Editorial / El país de Milei: nuevos pobres y pobres más pobres

El lapidario informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA que demuestra las consecuencias del salvaje plan de ajuste libertario. En Chubut, Nacho Torres oxigena su Gabinete con la mira en el “segundo semestre.”

Milei y la vicepresidenta Villarruel sobre un tanque de guerra, el 9 de Julio.
13 JUL 2024 - 10:53 | Actualizado 14 JUL 2024 - 13:42

“El período 2023-2024 se caracteriza por un empobrecimiento generalizado de los hogares y la población -deterioro del bienestar- pero diferenciado al interior de la estructura social. Todos pierden, pero los estratos más bajos pierden más en términos absolutos y relativos. Esto da lugar a una profunda caída del bienestar económico y a una distribución de los ingresos más regresiva".

La contundente frase sobre los efectos directos y nocivos que está causando el gobierno de Javier Gerardo Milei sobre la mayor parte de la gente no la pronunció un dirigente de la oposición, ni un sindicalista peronista, ni un militante marxista: así empieza el último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), que depende de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), una organización académica y religiosa que suele estar a la derecha de casi todo el resto.

Sin embargo, los informes del Observatorio de la Deuda Social Argentina han venido siendo en la última década una fuente de consulta permanente porque sus análisis, a partir de estadísticas oficiales, suelen estar despegados de cuestiones ideológicas y describen con certeza la trama de la película social, ya sea durante los gobiernos kirchneristas, macristas o el actual libertario.

El título del trabajo es la puerta de entrada a un lapidario informe de situación: “Nuevos pobres, pobres más pobres y más desiguales / ¿Una crisis que va quedando atrás o un peor futuro por venir?”. La respuesta parece ser obvia luego de leer las casi 60 páginas de análisis de indicadores socioeconómicos.


Lo que el ODSA observa entre el primer trimestre de 2023 (gobierno de Alberto Fernández) y el mismo período de 2024 (gestión Milei) es que el ingreso per cápita familiar cayó un 20,8%. Si bien estas caídas fueron generalizadas, no fueron homogéneas al interior de la estructura social, detalla el informe: en el 20% más rico de las clases medias, la pérdida del ingreso real fue de 17,9%. Mientras que para el 20% más pobre, la caída llegó al 27,8%.

Estos procesos incrementaron la brecha entre el 20% más rico y el 20% más pobre de la distribución de la población, que ahora aumentó 13,6 veces. O sea, ricos más ricos; pobres más pobres.

Además, el 20% más rico de las clases medias más ricas de la estructura social pasó a concentrar el 52% del ingreso, al mismo tiempo que los sectores más pobres se quedaron solo con el 4,5% del ingreso. Parafraseando a Macri, la distribución del ingreso te la debo…

Comparando los mismos períodos, el ingreso de los ocupados (que tienen algún tipo de ingresos) cayó 18,3% en el primer trimestre de 2024 con respecto al primer trimestre de 2023; mientras que el de los asalariados (trabajadores en blanco) retrocedió un 19,7%.

En el segmento de los ocupados, el estrato más pobre perdió 24,4% en el período; el medio, 23,1%; y el alto, 12,2%. Otra vez, los más pobres perdieron más, inclusive entre las mismas personas en situación de pobreza.

Entre los asalariados, la dinámica es similar: el estrato más bajo vio un retroceso en sus ingresos de 24,9%; mientras que el medio, 22,6%; y el alto, 15,1%.

Tanto los ingresos de los ocupados como el de los asalariados, perdieron, en promedio, alrededor de un 20% real en el primer trimestre del año frente al tercero de 2023.


El informe del ODSA es más amplio y cada variable analizada es más contundente que la anterior. No hay manera de ocultar que la gestión de Milei está destrozando a los sectores más postergados de la sociedad pero en su arrastre se está llevando puesta a la clase media argentina.

