El 2 de mayo de 2008 entraba en erupción el volcán chileno Chaitén. Sus cenizas llegaron hasta la costa chubutense y norte del país.
El amanecer de ese día en Esquel y la región, fue de susto y alarma, por la lluvia de una densa ceniza volcánica, hasta que los estamentos correspondientes comenzaron a informar de qué se trataba. La población de Chaitén fue evacuada, muchas familias se trasladaron a localidades vecinas, también llegaron a Esquel, Trevelin y otras localidades del lado argentino donde tenían familiares o conocidos.
Además, una importante cantidad de gente cruzó por territorio argentino con destino a ciudades de Chile, como Puerto Montt y por Esquel pasaban camiones con animales.
Hubo numerosas consecuencias derivadas de la actividad volcánica, como el cierre de rutas y clausura de las operaciones del aeropuerto local temporal. El agua potable era monitoreada de manera permanente, y la ceniza se acumulaba en las calles. En esa época el Gobierno Provincial, que conducía Mario Das Neves, contrató una empresa para la limpieza general de la ciudad, y las fuerzas vivas mantenían reuniones permanentes para hacer un seguimiento de la situación.
Por el Gobierno Nacional arribó el entonces vicepresidente Julio Cobos y una delegación de funcionarios, para evaluar el caos y tomar medidas de asistencia. La normalidad en la región, tardó un tiempo en regresar.
El 2 de mayo de 2008 entraba en erupción el volcán chileno Chaitén. Sus cenizas llegaron hasta la costa chubutense y norte del país.
El amanecer de ese día en Esquel y la región, fue de susto y alarma, por la lluvia de una densa ceniza volcánica, hasta que los estamentos correspondientes comenzaron a informar de qué se trataba. La población de Chaitén fue evacuada, muchas familias se trasladaron a localidades vecinas, también llegaron a Esquel, Trevelin y otras localidades del lado argentino donde tenían familiares o conocidos.
Además, una importante cantidad de gente cruzó por territorio argentino con destino a ciudades de Chile, como Puerto Montt y por Esquel pasaban camiones con animales.
Hubo numerosas consecuencias derivadas de la actividad volcánica, como el cierre de rutas y clausura de las operaciones del aeropuerto local temporal. El agua potable era monitoreada de manera permanente, y la ceniza se acumulaba en las calles. En esa época el Gobierno Provincial, que conducía Mario Das Neves, contrató una empresa para la limpieza general de la ciudad, y las fuerzas vivas mantenían reuniones permanentes para hacer un seguimiento de la situación.
Por el Gobierno Nacional arribó el entonces vicepresidente Julio Cobos y una delegación de funcionarios, para evaluar el caos y tomar medidas de asistencia. La normalidad en la región, tardó un tiempo en regresar.