La sorpresiva petición fue realizada en Buenos Aires por el primer ministro annobonés, Orlando Cartagena Lagar, quien denunció una grave crisis humanitaria y pidió auxilio frente a la represión ejercida por el régimen de Guinea Ecuatorial, país que actualmente controla el territorio.
Cartagena Lagar apeló a una supuesta herencia histórica compartida, al afirmar que Annobón habría formado parte del Virreinato del Río de la Plata antes de ser transferida a la Corona española en el siglo XVIII.
Aunque esta interpretación es históricamente controvertida, el primer ministro insistió en que Argentina y Annobón están unidas por la historia’’ y pidió que se retomen esos lazos en nombre de la solidaridad y los derechos humanos.
En 2022, Annobón declaró unilateralmente su independencia de Guinea Ecuatorial, pero hasta el momento no ha recibido reconocimiento internacional, tampoco por parte de Argentina.
La isla posee ricos recursos pesqueros y minerales, y se encuentra en una ruta marítima clave en el Atlántico. En este contexto, se evalúa la posibilidad de que Argentina instale una base logística y humanitaria en la isla, fortaleciendo así su presencia internacional en tres continentes: América del Sur, la Antártida y ahora África.
No obstante, el pedido de Annobón podría tener profundas consecuencias diplomáticas. Varios analistas advierten que un eventual vínculo formal con Argentina podría deteriorar las relaciones con Guinea Ecuatorial y generar tensiones con otros países africanos, lo que afectaría potencialmente el apoyo regional a la causa de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. La situación exige una delicada maniobra diplomática por parte del gobierno argentino.
Hasta el momento, el Ejecutivo nacional ha optado por rechazar la petición, aunque se sabe que la solicitud fue derivada al Congreso y está siendo analizada por comisiones legislativas. La posible aceptación del pedido de Annobón abriría un inédito capítulo en la política exterior argentina y podría redefinir su rol en el escenario global.
El caso de Annobón no solo plantea preguntas sobre el derecho a la autodeterminación, sino también sobre las responsabilidades humanitarias y geopolíticas que los estados están dispuestos a asumir en un mundo cada vez más interconectado. /Derecha Diario
La sorpresiva petición fue realizada en Buenos Aires por el primer ministro annobonés, Orlando Cartagena Lagar, quien denunció una grave crisis humanitaria y pidió auxilio frente a la represión ejercida por el régimen de Guinea Ecuatorial, país que actualmente controla el territorio.
Cartagena Lagar apeló a una supuesta herencia histórica compartida, al afirmar que Annobón habría formado parte del Virreinato del Río de la Plata antes de ser transferida a la Corona española en el siglo XVIII.
Aunque esta interpretación es históricamente controvertida, el primer ministro insistió en que Argentina y Annobón están unidas por la historia’’ y pidió que se retomen esos lazos en nombre de la solidaridad y los derechos humanos.
En 2022, Annobón declaró unilateralmente su independencia de Guinea Ecuatorial, pero hasta el momento no ha recibido reconocimiento internacional, tampoco por parte de Argentina.
La isla posee ricos recursos pesqueros y minerales, y se encuentra en una ruta marítima clave en el Atlántico. En este contexto, se evalúa la posibilidad de que Argentina instale una base logística y humanitaria en la isla, fortaleciendo así su presencia internacional en tres continentes: América del Sur, la Antártida y ahora África.
No obstante, el pedido de Annobón podría tener profundas consecuencias diplomáticas. Varios analistas advierten que un eventual vínculo formal con Argentina podría deteriorar las relaciones con Guinea Ecuatorial y generar tensiones con otros países africanos, lo que afectaría potencialmente el apoyo regional a la causa de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. La situación exige una delicada maniobra diplomática por parte del gobierno argentino.
Hasta el momento, el Ejecutivo nacional ha optado por rechazar la petición, aunque se sabe que la solicitud fue derivada al Congreso y está siendo analizada por comisiones legislativas. La posible aceptación del pedido de Annobón abriría un inédito capítulo en la política exterior argentina y podría redefinir su rol en el escenario global.
El caso de Annobón no solo plantea preguntas sobre el derecho a la autodeterminación, sino también sobre las responsabilidades humanitarias y geopolíticas que los estados están dispuestos a asumir en un mundo cada vez más interconectado. /Derecha Diario