Curiosamente, los más perjudicados por Milei están ubicados en los estratos sociales desde donde, según algunos encuestadores, siguen proviniendo los apoyos para que el Presidente siga teniendo una imagen positiva de alrededor del 50%. Una contradicción que alguna vez se podrá explicar con argumentos razonables, porque hasta ahora no era común ver a tantas víctimas aplaudiendo al verdugo.

Segundo semestre

Puertas adentro de las fronteras de Chubut, la situación económica y social no dista mucho de lo que ocurre en el resto del país. Tal vez por eso, el gobernador Nacho Torres empezó a caminar con mayor asiduidad por los pueblos y ciudades, tal vez entendiendo que la gente necesita respuestas pero, sobre todo, que alguien escuche sus demandas.

La última semana, Torres sumó kilómetros, gestos y hasta anunció los postergados cambios en su Gabinete, que estaban pronosticados para junio y, finalmente, se harán este mismo domingo.

El gobernador en Las Plumas, abrazando a un vecino.


El gobernador dijo que necesita perfiles distintos para el segundo semestre porque, según afirmó, la finalidad para esta segunda parte del año será “conectar a los pueblos del interior y consolidar una gestión con metas claras hacia 2025”.

Aunque la gestión del primer Gabinete lució despareja, con funcionarios que funcionaron mucho y otros a los que se les durmieron las piernas de estar sentados, Nacho da por saldado el objetivo del primer semestre, que era desactivar la “bomba financiera” (Torres dixit) que heredó de las gestiones anteriores.

Los cambios que se efectivizarán este domingo no tendrán sorpresas porque todos ya fueron mencionados en los últimos meses. Si hay algo en que este gobierno no difiere muchos de los anteriores es que las filtraciones, los “globos de ensayo” y las operaciones entre algunos funcionarios están a la orden del día.

Sin dudas, el funcionario que más espacio se ganó en esta primera parte fue Andrés Meiszner, el todavía ministro de Gobierno que desde este domingo se hará cargo del sensible Ministerio de Economía. El quilmeño es abogado pero entiende mucho de números y seguirá trabajando en línea con Paulino Caballero, el presidente del Banco del Chubut, quien ocupó un rol importante en la gestión económica hasta el momento. Caballero será el nuevo jefe de Facundo Ball, el exministro de Economía que recalará en un cargo en la entidad crediticia provincial. A Ball le sobraron herramientas técnicas en el ministerio pero le faltó rodaje político.

La confirmación de que Florencia Papaiani será la nueva ministra de Desarrollo Humano en reemplazo de Elba Willhuber demuestra que el gobernador eligió a otro sector del peronismo para llevar las riendas de una cartera clave. Lo que por ahora no se sabe es si la representante del mackarthysmo seguirá manteniendo en el Ministerio a funcionarios que llegaron ahí como parte del acuerdo del madernismo con Torres.

Victoriano Eraso Parodi, un radical cercano al vicegobernador Gustavo Menna, asumirá al frente del Ministerio de Gobierno en lugar de Meiszner y la actual secretaria de Vinculación Ciudadana, la excomisaria Laura Mirantes, se hará cargo de Producción en lugar de la comodorense Digna Hernando, que venía del sector ganadero de la zona sur.

¿Qué tiene que ver Mirantes con la Producción?, se preguntan muchos. Algunos, por lo bajo, aseguran que viene de una familia que tiene campos y ella ayudaba a administrar. Tal vez por eso decidieron rodearla de tres experimentados que vienen del sector privado y, según se dijo, trabajarán “ad honorem”: el dirigente de la Sociedad Rural del Valle, Ricardo Irianni; el presidente de la Federación Empresaria del Chubut, Carlos Lorenzo; y el abogado especialista en derecho tributario José Ignacio Bellorini, también vinculado a sectores de la pesca de Puerto Madryn.

El segundo semestre será igual o más importante que el primero porque se estima que las demandas de los gremios estatales aumentarán en función de la pérdida del poder adquisitivo. Y, además, se supone que deberían empezarse a verlos beneficios de haber dado apoyos parlamentarios y gobernabilidad a la gestión Milei. Algo que hasta ahora no parece haber movido ninguna aguja.

