Este lunes 24, el conocido guardafaunas Roberto Bubas fue absuelto por unanimidad por las juezas Yamila Flores, Eve Ponce y María Tolomei, que aplicaron el beneficio de la duda. Estaba imputado por haber amenazado, golpeado y causado lesiones graves a su expareja María Luján Pérez Terrone, que lo denunció y lo llevó a juicio oral y público.
En una audiencia en la Oficina Judicial de Rawson, el tribunal explicó que Terrone fue la principal y única testigo del caso. “Ella es el núcleo de la prueba y de la acusación”, graficaron. El resto de los testimonios “fueron testigos de oídas de su versión”. La denunciante siguió la definición por videoconferencia como su representante por la querella, la penalista Gladys Olavarría.
Y aunque dijeron “no tener dudas” de que la mujer sufrió lesiones leves, las juezas advirtieron que ningún informe médico presentado como prueba concluyó que eran heridas graves.
Entre otros datos exculpatorios, explicaron que el test psicológico al cual se sometió Bubas "no reveló un perfil violento ni misógino" y sí reflejó una preocupación genuina por presuntos maltratos de Terrone al hijo en común. “Percibía situaciones como de maltrato a su hijo y le preocupaba poder reiniciar un régimen de contacto que estaba suspendido”.
El fallo tuvo especialmente en cuenta la constatación de lesiones en el niño, la denuncia por maltrato infantil que Bubas hizo ante un Juzgado de Familia y la recomendación de los profesionales para que la denunciante tratara en terapia sus desbordes emocionales. “No se constata un maltrato infantil crónico de la madre pero hay sustento para la preocupación de Bubas para estar alerta o vigilar para proteger al menor de una amenaza que veía como posible”.
Las magistradas concluyeron que el relato de Terrone no tuvo coherencia interna ni externa. “No fue persistente, fue desorganizado, contradictorio y débil, y no coincidió con los hechos imputados”, definieron. Y deslizaron que si se hubiese sometido al test psicodiagnóstico que se negó a realizar “hubiésemos tenido información relevante sobre su personalidad”.
Tampoco hubo pruebas de violencia económica ni social. “Hubo conflictos por el ejercicio de los roles parentales porque quedó embarazada a los 3 meses de relación y se separaron cuando el menor era aún lactante. Pero esto difiere por completo de los elementos que caracterizan la violencia de género”.
Durante la audiencia Bubas se limpió algunas lágrimas y al final suspiró, abrazó y felicitó a sus defensores públicos Andrés Espíndola y Miguel Lugo. Prefirió no hacer declaraciones a Jornada.
El lunes 1º de julio se conocerá el fallo completo. La defensa pedirá que se levante la inhibición de bienes y el embargo que pesan sobre Bubas, en tanto que Fiscalía y querella adelantaron que impugnarán el fallo ante el Superior Tribunal de Justicia.
Este lunes 24, el conocido guardafaunas Roberto Bubas fue absuelto por unanimidad por las juezas Yamila Flores, Eve Ponce y María Tolomei, que aplicaron el beneficio de la duda. Estaba imputado por haber amenazado, golpeado y causado lesiones graves a su expareja María Luján Pérez Terrone, que lo denunció y lo llevó a juicio oral y público.
En una audiencia en la Oficina Judicial de Rawson, el tribunal explicó que Terrone fue la principal y única testigo del caso. “Ella es el núcleo de la prueba y de la acusación”, graficaron. El resto de los testimonios “fueron testigos de oídas de su versión”. La denunciante siguió la definición por videoconferencia como su representante por la querella, la penalista Gladys Olavarría.
Y aunque dijeron “no tener dudas” de que la mujer sufrió lesiones leves, las juezas advirtieron que ningún informe médico presentado como prueba concluyó que eran heridas graves.
Entre otros datos exculpatorios, explicaron que el test psicológico al cual se sometió Bubas "no reveló un perfil violento ni misógino" y sí reflejó una preocupación genuina por presuntos maltratos de Terrone al hijo en común. “Percibía situaciones como de maltrato a su hijo y le preocupaba poder reiniciar un régimen de contacto que estaba suspendido”.
El fallo tuvo especialmente en cuenta la constatación de lesiones en el niño, la denuncia por maltrato infantil que Bubas hizo ante un Juzgado de Familia y la recomendación de los profesionales para que la denunciante tratara en terapia sus desbordes emocionales. “No se constata un maltrato infantil crónico de la madre pero hay sustento para la preocupación de Bubas para estar alerta o vigilar para proteger al menor de una amenaza que veía como posible”.
Las magistradas concluyeron que el relato de Terrone no tuvo coherencia interna ni externa. “No fue persistente, fue desorganizado, contradictorio y débil, y no coincidió con los hechos imputados”, definieron. Y deslizaron que si se hubiese sometido al test psicodiagnóstico que se negó a realizar “hubiésemos tenido información relevante sobre su personalidad”.
Tampoco hubo pruebas de violencia económica ni social. “Hubo conflictos por el ejercicio de los roles parentales porque quedó embarazada a los 3 meses de relación y se separaron cuando el menor era aún lactante. Pero esto difiere por completo de los elementos que caracterizan la violencia de género”.
Durante la audiencia Bubas se limpió algunas lágrimas y al final suspiró, abrazó y felicitó a sus defensores públicos Andrés Espíndola y Miguel Lugo. Prefirió no hacer declaraciones a Jornada.
El lunes 1º de julio se conocerá el fallo completo. La defensa pedirá que se levante la inhibición de bienes y el embargo que pesan sobre Bubas, en tanto que Fiscalía y querella adelantaron que impugnarán el fallo ante el Superior Tribunal de Justicia.