El accidente tuvo lugar el 7 de febrero sobre las 10:30 horas, cuando la mujer, identificada como Nathalie Ross, intentó interactuar con un tiburón de aproximadamente 1,8 metros de longitud en unas aguas poco profundas de la playa Thompson’s Cove. Todo ello con el objetivo de tomarse una fotografía con el animal. Durante el intento, el tiburón la atacó, la mordió en el muslo y la amputó las dos manos.
Varios testigos presenciales relataron que el marido de la mujer acudió rápidamente a ayudarla, enfrentándose al tiburón para intentar salvarla. Sin embargo, a pesar de sus intentos, el depredador le produjo grandes heridas. Inmediatamente después, otras personas y los responsables de la playa asistieron a la víctima, colocándola torniquetes improvisados para controlar la hemorragia hasta la llegada de los servicios de emergencia.
Las autoridades han estimado que el tiburón medía cerca de 1,8 metros, pero aún no han confirmado de qué especie se trataba. El Gobierno de las Islas Turcas y Caicos ha emitido un comunicado advirtiendo a los residentes y turistas sobre los peligros de interactuar con la fauna marina, explicando que este tipo de comportamientos pueden provocar accidentes desafortunados.
Como medida preventiva, la playa de Thompson’s Cove fue cerrada temporalmente hasta el 9 de febrero, cuando vieron que el tiburón había regresado a aguas más profundas.
Aunque las Islas Turcas y Caicos son conocidas por sus aguas cristalinas y su rica biodiversidad marina, los ataques de tiburón no son muy comunes. Sin embargo, este accidente no es el primero. En mayo de 2023, una turista estadounidense de 22 años perdió una pierna tras ser atacada por un tiburón mientras practicaba snorkel cerca del Blue Haven Resort en la isla de Providenciales. Estos sucesos han llevado a las autoridades a reforzar las advertencias sobre la interacción con la vida silvestre marina y a implementar medidas de seguridad más estrictas para proteger tanto a los visitantes como a los residentes.
El accidente tuvo lugar el 7 de febrero sobre las 10:30 horas, cuando la mujer, identificada como Nathalie Ross, intentó interactuar con un tiburón de aproximadamente 1,8 metros de longitud en unas aguas poco profundas de la playa Thompson’s Cove. Todo ello con el objetivo de tomarse una fotografía con el animal. Durante el intento, el tiburón la atacó, la mordió en el muslo y la amputó las dos manos.
Varios testigos presenciales relataron que el marido de la mujer acudió rápidamente a ayudarla, enfrentándose al tiburón para intentar salvarla. Sin embargo, a pesar de sus intentos, el depredador le produjo grandes heridas. Inmediatamente después, otras personas y los responsables de la playa asistieron a la víctima, colocándola torniquetes improvisados para controlar la hemorragia hasta la llegada de los servicios de emergencia.
Las autoridades han estimado que el tiburón medía cerca de 1,8 metros, pero aún no han confirmado de qué especie se trataba. El Gobierno de las Islas Turcas y Caicos ha emitido un comunicado advirtiendo a los residentes y turistas sobre los peligros de interactuar con la fauna marina, explicando que este tipo de comportamientos pueden provocar accidentes desafortunados.
Como medida preventiva, la playa de Thompson’s Cove fue cerrada temporalmente hasta el 9 de febrero, cuando vieron que el tiburón había regresado a aguas más profundas.
Aunque las Islas Turcas y Caicos son conocidas por sus aguas cristalinas y su rica biodiversidad marina, los ataques de tiburón no son muy comunes. Sin embargo, este accidente no es el primero. En mayo de 2023, una turista estadounidense de 22 años perdió una pierna tras ser atacada por un tiburón mientras practicaba snorkel cerca del Blue Haven Resort en la isla de Providenciales. Estos sucesos han llevado a las autoridades a reforzar las advertencias sobre la interacción con la vida silvestre marina y a implementar medidas de seguridad más estrictas para proteger tanto a los visitantes como a los residentes.