En diálogo con el programa Si Pasa, Pasa por Radio Rivadavia, De Pablo sostuvo que “no es Caputo el que le dijo a Milei que tiene que mantener el equilibrio fiscal”, sino que “el presidente de la Nación lleva esto en la sangre y es fundamental” y aseguró que “Caputo se anima a hacer cosas porque lo tiene a Milei atrás”.
En relación a la posibilidad de que dicha política pierda terreno en medio del calendario electoral, consideró que “sería una barbaridad que aflojaran en el nombre de que se consigue más plata o que vienen las próximas elecciones, porque arriesgaría que todo el sacrificio que hizo la población se transformara en desperdicio”, indicando que “no hay que tomar decisiones en base a eso”.
En la misma línea y poniendo como referencia al presupuesto del año próximo enviado al Congreso, indicó que “a mí me parece que está clarísimo que va a seguir con la política fiscal, el equilibrio de flujo” ya que en la ley de Presupuesto “el artículo 1 dice que el déficit 2025 va a ser cero, y el artículo dos ya veremos cómo lo logramos”.
Al respecto, subrayó que “la convicción de la cual se toma las decisiones no es la convicción de la planilla Excel o de un pronóstico, es la convicción de un presidente determinado que dice esto es así”, y aunque reconoció que “por supuesto está pendiente de las elecciones”, manifestó que “dice mi carta, aún en el plano electoral, está en hacer lo que estoy haciendo, no en aflojar porque volamos todos por el aire”.
En ese marco y de cara a los comicios legislativos, insistió en que Milei “no tiene gobernadores, tiene pocos senadores, pocos diputados, pocos instrumentos”, por lo que “está aferrado a la herramienta fiscal” y consideró que “lo que ha mostrado 2024 es que la herramienta fiscal es mucho más poderosa que la herramienta monetaria o la herramienta cambiaria” y advirtió que “si vos tuvieras hoy la tablita tipo Martínez de Hoz o la convertibilidad de Cavallo yo estaría transpirando”.
En relación a las consideraciones que califican de “milagro” lo hecho en materia macroeconómica por el Ejecutivo, que fue desestimado por Milei al señalar que es producto del trabajo, De Pablo expresó que “no es milagro, si es sorpresa” y estimó que el mandatario “también se puede haber sorprendido con la velocidad con la cual se dieron algunos resultados”.
Por otro lado, se refirió a la baja del riesgo país de las últimas semanas y destacó que “lo más importante de la caída del río país es que el gobierno dijo no vamos a usar esto para aumentar la deuda neta”, por lo que consideró que “parecería que la lectura de Poder Ejecutivo es que la caída del riesgo país me va a servir para entablar de manera mejor la negociación que tengo que tener con los tenedores de los títulos a los cuales tengo que renovar por otros títulos”.
En la semana que se dará a conocer el dato oficial de inflación, el economista anticipó que el IPC de octubre del INDEC “va a decir algo alrededor de 3%” y afirmó que “si en noviembre diera 4%, no es para cortarse las venas” señalando que “tenemos que acostumbrarnos, es un país muy fluido".
Sin embargo, valoró el proceso desinflacionario al sostener que “la reducción de la inflación no se basó ni en un dibujo del INDEC, que hubiera sido una barbaridad, ni en un control de precios directo, otra barbaridad”.
Al referirse al comportamiento del consumo, De Pablo cuestionó la manera en la que se lo mide al señalar que “hay que tener en cuenta todos los canales de consumo porque de lo contrario llegamos a la conclusión de que los productores cada vez producen más y venden menos, son tarados”, ironizando que “están generando inventario involuntario, no puede ser”.
En cuanto a la dinámica que vienen exhibiendo los salarios, sostuvo que la recuperación “es heterogénea” y al citar un informe de Idesa aseguró que “me llamó la atención que el empleo informal creció más que el formal”, preguntándose “cómo el informal, no era la ley de la selva, oferta y demanda”.
En relación al salario formal, precisó que “el salario que realmente cayó es el del sector público porque el privado formal, mal que mal, tiene alguna cláusula de indexación y cuando baja la tasa de inflación recupera por lo menos parcialmente”.
