Editorial / En el mismo lodo

El Gobierno de Milei es un camión sin frenos ni conductor. Por ahora, y no es menor, sigue teniendo la anuencia de buena parte del electorado que le dio su voto en noviembre del año pasado, convencidos de que era mejor entregarle el país a un payaso mediático que a un candidato del peronismo o de Juntos por el Cambio. ¿Hasta cuándo durará el “amor”?

Apretón. Milei y Macri, una relación interesada y peligrosa para el país.
24 AGO 2024 - 13:15 | Actualizado 25 AGO 2024 - 14:20

Hace ocho meses que el país entró en una vorágine indetenible. Una banda de improvisados en sociedad con un grupo de oportunistas políticos y especuladores financieros, se hizo del poder y no para de tirar de la cuerda en nombre de una falsa libertad que conducirá al país a un desfiladero en el que, es más que obvio, no habrá lugar para todos.

En el medio, el presidente Javier Milei vive en una realidad paralela en la que puede decir cualquier barbaridad sin ponerse colorado, se la pasa hostigando a todo el mundo en las redes sociales y está de novio con una vedette de los años 90. Cuando tiene tiempo, viaja o da discursos en donde presume de sus conocimientos de economía, mientras el coro estable de economistas liberales ya casi no calla su desencanto y se animan a describirlo como lo que es: un chantapufi peligroso y con poder.

El Gobierno de Milei es un camión sin frenos ni conductor. Por ahora, y no es menor, sigue teniendo la anuencia de buena parte del electorado que le dio su voto en noviembre del año pasado, convencidos de que era mejor entregarle el país a un payaso mediático que a un candidato del peronismo o de Juntos por el Cambio. ¿Hasta cuándo durará el “amor”?

A Milei parece importarle poco ese apoyo a cambio de nada y acelera todo el tiempo hacia la pared. Va muy rápido y en bajada. Y no puede terminar de construir nada porque el Presidente tiene fascinación por la destrucción.

Cuán grave será la situación económica y social del país que ya ni siquiera hace falta que la oposición política, atomizada y desacreditada, salga a marcar la cancha. Fue la organización internacional Unicef la que le dio una cachetada a la sociedad argentina al divulgar en las últimas semanas un spot en el que se ve a una madre sosteniendo a su hijo en un sentido abrazo, mientras lo arropaba en la cama, antes de que una voz femenina en off diga: “El hambre no tiene final feliz, en la Argentina un millón de niñas y niños se van a dormir sin comer”. Uno se pregunta: ¿ese millón de chicos y chicas dormirán en una cama, como muestra el spot de Unicef? ¿Desayunarán y almorzarán durante el día,ya que de noche se duermen sin comer nada?

Sin palabras.

Sucesión de hechos desafortunados

En los últimos días, el Gobierno no paró de encadenar derrotas legislativas, en una semana negra en la que, además, explotó la interna libertaria y su relación con Mauricio Macri entró, otra vez, en un cono de sombras.

La oposición de siempre, más los “dialoguistas” que hasta hace poco le votaban todo a favor, le voltearon en la Cámara de Diputados el DNU que le otorgaba 100.000 millones de pesos a la SIDE de “Santi” Caputo y al día siguiente el Senado le aprobó la movilidad jubilatoria que tanto resisten Milei y “Toto” Caputo, en nombre del falso “déficit cero”.

Cómo será la cosa que hasta las legisladoras macristas chubutenses Ana Clara Romero, en Diputados, y Andrea Cristina, en el Senado, que venían votándole todo con pasión y desenfreno a los libertarios, esta vez recularon y aportaron sus votos para asestarle dos estocadas al Gobierno de Milei. Las órdenes de Mauricio no se discuten.

Claro, no contaban con que un día después “el ángel exterminador” -como ácidamente lo bautizó el escritor e intelectual menemista Jorge Asis- las iba a dejar a ellas y al resto de los legisladores del PRO en off-side para respaldar el veto total que Milei anunció para la ley jubilatoria.

