respetaron una cédula de notificación que tengo, que establecía que si aparecía este sujeto, me debían poner una consigna policial por noventa días, hasta que se fuera, y sólo hacen rondines”.
Puso el acento la comerciante que el hombre tiene un trastorno obsesivo, que no se cura con una pastilla, tal se la informó un médico de salud mental del Hospital Zonal Esquel, y refirió a un caso similar en Cholila, de un individuo con el mismo trastorno, que amenazó de muerte a una persona y lo cumplió.
También relató María José Roca que este hombre en Fiscalía al ser entrevistado había dicho “soy un enviado de Dios y vengo a matar”, y el Jefe del área de salud mental del nosocomio local, Esteban Pikiewicz, le advirtió que en base a esa conducta, hasta que no cumpla su propósito con ella u otros vecinos, no va a parar.
Nervios y pánico
La mujer invocó un artículo de la ley de salud mental, que indica que cuando una persona es peligrosa para si mismo o terceros, puede ser internado sin preguntarle. “Lo tendrían que haber hecho apenas llegó”. Aseguró que vive en un estado de nerviosismo, y sus hijas tienen ataque de pánico.
En su preocupación, pide que a F.A. lo lleven a donde tiene que estar para su tratamiento, porque en salud mental del hospital zonal no tienen las condiciones para tenerlo internado. Además, maría José informó que horas atrás, el sujeto amenazó a una vecina que tiene un bebé de un año, con matarla, haciéndole señas como que lo haría con un arma.
Lamentó la falta de empatía por el otro, y remarcó que está sola tratando de hacer algo, porque nadie se acerca a solidarizarse. Finalmente pidió que Salud haga un informe de la peligrosidad de F.A., y sea enviado a donde corresponda, para que se tomen medidas de por vida.