En diálogo con el programa Si Pasa, Pasa por Radio Rivadavia, De Pablo sostuvo que “no es Caputo el que le dijo a Milei que tiene que mantener el equilibrio fiscal”, sino que “el presidente de la Nación lleva esto en la sangre y es fundamental” y aseguró que “Caputo se anima a hacer cosas porque lo tiene a Milei atrás”.
En relación a la posibilidad de que dicha política pierda terreno en medio del calendario electoral, consideró que “sería una barbaridad que aflojaran en el nombre de que se consigue más plata o que vienen las próximas elecciones, porque arriesgaría que todo el sacrificio que hizo la población se transformara en desperdicio”, indicando que “no hay que tomar decisiones en base a eso”.
En la misma línea y poniendo como referencia al presupuesto del año próximo enviado al Congreso, indicó que “a mí me parece que está clarísimo que va a seguir con la política fiscal, el equilibrio de flujo” ya que en la ley de Presupuesto “el artículo 1 dice que el déficit 2025 va a ser cero, y el artículo dos ya veremos cómo lo logramos”.
Al respecto, subrayó que “la convicción de la cual se toma las decisiones no es la convicción de la planilla Excel o de un pronóstico, es la convicción de un presidente determinado que dice esto es así”, y aunque reconoció que “por supuesto está pendiente de las elecciones”, manifestó que “dice mi carta, aún en el plano electoral, está en hacer lo que estoy haciendo, no en aflojar porque volamos todos por el aire”.
En ese marco y de cara a los comicios legislativos, insistió en que Milei “no tiene gobernadores, tiene pocos senadores, pocos diputados, pocos instrumentos”, por lo que “está aferrado a la herramienta fiscal” y consideró que “lo que ha mostrado 2024 es que la herramienta fiscal es mucho más poderosa que la herramienta monetaria o la herramienta cambiaria” y advirtió que “si vos tuvieras hoy la tablita tipo Martínez de Hoz o la convertibilidad de Cavallo yo estaría transpirando”.
En relación a las consideraciones que califican de “milagro” lo hecho en materia macroeconómica por el Ejecutivo, que fue desestimado por Milei al señalar que es producto del trabajo, De Pablo expresó que “no es milagro, si es sorpresa” y estimó que el mandatario “también se puede haber sorprendido con la velocidad con la cual se dieron algunos resultados”.
Por otro lado, se refirió a la baja del riesgo país de las últimas semanas y destacó que “lo más importante de la caída del río país es que el gobierno dijo no vamos a usar esto para aumentar la deuda neta”, por lo que consideró que “parecería que la lectura de Poder Ejecutivo es que la caída del riesgo país me va a servir para entablar de manera mejor la negociación que tengo que tener con los tenedores de los títulos a los cuales tengo que renovar por otros títulos”.
En la semana que se dará a conocer el dato oficial de inflación, el economista anticipó que el IPC de octubre del INDEC “va a decir algo alrededor de 3%” y afirmó que “si en noviembre diera 4%, no es para cortarse las venas” señalando que “tenemos que acostumbrarnos, es un país muy fluido".
Sin embargo, valoró el proceso desinflacionario al sostener que “la reducción de la inflación no se basó ni en un dibujo del INDEC, que hubiera sido una barbaridad, ni en un control de precios directo, otra barbaridad”.
Al referirse al comportamiento del consumo, De Pablo cuestionó la manera en la que se lo mide al señalar que “hay que tener en cuenta todos los canales de consumo porque de lo contrario llegamos a la conclusión de que los productores cada vez producen más y venden menos, son tarados”, ironizando que “están generando inventario involuntario, no puede ser”.
En cuanto a la dinámica que vienen exhibiendo los salarios, sostuvo que la recuperación “es heterogénea” y al citar un informe de Idesa aseguró que “me llamó la atención que el empleo informal creció más que el formal”, preguntándose “cómo el informal, no era la ley de la selva, oferta y demanda”.
En relación al salario formal, precisó que “el salario que realmente cayó es el del sector público porque el privado formal, mal que mal, tiene alguna cláusula de indexación y cuando baja la tasa de inflación recupera por lo menos parcialmente”.