En la dulce espera

También los gobernadores que le responden al calabrés, como el chubutense Nacho Torres, el entrerriano Rogelio Frigerio y el jefe de Gobierno porteño, el primo Jorge, sienten que están atrapados entre la virulenta insensibilidad de Milei y los intereses personales de Macri. Algunos hasta se preguntan si no ha sido demasiado darle todo el apoyo parlamentario para que salgan la Ley Bases y el paquete fiscal, mientras siguen siendo tratados como “degenerados fiscales” y los fondos nacionales no bajan con la firmeza prometida.

Chubut, por ejemplo, sigue esperando el visto bueno para avanzar en una compensación de deuda que le permita achicar el pánico financiero que sigue significando el pasivo con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, una de las tantas espadas de Damocles que le dejó Mariano Arcioni a Nacho Torres. En el Gobierno provincial se entusiasman y hacen cuentas: sueñan con volver a los mercados internacionales y conseguir dólares frescos para financiar obras. Pero, por ahora, siguen esperando.

A Macri, sin dudas, le importa más resolver su causa judicial por el Correo Argentino y quedarse con más espacios de poder y negocios en el Gobierno, que plantarse como un aliado crítico. De ahí su frase de esta semana en un Zoom con gobernadores y legisladores propios: “Hace ocho meses que nos boludean. No les cumplen nada a los gobernadores nuestros. Y no avanzaron en la integración. Aparte, institucionalmente esto está muy mal”, dijo Macri en ese encuentro virtual en donde se decidió aportar los votos para voltear el DNU con los fondos para la SIDE y apoyar la movilidad jubilatoria.

Pero Mauricio pelea sus propias batallas con cuerpos ajenos y el miércoles a la noche terminó reuniéndose con Milei en Olivos, milanesas de por medio, y de allí surgió la imprevista voltereta para soltarles la mano a los mismo a los que había arengado.

“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, pretencioso o estafador. Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor”, escribió el genial Enrique Santos Discépolo. Y eso que no conoció a Macri ni a Milei.

Enrique Santos Discépolo. Genio y figura.

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Apretón. Milei y Macri, una relación interesada y peligrosa para el país.
24 AGO 2024 - 13:15

Hace ocho meses que el país entró en una vorágine indetenible. Una banda de improvisados en sociedad con un grupo de oportunistas políticos y especuladores financieros, se hizo del poder y no para de tirar de la cuerda en nombre de una falsa libertad que conducirá al país a un desfiladero en el que, es más que obvio, no habrá lugar para todos.

En el medio, el presidente Javier Milei vive en una realidad paralela en la que puede decir cualquier barbaridad sin ponerse colorado, se la pasa hostigando a todo el mundo en las redes sociales y está de novio con una vedette de los años 90. Cuando tiene tiempo, viaja o da discursos en donde presume de sus conocimientos de economía, mientras el coro estable de economistas liberales ya casi no calla su desencanto y se animan a describirlo como lo que es: un chantapufi peligroso y con poder.

El Gobierno de Milei es un camión sin frenos ni conductor. Por ahora, y no es menor, sigue teniendo la anuencia de buena parte del electorado que le dio su voto en noviembre del año pasado, convencidos de que era mejor entregarle el país a un payaso mediático que a un candidato del peronismo o de Juntos por el Cambio. ¿Hasta cuándo durará el “amor”?

A Milei parece importarle poco ese apoyo a cambio de nada y acelera todo el tiempo hacia la pared. Va muy rápido y en bajada. Y no puede terminar de construir nada porque el Presidente tiene fascinación por la destrucción.