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Milei y la vicepresidenta Villarruel sobre un tanque de guerra, el 9 de Julio.
13 JUL 2024 - 10:53

“El período 2023-2024 se caracteriza por un empobrecimiento generalizado de los hogares y la población -deterioro del bienestar- pero diferenciado al interior de la estructura social. Todos pierden, pero los estratos más bajos pierden más en términos absolutos y relativos. Esto da lugar a una profunda caída del bienestar económico y a una distribución de los ingresos más regresiva".

La contundente frase sobre los efectos directos y nocivos que está causando el gobierno de Javier Gerardo Milei sobre la mayor parte de la gente no la pronunció un dirigente de la oposición, ni un sindicalista peronista, ni un militante marxista: así empieza el último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), que depende de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), una organización académica y religiosa que suele estar a la derecha de casi todo el resto.

Sin embargo, los informes del Observatorio de la Deuda Social Argentina han venido siendo en la última década una fuente de consulta permanente porque sus análisis, a partir de estadísticas oficiales, suelen estar despegados de cuestiones ideológicas y describen con certeza la trama de la película social, ya sea durante los gobiernos kirchneristas, macristas o el actual libertario.

El título del trabajo es la puerta de entrada a un lapidario informe de situación: “Nuevos pobres, pobres más pobres y más desiguales / ¿Una crisis que va quedando atrás o un peor futuro por venir?”. La respuesta parece ser obvia luego de leer las casi 60 páginas de análisis de indicadores socioeconómicos.


Lo que el ODSA observa entre el primer trimestre de 2023 (gobierno de Alberto Fernández) y el mismo período de 2024 (gestión Milei) es que el ingreso per cápita familiar cayó un 20,8%. Si bien estas caídas fueron generalizadas, no fueron homogéneas al interior de la estructura social, detalla el informe: en el 20% más rico de las clases medias, la pérdida del ingreso real fue de 17,9%. Mientras que para el 20% más pobre, la caída llegó al 27,8%.

Estos procesos incrementaron la brecha entre el 20% más rico y el 20% más pobre de la distribución de la población, que ahora aumentó 13,6 veces. O sea, ricos más ricos; pobres más pobres.

Además, el 20% más rico de las clases medias más ricas de la estructura social pasó a concentrar el 52% del ingreso, al mismo tiempo que los sectores más pobres se quedaron solo con el 4,5% del ingreso. Parafraseando a Macri, la distribución del ingreso te la debo…

Comparando los mismos períodos, el ingreso de los ocupados (que tienen algún tipo de ingresos) cayó 18,3% en el primer trimestre de 2024 con respecto al primer trimestre de 2023; mientras que el de los asalariados (trabajadores en blanco) retrocedió un 19,7%.

En el segmento de los ocupados, el estrato más pobre perdió 24,4% en el período; el medio, 23,1%; y el alto, 12,2%. Otra vez, los más pobres perdieron más, inclusive entre las mismas personas en situación de pobreza.

Entre los asalariados, la dinámica es similar: el estrato más bajo vio un retroceso en sus ingresos de 24,9%; mientras que el medio, 22,6%; y el alto, 15,1%.

Tanto los ingresos de los ocupados como el de los asalariados, perdieron, en promedio, alrededor de un 20% real en el primer trimestre del año frente al tercero de 2023.


El informe del ODSA es más amplio y cada variable analizada es más contundente que la anterior. No hay manera de ocultar que la gestión de Milei está destrozando a los sectores más postergados de la sociedad pero en su arrastre se está llevando puesta a la clase media argentina.

Curiosamente, los más perjudicados por Milei están ubicados en los estratos sociales desde donde, según algunos encuestadores, siguen proviniendo los apoyos para que el Presidente siga teniendo una imagen positiva de alrededor del 50%. Una contradicción que alguna vez se podrá explicar con argumentos razonables, porque hasta ahora no era común ver a tantas víctimas aplaudiendo al verdugo.

