Editorial / Muchas promesas, pocos hechos

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recibió el jueves en el Salón de los Escudos de la Casa Rosada a nueve de los diez gobernadores que todavía se identifican como parte de “Juntos por el Cambio”, aunque en los hechos este sello no sea más que un recuerdo cada vez más borroso.

Entre ellos estaba el gobernador de Chubut, Nacho Torres, que al final del encuentro fue el único vocero y definió al encuentro ante la prensa como “muy bueno”, lo que sonó más a una salida elegante y esperanzadora que a una síntesis de lo que realmente ocurrió.

Los mandatarios provinciales llevaron planteos concretos sobre fondos pendientes y obra pública, entre otros. Y según dejaron entrever algunos de los presentes, no recibieron a cambio ninguna precisión y terminaron siendo testigos otra vez de la tirantez que existen entre algunos de los más encumbrados funcionarios nacionales.

Francos arrancó la reunión y poco después se sumaron el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, junto al vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzabal Murphy. Una hora tarde -según reportó el portal La Política On Line- llegó el influyente asesor Santiago Caputo, que habría ordenado empezar de cero la reunión para estar al tanto de lo charlado.

El joven asesor presidencial sabe hacerse detestar por propios y extraños. Inclusive, el propio Torres, con el que se conocen hace tiempo y mantienen una buena relación, suele estallar ante la soberbia con la que se maneja uno de los hombres fuertes del Gobierno, por debajo de “El Jefe” Karina Milei.

Uno a uno, Nacho y los gobernadores de JxC expresaron su molestia por el traspaso de obras nacionales a las provincias sin que el Gobierno haya cancelado aun deudas con los contratistas que quedaron colgados del pincel cuando Javier Milei ocupó la Casa Rosada y anunció el fin de la obra pública.

“Hablamos de la posibilidad de darle celeridad en la reactivación de muchas obras”, contó Torres al final del encuentro ante los periodistas acreditados en Casa Rosada. La ejecución de las obras públicas cedidas a las provincias es clave para los gobernadores porque de esta manera podrían aplacar un poco la crisis laboral en el sector de la construcción, que dejó a cientos de miles de obreros en la pobreza y a muchas empresas al borde del colapso.

Francos prometió que el Gobierno va a saldar las deudas, pero “Santi” Caputo se encargó de ponerlo en duda. Por eso muchos gobernadores salieron del encuentro con cara de pocos amigos.

Otra parte de la reunión giró en torno al conflicto abierto por los fondos que adeuda Nación para el pago de jubilaciones y pensiones provinciales. Se propuso avanzar en un sistema de cancelación de deuda entre las partes. “Una de las ideas es compensar, es decir, netear deuda con otras deudas. Eso sería una solución de costo fiscal cero”, planteó una fuente oficial a la Agencia Noticias
Argentinas.

Muchos gobernadores sienten que le han dado a la Casa Rosada más pruebas de amor de las que han recibido hasta ahora. Los votos en el Congreso no han tenido un correlato con los fondos que esperaban recibir y los tiempos se acortan.

Algunas provincias, como Neuquén o Río Negro, ya han salido más que beneficiadas con inversiones para Vaca Muerta o la recientemente anunciada planta de GNL que YPF y la malaya Petronas construirán cerca de Sierra Grande, en la costa rionegrina, por más de 30.000 millones de dólares. Es apenas a 54 kilómetros de Chubut y podría generar algún derrame de este lado.

Por ahora, Chubut sigue esperando.