Cuán grave será la situación económica y social del país que ya ni siquiera hace falta que la oposición política, atomizada y desacreditada, salga a marcar la cancha. Fue la organización internacional Unicef la que le dio una cachetada a la sociedad argentina al divulgar en las últimas semanas un spot en el que se ve a una madre sosteniendo a su hijo en un sentido abrazo, mientras lo arropaba en la cama, antes de que una voz femenina en off diga: “El hambre no tiene final feliz, en la Argentina un millón de niñas y niños se van a dormir sin comer”. Uno se pregunta: ¿ese millón de chicos y chicas dormirán en una cama, como muestra el spot de Unicef? ¿Desayunarán y almorzarán durante el día,ya que de noche se duermen sin comer nada?

Sin palabras.

Sucesión de hechos desafortunados

En los últimos días, el Gobierno no paró de encadenar derrotas legislativas, en una semana negra en la que, además, explotó la interna libertaria y su relación con Mauricio Macri entró, otra vez, en un cono de sombras.

La oposición de siempre, más los “dialoguistas” que hasta hace poco le votaban todo a favor, le voltearon en la Cámara de Diputados el DNU que le otorgaba 100.000 millones de pesos a la SIDE de “Santi” Caputo y al día siguiente el Senado le aprobó la movilidad jubilatoria que tanto resisten Milei y “Toto” Caputo, en nombre del falso “déficit cero”.

Cómo será la cosa que hasta las legisladoras macristas chubutenses Ana Clara Romero, en Diputados, y Andrea Cristina, en el Senado, que venían votándole todo con pasión y desenfreno a los libertarios, esta vez recularon y aportaron sus votos para asestarle dos estocadas al Gobierno de Milei. Las órdenes de Mauricio no se discuten.

Claro, no contaban con que un día después “el ángel exterminador” -como ácidamente lo bautizó el escritor e intelectual menemista Jorge Asis- las iba a dejar a ellas y al resto de los legisladores del PRO en off-side para respaldar el veto total que Milei anunció para la ley jubilatoria.

En la dulce espera

También los gobernadores que le responden al calabrés, como el chubutense Nacho Torres, el entrerriano Rogelio Frigerio y el jefe de Gobierno porteño, el primo Jorge, sienten que están atrapados entre la virulenta insensibilidad de Milei y los intereses personales de Macri. Algunos hasta se preguntan si no ha sido demasiado darle todo el apoyo parlamentario para que salgan la Ley Bases y el paquete fiscal, mientras siguen siendo tratados como “degenerados fiscales” y los fondos nacionales no bajan con la firmeza prometida.

Chubut, por ejemplo, sigue esperando el visto bueno para avanzar en una compensación de deuda que le permita achicar el pánico financiero que sigue significando el pasivo con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, una de las tantas espadas de Damocles que le dejó Mariano Arcioni a Nacho Torres. En el Gobierno provincial se entusiasman y hacen cuentas: sueñan con volver a los mercados internacionales y conseguir dólares frescos para financiar obras. Pero, por ahora, siguen esperando.

A Macri, sin dudas, le importa más resolver su causa judicial por el Correo Argentino y quedarse con más espacios de poder y negocios en el Gobierno, que plantarse como un aliado crítico. De ahí su frase de esta semana en un Zoom con gobernadores y legisladores propios: “Hace ocho meses que nos boludean. No les cumplen nada a los gobernadores nuestros. Y no avanzaron en la integración. Aparte, institucionalmente esto está muy mal”, dijo Macri en ese encuentro virtual en donde se decidió aportar los votos para voltear el DNU con los fondos para la SIDE y apoyar la movilidad jubilatoria.

Pero Mauricio pelea sus propias batallas con cuerpos ajenos y el miércoles a la noche terminó reuniéndose con Milei en Olivos, milanesas de por medio, y de allí surgió la imprevista voltereta para soltarles la mano a los mismo a los que había arengado.

“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, pretencioso o estafador. Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor”, escribió el genial Enrique Santos Discépolo. Y eso que no conoció a Macri ni a Milei.

Enrique Santos Discépolo. Genio y figura.


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