Segundo semestre

Puertas adentro de las fronteras de Chubut, la situación económica y social no dista mucho de lo que ocurre en el resto del país. Tal vez por eso, el gobernador Nacho Torres empezó a caminar con mayor asiduidad por los pueblos y ciudades, tal vez entendiendo que la gente necesita respuestas pero, sobre todo, que alguien escuche sus demandas.

La última semana, Torres sumó kilómetros, gestos y hasta anunció los postergados cambios en su Gabinete, que estaban pronosticados para junio y, finalmente, se harán este mismo domingo.

El gobernador en Las Plumas, abrazando a un vecino.


El gobernador dijo que necesita perfiles distintos para el segundo semestre porque, según afirmó, la finalidad para esta segunda parte del año será “conectar a los pueblos del interior y consolidar una gestión con metas claras hacia 2025”.

Aunque la gestión del primer Gabinete lució despareja, con funcionarios que funcionaron mucho y otros a los que se les durmieron las piernas de estar sentados, Nacho da por saldado el objetivo del primer semestre, que era desactivar la “bomba financiera” (Torres dixit) que heredó de las gestiones anteriores.

Los cambios que se efectivizarán este domingo no tendrán sorpresas porque todos ya fueron mencionados en los últimos meses. Si hay algo en que este gobierno no difiere muchos de los anteriores es que las filtraciones, los “globos de ensayo” y las operaciones entre algunos funcionarios están a la orden del día.

Sin dudas, el funcionario que más espacio se ganó en esta primera parte fue Andrés Meiszner, el todavía ministro de Gobierno que desde este domingo se hará cargo del sensible Ministerio de Economía. El quilmeño es abogado pero entiende mucho de números y seguirá trabajando en línea con Paulino Caballero, el presidente del Banco del Chubut, quien ocupó un rol importante en la gestión económica hasta el momento. Caballero será el nuevo jefe de Facundo Ball, el exministro de Economía que recalará en un cargo en la entidad crediticia provincial. A Ball le sobraron herramientas técnicas en el ministerio pero le faltó rodaje político.

La confirmación de que Florencia Papaiani será la nueva ministra de Desarrollo Humano en reemplazo de Elba Willhuber demuestra que el gobernador eligió a otro sector del peronismo para llevar las riendas de una cartera clave. Lo que por ahora no se sabe es si la representante del mackarthysmo seguirá manteniendo en el Ministerio a funcionarios que llegaron ahí como parte del acuerdo del madernismo con Torres.

Victoriano Eraso Parodi, un radical cercano al vicegobernador Gustavo Menna, asumirá al frente del Ministerio de Gobierno en lugar de Meiszner y la actual secretaria de Vinculación Ciudadana, la excomisaria Laura Mirantes, se hará cargo de Producción en lugar de la comodorense Digna Hernando, que venía del sector ganadero de la zona sur.

¿Qué tiene que ver Mirantes con la Producción?, se preguntan muchos. Algunos, por lo bajo, aseguran que viene de una familia que tiene campos y ella ayudaba a administrar. Tal vez por eso decidieron rodearla de tres experimentados que vienen del sector privado y, según se dijo, trabajarán “ad honorem”: el dirigente de la Sociedad Rural del Valle, Ricardo Irianni; el presidente de la Federación Empresaria del Chubut, Carlos Lorenzo; y el abogado especialista en derecho tributario José Ignacio Bellorini, también vinculado a sectores de la pesca de Puerto Madryn.

El segundo semestre será igual o más importante que el primero porque se estima que las demandas de los gremios estatales aumentarán en función de la pérdida del poder adquisitivo. Y, además, se supone que deberían empezarse a verlos beneficios de haber dado apoyos parlamentarios y gobernabilidad a la gestión Milei. Algo que hasta ahora no parece haber movido ninguna aguja.


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